Categoría: Nefrología

“Mear claro y recio, deja al médico por necio.”

Aunque con poca convicción, es un clásico recomendar mantener una ingesta adecuada de líquidos como medio de prevenir las infecciones urinarias, especialmente las de repetición. En una revisión reciente se recomendaba, junto con otras medidas generales; no se reconocía evidencia alguna que la respaldase, pero tenía en cuenta su bajo costo y la carencia de efectos secundarios.

No nos gusta demasiado esa actitud de «total, qué más da» y siempre estamos atentos a cualquier estudio que pueda apoyar o refutar estas prácticas aparentemente inocuas que solo se apoyan en asunciones endebles o en el «siempre se ha hecho así». Por fortuna se han empezado a publicar artículos que, en este caso, refuerzan la costumbre: es el caso de un ensayo clínico publicado en 2018 en la revista JAMA Internal Medicine que concluyó que el aumento de la ingesta de agua es una estrategia eficaz para prevenir la cistitis de repetición en mujeres premenopáusicas con riesgo de recurrencia y que no beben un volumen diario suficiente de líquidos.

Más recientemente, una revisión sistemática publicada en la revista de los médicos generales ingleses abordaba la misma cuestión. Esta revisión tiene un doble interés: el propiamente clínico, donde con algunos problemas de heterogeneidad y de significación estadística apoya la tesis de la hidratación, y un interés metodológico, ya que es una revisión sistemática con metanálisis realizado en un tiempo récord gracias a la utilización de herramientas que automatizan algunas de las mecánicas tareas que conlleva hacer este tipo de revisiones.

Publicado en Bravo Toledo R. Nuestra mente nos engaña. AMF 2020; 16(4): 239-240

El número a la izquierda

La presencia del sesgo del dígito izquierdo afecta la utilización de órganos. Los riñones de donantes de 70 años se descartaron para trasplante en mayor proporción que los de donantes de 69 años, al igual que los riñones de donantes con creatinina 2.0 mg / dl en comparación con los de donantes con creatinina 1.9 mg / dl

Husain SA, King KL, Mohan S. Left-digit bias and deceased donor kidney utilization. Clin Transplant. 2021 Jun;35(6):e14284

Los médicos que evalúan los riñones de donantes para trasplante de riñón deben tener en cuenta un gran volumen de información sobre cada órgano y el donante en un período de tiempo relativamente corto. El momento de evaluar la calidad del órgano y tomar decisiones relativas a su utilización en el trasplante, es un escenario de toma de decisiones ideal para estudiar la existencia de atajos o heurísticos y los sesgos cognitivos que estos producen.

Por otro lado, es conocido que uno de los sesgos más frecuentes, es el conocido como sesgo de dígito a la izquierda, que es una propensión de los individuos a centrarse en el dígito más a la izquierda de una variable continua. Recientemente, como ya reseñamos en este blog, se ha publicado un par de artículos donde se constata la presencia de este sesgo, en la toma de decisiones médicas relacionadas con intervenciones quirúrgicas.

En un estudio publicado en el número de junio de 2021 de la revista Clinical Transplatantion se quiso de terminar la presencia del sesgo del dígito a la izquierda en la utilización de riñones para trasplante cuando se consideraba la edad del donante fallecido y el nivel sérico de la creatinina de este.

Proporción de riñones de donantes fallecidos recuperados para trasplante en los Estados Unidos (2015-2019) y posteriormente descartados, por edad del donante y nivel de creatinina.

Como se puede ver en la figura la proporción de riñones de donantes fallecidos que fueron descartados fue significativamente mayor cuando el donante tenía 70 años (217/282, 77%) que cuando el donante tenía 69 (333/514, 65%) (p <.001). Sin embargo, no hubo diferencias entre la proporción de riñones descartados de donantes de 69 años en comparación con 68 o 67 años, o entre donantes de 70 años en comparación con 71 o 72 años.

Igualmente los riñones de donantes con creatinina 2.0 mg /dl  se descartaron en mayor proporción que los de los donantes con creatinina 1.9 mg /dl. Tampoco hubo diferencias cuando se desecharon riñones de donantes con creatinina 1,9 mg/dl en comparación con 1,8 mg/dl o 1,7 mg/dl, ni entre los de donantes con creatinina 2,0 mg/dl en comparación con 2,1 mg/dl o 2,2 mg/dl.

Una vez más se muestra la presencia de este efecto en medicina, como en otras disciplinas o facetas de la vida. El reconocimiento de este u otros posibles sesgos, es el primer paso para intentar combatirlos en un campo donde nos jugamos algo más que dinero o decisiones erróneas.