Categoría: Seguridad del paciente

Encuesta

epistolario septembrino

Gestión Farmaceutica Consejería de Sanidad
Asunto: Fármacos excluidos de la prestación farmacéutica
Estimados profesionales:

El pasado 17 de agosto la dirección General de Cartera de Servicios y Farmacia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,  emitió una Resolución por la que una serie de fármacos eran excluidos de la prestación farmacéutica. A fin de hacer efectiva dicha Resolución se modificó la Base de Datos de Medicamentos de la Comunidad de Madrid, dando de baja los medicamentos excluidos y se dicto una Resolución por parte de esta Dirección General con los criterios para la prescripción y dispensación de los medicamentos exceptuados para determinadas indicaciones.

Esto nos ha permitido que las nuevas prescripciones se adecuen a lo establecido en la norma. Sin embargo se hacía necesario revisar las prescripciones previamente establecidas, de forma que supusiera el mínimo impacto asistencial. Para ello se han realizado varias propuestas a la Comisión Científico Técnica del Servicio Madrileño de Salud y se han establecido una serie de actuaciones a realizar que son las siguientes:

1.- Realizar un cambio centralizado de estas prescripciones pasándolas de “vigentes” a “no vigentes” de forma que no deba realizarse de forma individual para cada paciente. Esta acción se ejecutará el jueves por la noche por lo que, a partir del viernes se visualizará en los Centros (dada la envergadura de la intervención es posible que tarde más de una jornada en actualizarse).

2.- A partir de esta actualización estará disponible en Farmaweb, y para cada CIAS, la relación de pacientes en los que había sido prescrito un medicamento afectado por la Resolución del Ministerio. Se podrá acceder a estos listados a través de la intranet Salud@, pestaña farmacia, apartado Farmaweb con vuestro usuario y contraseña habituales para internet. En ese mismo apartado dispondréis de un Manual que resume las actuaciones realizadas en el módulo de prescripción.

3.- Se incluirá en AP Madrid un Flash que se active cuando se abra la Historia Clínica de los pacientes en los que se han realizado modificaciones de forma que se advierta al médico que el paciente tiene prescrito un fármaco afectado por la resolución.

Toda la información relacionada con esta Resolución de la Dirección General de Cartera de Servicios y Farmacia la tenéis disponible en la pestaña de Farmacia de la intranet.

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De: Dr Coco Chomin. Centro de salud Barrio Sesamo

Para: D.G. Gest. Economica y Compras de Productos Farmaceuticos

Asunto: Receta de farmacos excluidos

Estimado Sres.

Sirva esta para mostrarles mi agradecimiento por la tarea realizada. Como probablemente no sean conscientes del bien que han hecho, les paso a resumir la nueva situación creada tras su inteligente decisión.

Realizar un cambio centralizado de las prescripciones de fármacos actualmente no financiados pasándolas de “vigentes” a “no vigentes” supone que no se sepa fácilmente que medicamento estaba tomando cada paciente. Si, ya se que cada vez que necesite saberlo, puedo recurrir a  ver los no vigentes (no siempre) o ir a Farmaweb, donde se puede ver la relación de pacientes en los que había sido prescrito un medicamento determinado. Se pierde algo de tiempo pero es muy entretenido.

No sé si Uds lo saben, pero estos medicamentos aunque no sean financiados seguirán siendo utilizados. Aunque no se lo crean, a pesar de no estar financiados, necesitan receta médica. Gracias a Uds. uniremos a la deliciosa pérdida de tiempo de buscar el medicamento,  otra no menos deliciosa energía intentando buscar y recetar los medicamentos que el paciente usaba y que Uds. de un plumazo y sin ningún tipo de permiso han eliminado.

Por ultimo también muchas gracias por tomarse la molestia de inundarnos de flashes informativos que no aportan nada y nos retrasan la consulta. Ya sabemos que esta tarea tediosa, es por el bien de nuestros delicados dedos, la cantidad ingente de clicks de ratón que hay que efectuar seguramente los hará mas fuertes.

