Etiquetado: reacciones adversas medicamentos
Toxicidad por metotrexato
Medicina Clínica 2017; 149 (10): 467
Toxicidad por metotrexato: algo más que recordatorios. Methotrexate toxicity: More than just reminders
a Centro de Salud Linneo, Madrid, España
b Miembro del Grupo de Trabajo de Seguridad del Paciente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (GdT de Seguridad del paciente de la semFYC)
Sr. Editor:
He leído con atención la carta de Salgueiro-Vázquez et al.1 publicada en su revista, donde se pone de manifiesto el grave problema de los errores de medicación asociados a la administración oral de metotrexato. En mi opinión esta carta es un buen ejemplo de lo que tantas veces ocurre en medicina: un buen diagnóstico seguido de un tratamiento poco eficaz. No se pretende minusvalorar el impecable trabajo de los autores, sino hacer notar las conclusiones finales donde se insta a una «mayor concienciación de los profesionales» y en «la necesidad de informar detenidamente al paciente». Estas propuestas junto a otras de la agencia reguladora española comentadas por los autores, han demostrado ser claramente insuficientes, como demuestra la misma exposición de casos que hace la carta a la que nos referimos.
En la serie de Salgueiro, el error en la pauta diaria en lugar de semanal es el más importante cuantitativamente, con gran diferencia respecto a otras series publicadas en otros países, como acertadamente señalan los autores. En mi opinión dejar la responsabilidad de un efecto adverso grave, continuado y evitable, únicamente sobre los hombros de los profesionales sanitarios, revela una actitud típica de la autoridad sanitaria que se lava las manos y deja todas las posibles acciones en el responsable final, que siempre será el médico o el paciente. Nos recuerda aquellas antiguas estadísticas de accidentes de tráfico, donde la causa siempre era el exceso de velocidad y solo ocasionalmente las deficientes infraestructuras viarias de nuestro país
Pastillas las justas
Taller sobre «Pastillas las justas » en la sede de la OCU el 28 de octubre de 2015
Prescripción para indicaciones no aprobadas- uso off label -: un estudio en atención primaria
Resumen del trabajo original Tewodros Eguale, David L. Buckeridge, Nancy E. Winslade, Andrea Benedetti, James A. Hanley, and Robyn Tamblyn. Drug, Patient, and Physician Characteristics Associated With Off-label Prescribing in Primary Care. Arch Intern Med 2012 On line first
Extraido del Blog Medicamentos, Salud y Comunidad
Características de fármacos, pacientes y médicos asociados con la prescripción fuera de indicación (en ficha técnica) en Atención Primaria
No repetir las recetas de forma automática
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Evitar la repetición de recetas de medicamentos que ya han sido administrados al paciente previamente sin respuesta, o que causaron una reacción adversa
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No repetir las recetas de forma automática
Mariano Aguayo Canela
Especialista en Medicina Interna. Hospital Juan Ramón Jiménez. Huelva.
Resulta sorprendente la frecuencia con la que el médico prescribe un fármaco que ya ha fracasado previamente o incluso que ha producido reacciones adversas, sin saberlo y por no disponer de la historia farmacoterapéutica completa y actualizada del paciente. Si no se dispone de ésta (incluyendo las razones para comenzar o suspender determinados tratamientos), los médicos pueden ocasionar un gasto innecesario o incluso un perjuicio para el paciente.
Una sesión clínica
Son las ocho y cuarto de la mañana, y en la sesión clínica del servicio de medicina interna el residente que ha estado de guardia comenta uno de los ingresos que ha tenido, algo intrigado por la rareza del caso clínico:
– “Se trata de una mujer de 61 años, con antecedentes de valvulopatía mitral e insuficiencia cardiaca crónica que acude a urgencias por cuadro de exantema generalizado de varios días de evolución, con fiebre y mialgias, que se han seguido de lesiones violáceas que han terminado haciéndose ampollosas en cara y tronco, extendiéndose a otras áreas en 48 horas, con gran afectación del estado general. El diagnóstico es compatible con Síndrome de Stevens-Johnson, en muchos casos debido a una reacción medicamentosa. En el interrogatorio dirigido, la paciente refería que hacía un mes había comenzado a tomar alopurinol, a raíz de haber acudido a una revisión por su cardiólogo, quien, tras comprobar una leve hiperuricemia en los análisis de rutina, se lo había prescrito.”
