Categoría: Cribado
los beneficios de la mamografía
Los beneficios de la mamografía de cribado puede que no sean mayores que los daños que produce por George Lundberg, MD
Traducción libre de Benefits of mammography may not outweigh the harms de publicado en Kevin MD Blog
La traducción esta dedicada a los personajes de la comunidad de Madrid que organizan el DEPRECAM ( nunca tan pocos hicieron perder el tiempo a tantos)
Hay que dejar de presionar ya con la necesidad de la mamografías de cribado o screening.
Una a una, las grandes pruebas de detección para las enfermedades más temidas, que comenzaron con buenas intenciones, el mejor conocimiento científico del momento y una campaña masiva de salud pública, muerden el polvo.
La ciencia real, la de la estadística y la de los resultados clínicamente válidos e importantes, necesita obviamente, tiempo para hacerse realidad. También necesita científicos imparciales y médicos con pocos conflictos de interés para estudiar, deducir, informar y luego aplicar los cambios a la práctica.
A veces, las observaciones y conclusiones más intuitivas y aparentemente lógicas son simplemente erróneas. Pero una vez que un «hecho» erróneo se ha convertido en dogma establecido en la mente y wn las acciones de los profesiónales y del público en general, es muy difícil cambiar esa creencia y las prácticas derivadas de ella.
Por supuesto, el cambio también interrumpe muchos flujos de ingresos.
Un gran estudio noruego publicado en septiembre 2010 en el NEJM documenta otra vez que los beneficios de la mamografía son escasos. Si sabemos sin embargo, que los perjuicios y los costos no son pocos.
Encontrar un cáncer de mama o cáncer de próstata de forma precoz para que pueda ser tratado parece lógico. Sin embargo, este enfoque siempre ha significado también encontrar «cáncer» que no va a dañar al paciente, incluso si no se trata. Un nuevo y gran estudio sueco publicado en la revista Cáncer sólo hace unas semanas proclamó que incluso las mujeres entre 40 y 50 años deben hacerse mamografías.
Soy sueco, pero el estudio noruego supera los últimos descubrimientos suecos
En la década de 1960, trabajé por un tiempo como patólogo en el oeste de Texas. Un hospital que era famoso por las altas tasas de curación en cáncer de mama. Entonces alguien “miro” algunos de los cáncer de mama «curados”. En la opinión de patólogos consultados como segunda opinión), muchos de estos canceres, no eran tales.
La extraña polémica sobre las últimas recomendaciones (2009) del grupo norteamericano Preventive Services Task Force que minimizó el valor de las mamografías se ve cada vez mejor. Además estas recomendaciones advierten que la paciente y el médico de forma conjunta deben considerar los datos y y compartir la decisión sobre la necesidad de realizarse una mamografía. Eso me gusta, sobre todo si el paciente y el médico están bien informados.
Dejar de presionar sobre las mamografías de cribado, ya.
George Lundberg MD
N del T: Aunque es una posición conocida cada vez con más adeptos, tiene importancia esta opinión por proceder de una persona tan importante como George Lundber ex director del JAMA y actual director de Medscape. De igual manera es importante traducirlo ya que en nuestro país estas apreciaciones, que ponen en su autentico lugar a la mamografía, son poco conocidas o relegadas a la periferia friki de la medicina oficial.
Es fundamental que este mensaje vaya calando en las capas cultas de nuestra sociedad, incluidos los periodistas para que una vez por todas las pruebas de cribado sean valorada en su justa medida y la información sobre estas no caiga de manera exclusiva en el sentimentalismo o en los intereses de lobbies bien asentados en sociedades cívicas y profesionales
Los nuevos enfermos
Cuando ya hace unos meses hacia “googling” con el objeto de encontrar información para una mesa redonda a la que me había invitado la somanfyc y, justo cuando estaba empezando a maldecir mi ligereza a la hora de aceptar invitaciones, me encontré la reseña de un libro que comenzaba así: Todos creemos y aceptamos que la medicina preventiva mejora la calidad de vida de las personas, pero no solemos cuestionarnos si su aplicación puede causar daño.