Sin nada más que decir, por ahora, y reiterándoles una vez más nuestro profundo agradecimiento

Por la confusion del turco

Dr.Coco Chomin

Prescripción para indicaciones no aprobadas- uso off label -: un estudio en atención primaria

Resumen del trabajo original Tewodros Eguale, David L. Buckeridge, Nancy E. Winslade, Andrea Benedetti, James A. Hanley, and Robyn Tamblyn. Drug, Patient, and Physician Characteristics Associated With Off-label Prescribing in Primary Care.  Arch Intern Med 2012 On line first

Extraido del Blog Medicamentos, Salud y Comunidad 

Características de  fármacos,  pacientes y médicos asociados con la prescripción fuera de indicación (en ficha técnica) en Atención Primaria

 Antecedentes: La prescripción por fuera de las indicaciones aprobadas- “off- label”- puede dar lugar a reacciones adversas. Se sabe poco sobre su prevalencia y los factores determinantes, como resultado de problemas en la documentación de la indicación de tratamiento.
Métodos: Se utilizo la red de historias electrónicas de Medical Office of the XXI Century, en Quebec, Canadá, donde es obligatorio documentar la indicación de tratamiento. 113 médicos de atención primaria escribieron de 253.347 recetas electrónicas para 50.823 pacientes desde enero 2005 hasta diciembre de 2009. Las indicaciones de los medicamentos fueron clasificadas como dentro de la indicación o fuera de ella -de acuerdo con la base de datos de medicamentos de Health Canada. Se identificaron usos off –label que carecían de evidencia científica sólida. Se utilizó regresión logística alternante para estimar la asociación entre el uso fuera del etiquetado y las características de fármacos, pacientes y médicos.
Resultados: La prevalencia de uso off-label fue de 11,0%, de las prescripciones off-label, el 79,0% carecía de evidencia científica sólida. El uso off label fue mayor en medicamentos para el sistema nervioso central (26,3%), incluyendo anticonvulsivantes (66,6%), antipsicóticos (43,8%) y antidepresivos (33,4%). Los fármacos con 3 o 4 indicaciones aprobadas se asociaron con un menor uso fuera del etiquetado en comparación con los fármacos con una y dos indicaciones aprobadas (6,7% vs 15,7%; odds ratio ajustado (AOR), 0,44, IC 95%: 0,41 a 0,48). Los medicamentos aprobados después de 1995 se prescribieron por fuera del etiquetado con menos frecuencia que aquellos aprobados antes de 1981 (8,0% frente a 17,0%; AOR, 0,46, IC 95%: 0,42 a 0,50). Los pacientes con un índice de Comorbilidad de Charlson de 1 o más tuvieron un menor uso fuera del etiquetado que los pacientes con un índice de 0 (9,6% vs 11,7%; AOR, 0,94, IC 95%, 0,91 a 0,97). Los médicos con una orientación basada en la evidencia fueron menos propensos a recetar por fuera del etiquetado (AOR, 0,93, IC 95%, 0,88 a 0,99), una reducción del 7% por cada 5 puntos en la “sección evidencias” de la Escala Evidence-Practicality-Conformity Scale.
Conclusiones: La prescripción por fuera de las indicaciones aprobadas es común y varía según las características de fármacos, pacientes y médicos. La receta electrónica debe documentar la indicación de tratamiento para controlar el uso off label.
Editorial de Patrick G. O’Malley  What Does Off-label Prescribing Really Mean?  Arch Intern Med. 2012

La baja alfabetización para la salud incrementa la mortalidad en adultos de más de 50 años

por Genís Carrasco autor de El paciente inteligente. Barcelona: Sello editorial, 2012.

La alfabetización en salud (healthcare literacy) se ha definido como «el grado que las personas tienen de obtener, procesar y entender la información básica sanitaria para utilizar los servicios y tomar decisiones adecuadas respecto a sus problemas de salud». La baja alfabetización en salud se ha relacionado con un menor conocimiento de las enfermedades crónicas, una peor salud, tanto mental como física, el uso limitado los servicios preventivos y mayores tasas de hospitalización. Por estas razones, la Organización Mundial de la Salud y las organizaciones responsables de la salud pública en los Estados Unidos y Canadá habían identificado la educación sanitaria como un determinante importante de la salud de la población, pero hasta el momento ningún estudio había permitido establecer que los niveles bajos de educación sanitaria supusieran un riesgo intrínseco de morbimortalidad.

Sin embargo,  el panorama ha cambiado radicalmente con la publicación del estudio de Bostock et al. En su trabajo incluyeron 7.857 adultos mayores de 52 años que participaron en la segunda parte (2004-2005) del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento (ELSA, por sus siglas en inglés). La evolución de estos pacientes fue monitorizada hasta octubre de 2009. Durante el seguimiento se observaron 621 muertes: 321 (6,1%) en la categoría de alfabetización en salud alta, 143 (9,0%) en alfabetización media, y 157 (16,0%) en la categoría baja. Después de ajustar por edad y sexo, los grupos con alfabetización en salud baja y media se asociaron con un 75% y un 24% más de riesgo de mortalidad, respectivamente, en comparación con el de alfabetización en salud de alta.