El MIR sigue haciendo una descripción detallada del cuadro, que se había preparado con esmero. Cuando finaliza su exposición concluye:
– “Creo que se trata de una grave reacción cutánea adversa al alopurinol”.
Algunos miembros del staff felicitan al residente por su exposición y hacen diversos comentarios sobre el síndrome de Stevens-Johnson y sobre casos de reacciones adversas al alopurinol. Entonces el MIR de farmacología clínica, que está rotando por el servicio de medicina interna, pregunta:
– ¿Era la primera vez que la paciente tomaba el alopurinol?
Su compañero, que se había fajado en la anamnesis y lo tenía todo bien recogido en la historia clínica, le responde sin dudar:
– “No, ya lo había tomado en otra ocasión. Se lo prescribió su médico de familia, por el mismo motivo (hiperuricemia asintomática detectada en una analítica) pero él mismo se lo retiró al cabo de tres meses tras comprobar mínimo efecto y plantearse que muy probablemente la hiperuricemia se debería a la toma crónica de diuréticos que la paciente tenía como tratamiento habitual de su insuficiencia cardiaca, insistiéndole en medidas dietéticas y control analítico periódico”.
Ese día aprendimos dos cosas nuevas: primero que el síndrome de Stevens-Jonhson puede ser debido a fármacos, y en concreto puede ser una reacción rara pero grave al alopurinol; y segundo, y esto es muy importante, que “los especialistas” a veces prescribimos fármacos sin pararnos a pensar si realmente son necesarios y van a ser verdaderamente útiles, teniendo en cuenta que no siempre conocemos o tenemos acceso al historial fármaco-terapéutico de pacientes a los que atendemos puntualmente, y a los que, casi seguro, tampoco vamos a seguir de cerca. En este caso el fármaco ya había sido probado en la paciente por su médico de familia, con escaso o nulo efecto, por lo que su reinstauración por el cardiólogo estaría poco justificada. No solo no funcionó sino que ocurrió lo peor.
A propuesta de nuestro MIR de farmacología clínica hicimos a los pocos días una sesión de trabajo monográfica del tema, intentando identificar posibles situaciones de riesgo para esta prescripción imprudente. Al final pudimos clasificarlas en cuatro áreas, que esquematizamos en la tabla siguiente:
DEL MÉDICO PRESCRIPTOR
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DEL PACIENTE
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DEL SISTEMA SANITARIO (CONTEXTO)
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DEL FÁRMACO PRESCRITO
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Tabla también en http://www.box.com/s/rg8ncqfus3xfvmcgxvhn
A pesar de que hemos mejorado en la historia digital y en la educación sanitaria de la ciudadanía, nuestros pacientes siguen siendo, a veces sin querer, inductores y posibles víctimas de una prescripción medicamentosa excesiva e, incluso si se me permite, algo atolondrada. Nos parece a todos, pacientes y médicos, que nadie puede salir de una de una consulta sin una receta. El problema se acentúa cuando el paciente tiene una o varias patologías crónicas y visita a varios especialistas y/o frecuenta los servicios de urgencias por agudizaciones o descompensaciones de sus procesos; en estos casos la polifarmacia será un hecho frecuente y las probabilidades de que en alguna de las consultas se añada un tratamiento que ya se había mostrado ineficaz serán más elevadas.
La moraleja de este caso sería: “Siempre que se instaure un tratamiento, y especialmente en un paciente con una patología crónica, revise antes si ya lo había tomado y con qué resultado; con ello puede evitar prescribir un fármaco que no le repercuta ningún beneficio a su paciente, le ahorrará un gasto inútil e incluso una interacción con otros medicamentos o un efecto adverso. Y si desconoce los tratamientos previos que haya recibido o el paciente no sabe o no puede informarle de ello, sea prudente y no dude en consultar a su médico de cabecera”.
