Categoría: Oftalmología
El despropósito de la manera española de hacer guías
La Medicina basada en la evidencia (MBE) ha tenido desde su nacimiento ardientes defensores y detractores que han fomentado un debate y la necesidad de aclarar sus fines, lo que en general ha sido muy provechoso. A pesar de sus problemas, es inegable la utilidad y potencia de esta herramienta para una adecuada prática clínica. A veces la MBE se ha acompañado de amistades peligrosas más prestas al abrazo del oso, que a una leal colaboración para una meta común. Los postulados y objetivos coincidían, al menos en apariencia, con los de muchas organizaciones privadas e instituciones públicas. Fomentando la MBE estas organizaciones lograban una práctica médica de más calidad y más científica, cumpliendo su objetivo final de dar una mejor asistencia sanitaria y más salud para la población a la que se dedicaban.
Sin embargo, como buen achuchón úrsidiano, pronto se vio que esta aparente demostración de cariño en el fondo encerraba, en algunos casos, una trampa. En el caso de la Big Pharma, se observo que en ocasiones solo creía en la MBE, si esta se basaba en la evidencia que ella creaba, fabricaba o manipulaba (según el caso) de acuerdo a sus intereses.
En el caso de las instituciones públicas, se está tardando algo más, pero en ocasiones se llega al mismo problema. Como se comentó, hace unos años en el BMJ a propósito de una supuesta perversión del NICE “Los sistemas centralizados y burocráticos, con toda su tradicional panoplia de comités de expertos y la implementación descendente de las directrices, han reclamado una legitimidad adicional invocando el mantra de la MBE”.
El caso es que este mantra MBE es en ocasiones chapucero y triste. Como ejemplo solo hay que fijarse en algunas guías de práctica clínica (GPC) auspiciadas por el Ministerio de Sanidad.
Las GPC, aunque no han sido un descubrimiento de la MBE, son coetáneas y comparten principios y fundamentos. Su utilidad esta clara, pero tambien han sido la predilectas de organizaciones que disfrazan con el manto de la ciencia, su inefable autoritarismo. En otras ocasiones es una barata forma de adornar la ineficiencia operativa o falta de liderazgo de las instituciones, que haciendo o promocionado, una serie de guías, completaban aparentemente el trabajo.
Pero es que además se hacen mal. Hace poco comentabamos el caso de unas guías terapéuticas con defectos metodológicos en su realización, ahora vemos con estupor que guías oficiales del ministerio de sanidad publicadas este año, adolecen de defectos importantes. El ministerio es reincidente, pero así y todo no es de recibo publicar en 2017 GPC, en las que la búsqueda bibliográfica termina en 2013.
Recordamos que la revisión bibliográfica proporciona la materia prima para que las GPG puedan seleccionar los artículos más relevantes y pertinentes y proceder al análisis de la evidencia que sostendrá las recomendaciones finales. No se debe olvidar que los errores, omisiones y sesgos producidos en esta fase, pueden llegar a provocar estimaciones inadecuadas sobre los efectos de las intervenciones sanitarias.
En otra guías lanzadas recientemente se producen hechos similares, aunque eso si las búsquedas se actualizan a en 2014, algo es algo.
Del poyaque al «seguro que es una tontería” (1)
Expresiones como las que titula este post son frecuentes en las consulta de medicina general. Cuando un médico oye eso de vengo porque…ejem, seguro que será una tontería…., ejem pero………. y comprueba que efectivamente es una banalidad, le dan ganas de decir: En efecto es una tontería (o una gilipollez, si el galenos es más bruto), sin embargo no solemos decirlo. Al contrario del poyaque, que demuestra poco ingenio y mala educación por parte del emisor, la tontería, aunque lo sea, es un motivo de preocupación legitimo que ha impulsado a pedir cita y acudir a una consulta médica, es decir a una serie de molestias que solo se verán compensadas con un diagnóstico o tras una palabras tranquilizadoras. Al contrario de lo que piensan siempre algunos profesionales, y en algún momento todos, la mayoría de la gente no acude a consulta por capricho; ir, incluso gratis, al médico no es una actividad que pueda agradar a nadie.