La baja educación sanitaria también se asoció con un mayor prevalencia de síntomas depresivos, limitaciones físicas, y padecimientos crónicos, específicamente enfermedades del corazón, diabetes, accidente cerebrovascular y asma. El tabaquismo, la inactividad física y el alcoholismo también  se relacionaron significativamente con la baja alfabetización. Las puntuaciones más altas de alfabetización en salud se relacionaron con buenas habilidades cognitivas, incluyendo orientación, fluidez verbal y memoria.  La asociación entre la educación en  salud y mortalidad no varió significativamente en función de la edad, sexo, etnia, educación o enfermedades preexistentes (p> 0,05).

A pesar de que se desconocen las causas exactas de que la falta de alfabetización en salud empeore el pronóstico de los pacientes de más de 50 años, no cabe ninguna duda que los profesionales debemos incrementar nuestros esfuerzos  para mejorar la educación sanitaria de nuestros pacientes. Internet, las redes sociales y los medios de comunicación pueden ser herramientas, ahora imprescindibles, para conseguir ese objetivo prioritario.

También lo pueden ser publicaciones como Libro Blanco de los e-Pacientes o El paciente inteligente un manual del usuario de los servicios sanitarios públicos y privados que responde a la mayoría de preguntas que se hacen los ciudadanos cuando se enfrentan a un problema de salud en tiempos tan difíciles como los de la actual crisis global.

A pesar de las enormes dificultades que vive nuestro SNS y el desánimo que reina entre los profesionales, debemos esforzarnos para mejorar la educación sanitaria de nuestros pacientes y no flaquear en ello porque el éxito  no es más que  es el fracaso superado por la perseverancia.

Continuidad asistencial: el papel de las TICs

1 de noviembre. Comienza el espectáculo

1 de noviembre. Comienza el caos. Si gracias a ínclitos políticos de uno y otro signo (no hay que olvidar que aunque la fechoría la han perpetrado desde el ministerio de sanidad socialista, las autonomías populares y nacionalistas han consentido y aplaudido la medida). Como decimos gracias a los políticos y  también con la anuencia vergonzante del consejo general de colegios de médicos, algunas sociedades científicas y asociaciones marginales de sanitarios y consumidores, sin olvidar a líderes de opinión y comentaristas de la blogosfera sanitaria. En frente una gran mayoría de médicos y sobre todo el profesionalismo y el sentido común.

Es necesario señalar las más  importantes objeciones a esta medida o Real Desastre 9/2011

Prescripción por principio activo (PPA). La primera y gran mentira es esta. La PPA supone que cuando el médico prescribe un tratamiento emite una receta donde escribe el principio activo de la sustancia, cantidad por dosis y numero de dosis necesarias para completar el tratamiento que cree necesario para su paciente. En la farmacia se prepara de forma individualizada en contenedores, donde se hace constar las indicaciones del médico (nombre del paciente, del  principio activo  y cantidad prescrita).

Lo que sanciona el decreto no es eso. En España no existe esta modalidad de prescripción salvo para la formulación magistral. Lo que hace esta orden es utilizar la PPA como subterfugio para que se financie exclusivamente el medicamento más barato sin manifestarlo de forma explícita. Se intenta abaratar los costes de los medicamentos, sin que médicos y pacientes se percaten del verdadero y único objetivo de esta medida: reducir a toda costa la factura farmacéutica manteniendo la apariencia de que se sigue ofertando todo y que persiste la libertad de prescripción.

Sostenibilidad y coste  Más que la gran opción para mantener el sistema sanitario público gratuito, no parece que sea sino otra medida más de los múltiples intentos de contención del gasto de farmacia en el sistema. Eso sí, con mayor intensidad y gran capacidad destructiva (2). La reducción del gasto que se ha difundido por lo medios de comunicación y que proclama el mismo decreto es, el tiempo lo dirá,  ilusoria y falaz.

Aparte de las opiniones de voces autorizadas en economía de la salud, basta con analizar las líneas temporales  comparativas del gasto farmacéutico por comunidades autónomas, para observar que en la comunidad donde presuntamente se aplicaba esta norma de forma cuasi generalizada, no se ha producido el deseado ahorro.

Seguridad. El peculiar sistema de dispensación que impone este real decreto, encierra una quiebra potencial muy grave de la seguridad en el uso de los medicamentos. Como se ha señalado en sectores relacionados con la seguridad del paciente, la lista de medicamentos que podrán recibir los pacientes cuando su médico les haga una receta por principio activo puede llegar a un numero mucho más allá de lo razonable (3).