En esta misma línea, el recientemente publicado[1] “Consenso para la elaboración del informe de alta hospitalaria en especialidades médicas”, en el que han participado varias sociedades científicas y el Foro Español de Pacientes, recomienda a los especialistas hospitalarios prestar una especial atención a la instauración de “nuevos” tratamientos al alta hospitalaria, y afirma que “tras el alta hospitalaria el médico de familia es el coordinador principal de los cuidados y tratamientos del paciente”.
Mariano Aguayo Canela para iniciativa por una prescripción prudente
[1] Conthe P et al. Consenso para la elaboración del informe de alta hospitalaria en especialidades médicas. Med Clin (Barc) 2010; 134(11): 505-10.
A no ser que en el documento figure lo contrario este trabajo se encuentra dentro de la Iniciativa para una Prescripción Prudente por Varios Autores esta sujete a una licencia Creative Commons un Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported (CC BY-NC-SA 3.0)
¿Y si fuera el medicamento?
9 bis
Ante un nuevo problema de salud piensa en primer lugar si puede tratarse de
una reacción adversa a un medicamento
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¿Y si fuera el medicamento?
Joan-Ramon Laporte, Roser Llop, Montse Bosch *
*Fundació Institut Català de Farmacología. Barcelona
Con esta pregunta tan sencilla y clara se revisaban en un número reciente del Bit de Navarra síntomas comunes que pueden deberse a reacciones adversas.
Cualquier enfermedad, diagnóstico o síntoma puede haber sido causado, precipitado, favorecido o agravado por un medicamento. Por ejemplo, en cardiología sabemos que los AINE pueden provocar un infarto de miocardio (todos ellos porque causan hipertensión, pero sobre todo los específicos sobrela COX-2), una amplia variedad de fármacos pueden ser causa de arritmias (por alargamiento del QT o por otros mecanismos), o de descompensación de insuficiencia cardíaca (AINE, glitazonas), causar hipertensión pulmonar (anfetamínicos, serotoninérgicos) o crisis hipertensivas (sobre todo los simpaticomiméticos contenidos en preparados para el resfriado). En neumología, un broncoespasmo puede ser causado por efecto directo (estimulantes beta-adrenérgicos), por una reacción de hipersensibilidad alérgica (antibióticos) o de pseudohipersensibilidad (AINE). Casi todas las afecciones neurológicas pueden ser causadas por fármacos (por ej., parkinsonismo, distonías, discinesia, vértigo, temblor, nistagmo, hipertensión endocraneal). Lo mismo con las psiquiátricas (confusión, ansiedad, insomnio y otros trastornos del sueño)… Incluso en especialidades aparentemente tan alejadas de la farmacología, como la traumatología, el papel de los medicamentos es cada día más importante. Las caídas, fracturas, accidentes de tráfico producidas respectivamente con hipotensores, antipsicóticos, antidepresivos y las benzodiacepinas, diuréticos que causan desequilibrios hidroelectrolíticos, etc. Por lo tanto, ante cualquier alteración hay que tener presente la posible implicación de un fármaco, y no sólo de medicamentos de prescripción, sino también los de automedicación, como es el caso de los simpaticomiméticos para el resfriado.
Los resultados de un estudio realizado en Estados Unidos, replicado posteriormente con otros enla Unión Europea, sugirieron que los efectos adversos de los fármacos constituyen la cuarta causa de muerte, tras el IAM, el cáncer y el ictus, por delante de diabetes, EPOC, accidentes de tráfico, etc. Este estudio se basó en una revisión sistemática de estudios de series de pacientes identificados en servicios hospitalarios de urgencias. Se trata, por tanto de una infraestimación, porque mucha enfermedades diagnosticadas y tratadas en servicios de urgencias no se atribuyen a medicamentos (por ej., IAM, fracturas, etc.), en estas situaciones solo se suele inculpar a medicamentos los cuadros con una fracción etiológica farmacológica elevada (como discrasias hemáticas, cuadros cutáneos, HGI, etc.). Además, los estudios en servicios de urgencias no contabilizan la mortalidad ni más importante aun, la morbididad, que no es atendida en estos servicios de urgencias, como es el caso de la depresión, parkinsonismo, cáncer, etc.