Era justo lo que necesitaba, resumía en una frase lo que ya me llevaba cuarenta diapositivas intentando explicar. El problema es que no iba a poder leerlo antes de mi ponencia; como siempre, lo había dejado para el final y no había tiempo material para que el libro llegara mis manos. Así y todo, me apetecía leerlo, el tema me había interesado desde siempre y sospechaba que continuaría mi interés a pesar de mis sufrimientos con la charla. Además, tenía un valor añadido: el autor se apellidaba Rubistein (aunque luego comprobé que no, sospeché que era familiar de mis amigos Adolfo y Fernando) y trabajaba en el Hospital Italiano de Buenos Aires (uno de los centros de excelencia para la medicina de familia de habla española).
He de confesar que, al principio, pensé que sería uno más de los libros que se están publicando sobre el fenómeno denominado “mongering diseases” o que sería una acumulación de evidencias a favor y en contra de las actividades preventivas, pero el título- y el subtítulo- me atraía y pronto descubrí lo erróneo de mi prejuicio.
Bastó leer la introducción:
“Soy médico de familia y una de las tareas más importantes en mi práctica cotidiana es la prevención. Casi todos los días, en mi consultorio, intento ofrecerles a mis pacientes ciertas prácticas preventivas con el objetivo de mejorar su salud. Con mis colegas de Medicina Familiar pasamos largas horas discutiendo cuáles tiene sentido realizar y cuáles no; revisamos la literatura médica, discutimos acerca de la evidencia científica que avala el beneficio de ofrecerles a nuestros pacientes y compartimos nuestras dudas con colegas de otras especialidades. Estoy convencido de que la medicina preventiva es eficaz, útil, necesaria, importante y que salva vidas y evita sufrimiento, y por eso ejerzo este trabajo con mucho placer y orgullo. Sin embargo, soy consciente de que es una tarea compleja, ya que se realiza con individuos básicamente sanos, y la principal premisa que debe tener todo médico es la de “primum non nocere”; es decir, “ante todo: no dañar”. En este sentido, la medicina preventiva tiene también desventajas y puede causar sufrimiento a las personas. En este libro me propongo revisar las ventajas de algunas prácticas preventivas, pero también voy a describir algunas desventajas, que afortunadamente no suelen ser graves, pero que creo convincente discutir y conocer”.
En el libro sobrevuela y explica la prevención primaria, la secundaria y el consejo médico y, hay que decir que lo hace de forma brillante sin recurrir en exceso a la «evidencia», lo logra engarzando sus reflexiones, dudas y conclusiones con el relato de los encuentros con sus pacientes. Empeñado inicialmente en contrarrestar las exageradas ventajas que el tiempo ha dado a estas intervenciones, llega un momento que teme caer en una injusticia similar y, al contrario, que otros colegas que han tratado el tema, se retrae, plantea la duda. En lugar de la descalificación necesaria pero fácil de ciertas prácticas, pone sus tribulaciones sobre el tapete de una mesa ocupada por su paciente y por él, las saca a colación en el discurrir de la entrevista y deja que lo malo y lo bueno, lo correcto y lo incorrecto se mediatice según sea bueno o no para el ser humano enfermo o no, que tiene delante.
Lo más sorprendente de este breve libro es que no se dedica a acumular evidencias, y seguro que podría, en contra de la medicina preventiva. Tampoco hace un relato periodístico sobre las enfermedades inventadas sazonado con el morbo de delatar los negocios que esta “nueva enfermedad” ha originado. Lo que hace es plantear interrogantes que un médico de atención primaria comprende de inmediato, y que nos asaltan en cada momento de nuestra práctica profesional.
La parcela preventiva ocupa una parte importante del trabajo de un médico de familia, requiere un esfuerzo continuo repetitivo del que no se ven resultados inmediatos y cuya incidencia en un individuo concreto es muy incierta. En varios capítulos y, en el alma de todas las páginas del libro, se plantea si todo este esfuerzo merece la pena y si la detección precoz causa más beneficio que daño a los pacientes a la vez que se deja que estos expliquen lo que sienten ante su médico que ese día esta especialmente inquisitivo con la excusa de que va a escribir un libro.