En algunos sectores se intenta traspasar la responsabilidad de minimizar este problema al farmacéutico dispensador,  intento vano porque el riesgo creado por los perjuicios de esta ley van mucho más allá de que un paciente determinado sin cambios en su tratamiento, pueda recibir cajas y pastillas diferentes cada vez que acuda a una farmacia determinada.

Algunos grupos y sociedades científicas conscientes del problema han apostado por lo que denominan isopariencia. Con el lema de “si son iguales que parezcan iguales” abogan porque la PPA implique la modificación del etiquetado, de tal forma que los envases de un mismo principio activo sean total o parcialmente iguales. El problema es que esta campaña llega tarde, no es más que una suma de voluntades minoritarias y que la medida es bastante difícil de ejecutar. En este manifiesto, al lado de gente que creen honestamente en esta solución, hay otras en las que esta postura es un intento de justificarse ante los más que previsibles efectos adversos, de una orden que han asumido y apoyado más allá de lo que la seguridad de sus pacientes y su propio profesionalismo le recomendaban.

(1) no entramos en este apartado si este objetivo es beneficioso o no  para el conjunto de la sociedad.

(2) por lo pronto se ha llevado por delante toda una larga  política de uso racional del medicamento y las creencias y trabajo honesto de muchos profesionales médicos y farmacéuticos.

(3) un paciente  con 4 medicamentos,  podría recibir 811.800 posibles envases de aspecto diferente.

Si son iguales, que parezcan iguales

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFyC), la Federaciónde Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP) y la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) ante la publicación del Real Decreto-ley 9/2011, que en su capítulo 1 establece la prescripción de medicamentos por principio activo, queremos declarar lo siguiente:

1. Asumimos los contenidos del Real Decreto-ley 9/2011.

2. Dentro del Real Decreto-ley se incluye la prescripción por principio activo, que puede significar un importante aumento del riesgo para los pacientes y en particular para los más frágiles, aquellos que padecen varias enfermedades.

En estos pacientes, que son tratados con un arsenal más o menos numeroso de medicamentos, los errores en la medicación son frecuentes. No es inhabitual, por ejemplo, que un paciente duplique e incluso triplique la dosis de un mismo medicamento, que se le ha prescrito con diferentes nombres comerciales por diferentes profesionales, por lo que el paciente cree que está tomando diferentes medicamentos cuando en realidad está tomando varias dosis del mismo, con el grave riesgo que eso significa.

Para evitar ese error los profesionales sanitarios y los pacientes deben trabajar en establecer un listado escrito de medicación, con el nombre del medicamento, la dosificación, a qué patología corresponde, etc. Estos listados cada vez están más extendidos, ya que con ellos se evitan en buena parte los errores comentados. Sin embargo la prescripción por principio activo puede hacer inútil este esfuerzo, si no se toman medidas al respecto.

Hasta ahora se podía prescribir un genérico o un medicamento con marca, con nombre propio. Si se prescribía un medicamento genérico en la farmacia se dispensaba una caja en cuya etiqueta aparecía destacado el nombre del genérico, habitualmente junto con el nombre del laboratorio fabricante. El paciente podía comprobar fácilmente que estaba tomando omeprazol, por ejemplo. Si se prescribía un medicamento con marca se dispensaba una caja en cuya etiqueta aparecía destacada la marca. En ambos casos el paciente podía comprobar en su listado de medicamentos si estaba tomando lo que se le había indicado.

A partir de la entrada en vigor de la ley se prescribirá por el principio activo, y en los listados de medicación de los pacientes aparecerán los principios activos que debe tomar. Pero, y ahí está el problema, cuando acuda a la farmacia se le entregará una caja en cuya etiqueta podrá aparecer el nombre del principio activo, si dispone de genérico, o cualquiera de las marcas que corresponden a ese principio activo y estén dentro del rango de precios más bajo.

Un ejemplo para aclararlo. Omeprazol es un medicamento muy utilizado, del cual existen más de 40 presentaciones genéricas y más de 20 presentaciones con marca, todas ellas en el mismo rango de precios. Cuando se prescriba un omeprazol el paciente puede recibir más de 60 envases diferentes. Ciertamente en 40 de ellos pondrá el nombre “omeprazol”, pero en los demás pondrá nombres diferentes. En resumen, cuando se dispense este medicamento el paciente recibirá uno de los más de 20 envases con nombres diferentes. El ejemplo del omeprazol quizá sea el de mayor número de presentaciones, pero para inducir a error con que hay dos diferentes ya es suficiente.