Un ejemplo que nos preocupa, dado su elevado consumo en nuestro país, es el dolor por bifosfonatos. En 2008 la FDAalertó sobre un riesgo de dolor óseo, articular y muscular intenso, a veces generalizado, en ocasiones incapacitante, en pacientes tratados con bifosfonatos, que puede aparecer de días a años después de iniciar el tratamiento. Aunque algunos pacientes han experimentado mejoría completa al suspender el tratamiento, en otros la resolución ha sido lenta o incompleta. Una encuesta en pacientes tratados con bifosfonatos que presentaron este efecto adverso revela que el dolor era intenso en un 85% de los pacientes, aparecía durante las primeras 24 horas en un 25% de los casos y en los primeros seis meses de tratamiento en casi un tercio. En un 34% de los pacientes el dolor había durado más de un año, y en un 60% de los casos los síntomas no se habían atribuido al fármaco.
Nos preguntamos si no se estarán administrando muchos (supuestos) analgésicos para tratar este dolor sin retirar el bifosfonato, que no es un fármaco clínicamente esencial, excepto en la hipercalcemia de los tratamientos oncológicos de tumores no sólidos.
Con el fin de prevenir los efectos indeseados de los medicamentos, a la hora de prescribir hay que valorar cuidadosamente las circunstancias que aconsejan modificar cualquiera de las condiciones de uso del fármaco y, naturalmente, considerar de manera crítica la conveniencia del tratamiento farmacológico en cada paciente.
Bibliografía
- Efectos indeseados: un coste no sólo económico. Butll Groc 1999;12:1-4. http://www.icf.uab.cat/es/pdf/informacio/bg/bg121.99e.pdf
- DeMonaco HJ. Arch Intern Med 2009;169:1164-66. http://www.icf.uab.es/WebsietesDB/shortcut.asp?refid=86122
Joan-Ramon Laporte, Roser Llop, Montse Bosch* para Iniciativa por una Prescripción Prudente
A no ser que en el documento figure lo contrario este trabajo se encuentra dentro de la Iniciativa para una Prescripción Prudente por Varios Autores sujeta a una licencia Creative Commons un Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported
Pensar en reacciones adversas
9
Ante un nuevo problema de salud piensa en primer lugar si puede tratarse de una reacción adversa a un medicamento
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Pensar en reacciones adversas
Antonio San José
Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona)
asanjose@vhebron.net
¿Qué entendemos por fragilidad y persona de edad avanzada frágil?
La fragilidad es una condición clínica de incremento de la vulnerabilidad resultado del declinar, asociado al envejecimiento, de la reserva y función de múltiples sistemas fisiológicos llegando a afectar la capacidad de respuesta ante factores estresantes de nueva aparición, ya sean médicos (enfermedades, accidentes, medicamentos…) o psicosociales (tristeza, soledad…). En las personas de edad avanzada sin patologías graves esta fragilidad o vulnerabilidad acontece en edades muy avanzadas, pero en aquellas personas de edad avanzada con múltiples enfermedades crónicas o una enfermedad crónica grave aparece a edades más tempranas. Situaciones estresantes más o menos graves, en función del grado de fragilidad, pueden conducir a pérdidas funcionales y de calidad de vida en ocasiones agudas y graves. Según los principales investigadores en fragilidad podemos reconocer a la persona mayor frágil si presenta tres o más de los siguientes síntomas clínicos: pérdida de peso, debilidad, falta de energía, lentitud motora y baja actividad física.
¿Que son los síndromes geriátricos?
Es la forma de presentación de las enfermedades propia de las personas de edad avanzada frágiles. Característicamente la etiología suele ser multicausal, ocurriendo siempre en un organismo envejecido, con mayor o menor carga de enfermedades crónicas, y presencia de factores estresantes de nueva aparición. Son ejemplos de síndromes geriátricos el Síndrome Confusional Agudo o Delirium, las caídas, y la inmovilidad.