Otra interrogante es si pueden llamarse enfermedades a los hallazgos que suceden durante estas actividades preventivas. El autor hace en este sentido y al intentar contestar a esta cuestión un aporte fundamental, encontrar un nombre a una nueva condición, que no es una enfermedad pero tampoco su ausencia; y más que hallarle un nombre plantea la necesidad de que exista este nombre. Lo explica muy bien con el ejemplo de cómo difiere el significado de la palabra nieve para los esquimales y para los que no los somos, para nosotros esta palabra tiene un único significado y siempre que decimos nieve pensamos en lo mismo; sin embargo, los esquimales utilizan varias palabras para referirse a la nieve: tienen una palabra para la nieve fresca, otra para la nieve dura, otra para la nieve que cae en copos suavemente, otra para la que cae fuerte y duele.
No se puede, no se debería, llamar enfermedad al hallazgo de una densidad mineral ósea dos coma cinco desviaciones estándar por debajo de la media en una densitometría de una mujer sana, de igual manera no es enfermedad, es otra cosa, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, la diabetes, o incluso un carcinoma “in situ”. El autor nos invita a buscar una palabra nueva que esté vinculada con la prevención y con la modernidad de lo que significa adelantarnos en el tiempo natural del desarrollo de las enfermedades. Es hora de inventar una palabra nueva y propone hapre, una contracción de hallazgo que aparece gracias a la acción de la medicina preventiva. La idea es muy interesante en una época en que términos como: prediabetes, prehipertensión o conceptos como disminución del umbral diagnóstico o inercia terapéutica, se hacen hueco con éxito en el paradigma médico imperante y que ya empiezan a colarse en el espacio del conocimiento colectivo de nuestros pacientes.
El neologismo escogido: hapre, tal vez no sea muy atrayente pero es necesario y con seguridad es el primer paso en la batalla de la desmedicalización que debe empezar cuanto antes. Si como Stein consideramos que tan solo empleando el nombre de una cosa ya se invoca el imaginario y las emociones asociadas con ella; eliminar el pensamiento de enfermedad de lo que no es sino riesgo o probabilidad aumentada, no es una cuestión (solo) semántica, es guiar a los pacientes al sitio donde realmente están.
Con médicos tan brillantes como el Dr. Rubinstein este ineludible itinerario ha comenzado a iniciarse y algunos de sus pacientes ya lo saben.
Los nuevos enfermos.Ventajas y desventajas de la medicina preventiva
Autor: Dr. Esteban Rubinstein
ISBN: 978-987-1639-00-7 // 164 pp.
ante las peticiones : Amazon.com NUEVOS ENFERMOS, LOS (Spanish Edition) http://amzn.to/ben3I1
El día D
Paciente: Buenos días Dr.
Dr: Buenos días, que le trae por aquí, Antonio.
Paciente: Pues nada Dr que vengo a que me mande la epirometría
Dr: (con cara de sorpresa) ¿y eso?
Paciente: Pues nada que quiero ser como a los parlamentarios, funcionarios y periodistas del Senado que han tenido la oportunidad de someterse a una sencilla prueba médica para determinar si sufren EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)
Dr: hombre, no sabía eso del Senado, pero no creo que haya sido así, será más bien que les han dado unas charlas sobre lo importante que es no fumar y como daña esto a los pulmones.
Paciente: No Dr, que les han hecho soplar por un canutejo blanco con las narices tapadas. Mire , mire ( mientras muestra unos papeles al Dr) mires esta foto donde aparece Javier Rojo, presidente del Senado en el centro, mientras realiza la prueba de espirometría y de izq. a dcha Julio Ancochea, titular de neumología de la Universidad Autónoma de Madrid; Myriam Calle, coordinadora del área de EPOC de SEPAR y Juan Ruiz-Manzano, presidente de SEPAR.
Dr: pues tiene Ud. razón, hombre yo tenía entendido que solo era en fumadores, a partir de cierta edad y que no estaba nada clara su utilidad. Por cierto Antonio si Ud. nunca ha fumado, ¿a que viene esta preocupación?.
