pensamiento circular
Aquella mañana de octubre, como todos los días, hojeaba el New York Times mi sorpresa fue mayúscula, no me lo podía creer, mientras parte del churro mojado en café se me escapaba por la comisura del labio, mis ojos no se podían apartar de esta noticia. ¡Increíble! Una de las sociedades más carcas del panorama médico mundial, la American Cancer Society (ACS) entonaba el mea culpa y reconocía que las campañas de prevención pueden hace más daño del que se postulaba*.
El efecto adverso y las consecuencias inesperadas están ligadas a cualquier intervención, lo que hay que hacer es poner en una balanza los beneficios y los perjuicios y actuar en consecuencia. En el campo de la prevención esto es además obligatorio, porque no olvidemos que estamos tratando a personas sanas.
Hay algunos profesionales sanitarios anclados en una ideología trasnochada que piensan que cualquier intervención ya es buena por el simple hecho de serla, hacen grande sus bondades y minimizan, o ni siquiera contemplan, los riesgos. El problema no es que estos personajes, generalmente instalados en los grupos más influyentes de la profesión, piensen como piensen, ni siquiera que hayan trasladado su forma de pensar al resto de la sociedad. Al fin y al cabo pueden estar en lo cierto y nosotros equivocados, el problema es que no admitan la necesidad de que todos conozcan los pros y contras de cada actuación, lo grave es que acallen a los disidentes con argumentos ad hóminen, chantajes emocionales o apelando a criterios morales que ellos son los primeros en incumplir ¿Primun non Nocere?.
Lo grave es que personas de autoridad reconocida que, siendo natural que supiesen o hablasen de una cosa, omitan opinar porque la difusión de la contraria, beneficia a sus intereses económicos o profesionales, lo grave es que entre las personas que pueblan las cúpulas directivas de los servicios sanitarios reine el principio de Peter. ¡Así estamos!
*La ACS reconoce que los beneficios de programas de cribado del cáncer como el de próstata o mama se habían sobrevalorado mientras que los perjuicios se habrían minusvalorado en exceso. Poco le ha durado los buenos propósitos a esta sociedad, tras las nuevas recomendaciones de la Task Force de actividades preventivas (mamografías de rutina a las mujeres después de los 50 años y no a los 40 como hasta ahora) la ACS vuelve por su fueros y las critica duramente, junto al Colegio Americano de Radiología, sosteniendo que los beneficios de las mamografías son evidentes para la reducción de casos y muertes por cáncer de mama.
Carlos Coscollar, en el último nº de la revista AMF (AMFC, que diría Cofiño), habla muy bien sobre los dos paradigmas de la medicina actual en función de la aceptación o no de la incertidumbre en términos de probabilidad. O tu (paciente) confías en mí (experto) o compartimos la duda que ofrecen los números.
La vida es pura incertidumbre. Ved la tabla 2 de este artículo de Carlos Aibar: http://www.fundacionmhm.org/pdf/Mono8/Articulos/articulo3.pdf
Es lo que hay. Conviene adaptarse a ello y saber gestionarlo, al menos.
Abrazos
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