Ejemplos de efectos adversos a medicamentos en forma de Síndromes Geriátricos en ancianos frágiles y en donde se debería tener siempre un alto índice de sospecha de que se trate de un efecto adverso a medicamento.
Ejemplo 1:
Caídas, alteración de la deambulación e inmovilidad.
- Por exceso de sedación: benzodiacepinas y otros ansiolíticos-hipnóticos, antidepresivos, neurolépticos, opioides, antihistamínicos.
- Por sintomatología extrapiramidal. Neurolépticos.
- Por hipotensión postural: diuréticos, antihipertensivos.
Ejemplo 2:
Deterioro cognitvo agudo, confusión.
- Por efectos anticolinérgicos: antidepresivos, antivertiginosos y antihistamínicos, neurolépticos, antiparkinsonianos, anticolinérgicos urinarios, anticolinérgicos inhalados.
- Por exceso de sedación: benzodiacepinas y otros ansiolíticos-hipnóticos, antidepresivos, neurolépticos, opioides, antihistamínicos.

Caso clínico
Señora de 82 años cuya familia consultó por aparición de forma subaguda de deterioro cognitivo y funcional tras el fallecimiento de su marido.
Se trata de una mujer que vivía sola desde hace tres meses tras el fallecimiento de su marido, con un buen soporte familiar. Como antecedentes destacaba una artrosis de predominio en columna lumbar y rodillas, con consumo ocasional de paracetamol, diabetes mellitus tipo 2 de más de 10 años de evolución en tratamiento con hipoglucemiantes orales, hipertensión arterial de predominio sistólico en tratamiento con IECAS, e incontinencia urinaria de urgencia en tratamiento con tolterodina
La señora era viuda hacía tres meses, hasta la problemática actual mantenía una vida activa y era independiente para las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, aunque presentaba cierta dificultad a la deambulación y utilizaba una muleta en sus desplazamientos fuera de su domicilio: La familia refería, durante el último año, una cierta pérdida de memoria y una reducción en las actividades domésticas más complejas que no habían valorado demasiado y que se habían hecho más manifiestas tras el fallecimiento del marido. Orientada por su médico habitual como síndrome depresivo reactivo, se inició un tratamiento de forma progresiva con paroxetina y, posteriormente, al presentar por las noches episodios de insomnio con confusión, se añadió al tratamiento diazepam a dosis bajas. La paciente persistió confusa, con un curso fluctuante, con somnolencia diurna e hiperactividad psicomotriz nocturna, deterioro y reducción de la movilidad y de las actividades de la vida diaria, y una caída sin consecuencias.
La familia consulta con otro médico que realiza analítica general, radiología de tórax, ECG y TAC craneal sin evidenciarse patología aguda y procede a una retirada progresiva de la tolterodina, paroxetina y diazepam presentando una mejoría progresiva. Finalmente la paciente es diagnosticada de un déficit cognitivo leve como condición basal y un síndrome confusional sobreañadido de causa farmacológica, recuperándose progresivamente tras el ajuste farmacológico.
Se trata de un caso de una señora en una situación de fragilidad cognitiva previa y en tratamiento crónico con un medicamento con efecto anticolinérgico (tolterodina) que presenta un efecto adverso a medicamento en forma de síndrome confusional y deterioro funcional secundario a una interacción entre dos medicamentos con efectos anticolinérgicos moderados (tolterodina y paroxetina) y un medicamento con efecto ansiolítico-hipnótico prolongado (diazepam).
Lecciones del caso
- Muchos efectos adversos a medicamentos son secundarios a interacciones medicamento-medicamento
- Medicamentos con acción anticolinergica moderada y no muy conocida pueden interaccionar y provocar complicaciones no esperadas a nivel cognitivo y funcional, especialmente si se asocian con medicamentos con acción ansiolítica-hipnótica.
- La cascada de la prescripción es frecuente en la población anciana y responsable de interacciones y efectos adversos. Es importante no encaden ar las prescripciones sin antes valorar a fondo la nueva sintomatología, realizar una aproximación etiológica y valorar de forma estricta la posibilidad de que se trate de un efecto adverso a medicamento.