Paciente: Pues mire Dr, el interes ha surgido tras enterarme que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Universidad de los Pacientes de la Fundació Josep Laporte, con el apoyo de Neumomadrid y la colaboración de Novartis, han celebrado la Jornada EPOC en el Senado.
Dr : ya Antonio, pero jornadas hay todos los días
Paciente: Si, Dr pero es que esta ha sido diseñada conforme a un Protocolo elaborado por 10 especialistas en EPOC, miembros de la SEPAR y otras instituciones relacionadas con la EPOC, con el fin de llevar a cabo un estudio que, bajo la denominación de Cribaje espirométrico y encuesta de conocimiento en el Parlamento Español (Congreso y Senado) y Parlamentos autonómicos (ConSEPOC), determinará la prevalencia de la EPOC entre los senadores, diputados y parlamentarios autonómicos, así como su percepción y conocimiento sobre la enfermedad.
Dr: me deja Ud. de piedra
Paciente: y Ud. a mi , si me lo permite lo aprecio mucho pero parece mentira que mi Dr no sepa que la EPOC es una patología del sistema respiratorio que provoca la obstrucción de las vías respiratorias inferiores desencadenando una disminución irreversible en la función respiratoria. Afecta a un 10,2% de la población de entre 40 y 79 años, pero en más de un 70% de los casos aún no está diagnosticado y que la EPOC, que causa casi 15.000 muertes al año en España, tiene una evolución lenta y progresiva.
En la mayoría de los pacientes, cuando acuden al médico, la patología se encuentra en un estadio avanzado y frenar su progreso resulta muy complicado, lo que repercute negativamente sobre su calidad de vida.
Así que está claro porque he venido ¿no?
Dr: (con cada vez más cara de asombro) ¡si Ud lo dice!
Paciente: No, no lo digo yo , lo dice y lo ha puesto de manifiesto durante la Jornada el doctor Juan Ruiz Manzano, presidente de SEPAR, que aseguró que «generalmente la EPOC es diagnosticada cuando está en un estado muy avanzado. La consecuencia es el retraso en la intervención sobre los factores del riesgo, la pérdida de calidad de vida de los pacientes, el aumento de los años potenciales de vida perdidos por el paciente y el aumento de costes para la sanidad pública».
Dr: ya pero ya sabe Ud. que estas cosas a veces se exageran….. o malinterpretan.
Paciente: pues no creo que exageren, es más creo que se debe hacer hincapié en la importancia de adoptar medidas para fomentar un diagnóstico precoz de la patología. Es preciso concienciar a la población y a la comunidad sanitaria de la necesidad de que todo fumador mayor de 40 años, con un historial de tabaquismo y sobre todo si tiene algún síntoma, debe realizar una espirometría para determinar el estado de sus pulmones.
Es más, ustedes los médicos de Atención Primaria deberían cuando el paciente no acude al médico fomentar la búsqueda activa, la realización de una prueba tan fácil y rápida como una espirometría sería suficiente para un diagnóstico precoz de la EPOC.
Dr: ya…………….
Paciente: por favor si puede mándeme una espirometría que como sabe es una prueba muy sencilla, que se realiza en tan sólo unos minutos, simplemente soplando con fuerza y rapidez a través del espirómetro. Con ella, se mide la cantidad de aire que cabe en los pulmones y la velocidad a la que esa persona puede expulsarlo. De esta forma, se conoce la función respiratoria del paciente que realiza esta prueba, su capacidad pulmonar o si los bronquios están obstruidos.
Dr: (derrotado) vale , tome Ud ese papelito y que se la hagan

Texto del Paciente: de varias agencias e Internet
Texto del Dr: Sin palabras S.L.
Imagen: U.S. Preventive Services Task Force. S creening for Chronic Obstructive Pulmonary Disease Using Spirometry: U.S. Preventive Services Task Force Recommendation Statement. Ann Intern Med. 2008 Apr 1;148(7):529-34

Habría que cambiar el titular y poner predican con el MAL ejemplo