Pues aprovechado esta digresión voy a copiar excelentes explicaciones sobre tonterías que se consultan con frecuencia, la primera es sobre ese temblor casi imperceptible de los parpados que todos hemos notado alguna vez. En Ocularis magnifico blog de divulgación oftalmológica su autor lo explica de la siguiente manera:
Si usáramos un término más técnico, hablaríamos de fasciculaciones del párpado o faciculaciones del orbicular del párpado, y se trata de contracciones involuntarias de unas pocas fibras del músculo. El orbicular del párpado es el responsable de cerrar el ojo y parpadear y está en el espesor de ambos párpados. Cuando tiene fasciculaciones, se contraen de forma involuntaria algunas fibras musculares. No se trata de una contracción coordinada y simultánea, así que el párpado no se cierra, no es un movimiento eficaz. Sin embargo lo notamos. Hay contracciones más severas como tics, blefarospasmos, etc, bastante más molestos. Sin embargo, lo más frecuente con mucho son las fasciculaciones simples ese pequeño temblor que puede molestar, pero no impide la visión, se consideran benignas y no requieren pruebas neurológicas. No requiere tratamiento. Muchas veces se asocia al estrés y la fatiga, también se ha querido relacionar con la toma estimulantes como el café o el tabaco. Realmente no guardan relación con el ojo, y aunque es relativamente frecuente encontrar en la consulta del oftalmólogo estos casos, no tenemos que hacer ninguna exploración especial.
Aparte de la ilustrativa y tranquilizadora explicación de un profesional, lo mejor de esta entrada es que sale la primera cuando uno escribe en Google temblor de parpados. Con solo esto, en apariencia tan simple, su autor está haciendo un servicio de divulgación inestimable, que seguro evitara más de una consulta por la tontería del parpado. Aprovechamos para felicitarle por cumplir seis años al frente de un blog cuidado y riguroso, herramienta inestimable de conocimiento oftalmológico para pacientes y profesionales.
Al igual que en su momento dijimos de Shora, ellos sí que son, los verdaderos reyes de la blogosfera sanitaria. Como no se dedican al cancamusismo, ni aparecen en bata en plan estupendo nunca se les ha considerado en su verdadero valor. El día en que se empiece a evaluar los blogs médicos por su verdadera audiencia e influencia y no por ser amigos de periodistas, decir chorradas en twitter o jugar a hacer happy-pandi, es día Ocularis será una referencia, y estaremos orgullosos de tenerlo a nuestra disposición y en nuestro idioma.
ojo al huevo
Gracias a los talleres que organizaba Maribel llegue a saber lo útiles que pueden ser los huevos kínder sorpresa. La capsula de plástico de color naranja que contiene la sorpresa se convierte en un buen simulador del globo ocular y gracias una pequeña apertura se puede figurar la práctica de una oftalmoscopia. Lo que nunca imagine es que veríamos una cosa parecida con su correspondiente evaluación como instrumento docente, blanco sobre negro y publicado en una revista médica Evaluation of a Tool to Teach Medical Students Direct Ophthalmoscopy
Duracell
y siguen, y siguen, y siguen…………………………..
rojiojo
El diagnóstico diferencial del ojor rojo y sobre todo las indicaciones de derivar al especialista de oftlamologia es un tema importante y recurrente en las consultas de atención primaria. En el número de febrero de la revista Cleveland Clinic Journal of Medicine (una revista con pocor originales pero interesante) se publica un util artículo Red eye for the internist: When to treat, when to refer (donde pone internista, lease medico de familia ) donde se contemplan los principales diagnósticos que se esconden tras un ojo rojo y sobre todo indicaciones claras de cuando tratarlo o cuando esta más indicado derivarlo con más o menos urgencia.