Bibliografía
- Chew ML et al. Anticholinergic activity of 107 medications commonly used by older adults JAGS 2008; 56: 1333 -1341.
- Han L et al. Cumulative anticholinergic exposure is associated with poor memory and executive function in older men. JAGS 2008; 56: 2203 – 2210
Por Antonio San José para iniciativa por una prescripción prudente
A no ser que en el documento figure lo contrario este trabajo se encuentra dentro de la Iniciativa para una Prescripción Prudente por Varios Autores sujeta a una licencia Creative Commons un Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported (CC BY-NC-SA 3.0)
la maldición de la osteoporosis
Resumen:
Susan Ott es una médico Internista especializada en enfermedades metabólicas que mantiene un magnifico curso on line sobre osteoporosis de gran utilidad para los que quieren desbrozar y aclararse en el proceloso mundo de la osteoporosis y su tratamiento. Susan es la autora de una revisión publicada en la revista Cleveland Clinic Journal of Medicine cuyo objetivo es determinar la duración optima del tratamiento para la osteoporosis y que ha tenido bastante repercusión en nuestro país, tanto en prensa general, como blogs especializados.
Importante este tema de la duración de los tratamientos que en nuestro país se suele zanjar con el contundente «de por vida».
En esta revisión se recomienda suspender el tratamiento con bifosfonatos a los cinco años. La autora no se recata en decir que las razones para esa afirmación son una mezcla de opiniones y débiles evidencias. Las recomendaciones que da para el manejo de la suspensión del tratamiento y control posterior de los pacientes están basadas en su opinión y experiencia ante la escasez de pruebas fehacientes que sirvan para guiar la toma de decisiones. Felizmente también nos recuerda que muchas de las decisiones, no solo ya de continuar el tratamiento con estos medicamentos, sino incluso de iniciarlo en determinados casos (osteopenia, riesgo bajo de fracturas, densitometría como único criterio, medicina basada en el marketing) carecen, asimismo, de pruebas suficientes.
En cualquier caso se debe recordar el aforismo que da nombre a ese blog “Primun non nocere”
Con la misma lucidez que nos lleva reconocer su poca evidencia, NO habría que tener recato en suspender a los cinco años un tratamiento que probablemente no se debía haber empezado. En los casos en que esa indicación estuviera más clara, una explicación fisiológica, la ausencia de beneficio (que no es lo mismo que beneficio de la ausencia) y la probabilidad (pequeña) de efectos adversos como la fracturas atípicas serian suficientes, a la espera de mejor evidencia, para establecer la duración óptima del tratamiento con bisfosfonatos para la osteoporosis en cinco años.
gestión del conocimiento:de la necesidad de SATD
SIATD= Sistemas Informatizados de Ayuda en la Toma de Decisiones
En este ejemplo sacado del excelente Bit de Navarra se intenta una solución y tras un análisis causa raiz se recomienda entre otras medidas : Implantación de programas que detecten las interacciones de las medicaciones de manera automática para que informen al facultativo y facilitar que en cualquier momento se pueda conocer cuál es la medicación que tiene prescrita un paciente.y
Como actuaciones NIVEL DE SERVICIO DE SALUD se propone:
- Introducir un programa informático que alerte sobre las posibles interacciones clínicamente relevantes.
- Modificar los programas informáticos para que, de una forma rápida y sencilla, se pueda saber en cualquier ámbito (especializada, primaria o urgencias) qué medicamentos está tomando un paciente.
burro grande ande o no ande
A raiz de la publicación de dos casos clínicos en el BMJ de hepatotoxicidad por paracetamol a dosis habituales, los blogs Hemos leido y el supositorio han publicado sendas entradas alertando del mencionado problema. Todo esta dicho y bien, pero aporto una presentación reciente sobre el tema.
el efecto Julio
Gracias a la lista Evidence leo este artículo publicado en una excelente revista Journal of General Internal Medicine, más que interesante para los que se dedican a la docencia y para los que tienen la desgracia de caer malos en Julio.
sobre todo por que no se mide