Ese es el problema, en la etiqueta del envase, el nombre del medicamento no tiene porque coincidir con el principio activo. De hecho, si un principio activo no tiene genérico, solo tiene marcas, nunca el nombre que aparece en el envase será el del principio activo.

El riesgo que esto implica es muy alto. Los fallecimientos por errores de medicación son frecuentes, y con los etiquetados actuales es previsible que aumenten.

Todos, la administración pública, la industria farmacéutica, médicos, enfermeros, farmacéuticos y pacientes debemos implicarnos en identificar de forma inequívoca los medicamentos. Nuestra salud está en juego.

SI SON IGUALES, QUE PAREZCAN IGUALES

Sin duda es la Administración, y en este caso el Ministerio de Sanidad, quien puede resolver en buena medida el problema sin grandes cambios. Nuestra propuesta es tan simple como que una de las dos caras principales de los envases (hablamos siempre del envase externo, de la caja) contenga exclusivamente la siguiente información:

– Nombre del principio activo, por ejemplo “OMEPRAZOL”

– Dosis, por ejemplo 20 mg

– Número de dosis y forma farmacéutica, por ejemplo 28 comprimidos

Y simplemente con eso las más de 60 cajas diferentes que ahora existen de omeprazol 20 mg, 28 comprimidos, aprobadas para su dispensación según el listado de precios de referencia, tendrán todas una cara común con sus señas de identidad (principio activo, dosis, número de dosis y forma farmacéutica), de manera inequívoca, lo que facilitará la identificación de duplicidades, omisiones, etc.

La normativa española, basada en la europea en cuanto a etiquetado, es perfectamente compatible, ya que lo único que se hace es redistribuir la información que ya ve en el envase. La norma (RD 1345/2007) no establece preponderancia de una información frente a otra, por lo que la adecuación a nuestra propuesta es sencilla y posible, y además necesaria. Y el laboratorio dispone del resto del envase para individualizarse.

A este concepto, las cajas que contengan un mismo principio activo han de mostrar una apariencia común, le denominamos ISOAPARIENCIA, que preferimos al de bioapariencia que se maneja habitualmente.

Para concluir: la prescripción por principio activo puede ser conveniente, pero debe modificarse de manera urgente el etiquetado, introduciendo la isoapariencia. Al fin y al cabo, SI SON IGUALES, QUE PAREZCAN IGUALES.

 

¿quieren los pacientes estar cerca de «sus» especialistas?

#16Bsefap= hashtag del  16 Congreso nacional de la sociedad española de farmacéuticos de atención primaria (SEFAP). Conferencia de @vmontori

Conciliación de la medicación en el paciente polimedicado

Con un sencillo análisis de sangre

Información dañina en horario de máxima audiencia

Al revés de lo que dicen las periodistas, con un sencillo analisis de sangre no se consigue casi nada, o mejor dicho se consigue más perjuicios que beneficios. Que decir de lo que comenta el paciente y mejor todavía 😉 eso de que detectado a tiempo nueve de cada 10 se curan es para nota.

Sin embargo en la prensa americana  plasma esta semana lo que hace tiempo se estaba sospechando y se sabia  gracias a los últimos estudios científicos. Si, se sabía incluso en España, como muestra la información para pacientes  de la semfyc. Nuestros periodistas no lo tuvieron en cuenta, se limitaron a ser correas de transmisión acritica de campañas con intereses concretos, y que poco tienen que ver con la salud.

Según el New York Times un panel de expertos de la United States Preventive Services Task Force –USPSTF– ha decidido que los hombres sanos no deberían aceptar una prueba de determinación en sangre del PSA  como prueba de detección del cáncer de próstata, debido a que la prueba en promedio no salva vidas y, a menudo conduce a más pruebas y tratamientos que innecesariamente causan dolor, impotencia e incontinencia de muchos hombres.  Esta recomendación del grupo de trabajo sobre servicios preventivos americano, aun en periodo de borrador, saldrá a la luz la próxima semana, y se basa en los resultados de cinco ensayos clínicos controlados. Podría ( o debería) cambiar la atención a los hombres de 50 años y mayores. Hay 44 millones de hombres como en los Estados Unidos, y a 33 millones de ellos ya se les ha realizado prueba de PSA – a veces sin su conocimiento – durante un examen físico de rutina.

Si vamos a la fuente original vemos que: Los US Preventive Services Task Force (USPSTF) esta en contra de utilizar el antígeno prostático específico (PSA) para la detección del cáncer de próstata. Se trata de un grado de recomendación D*.

Esta recomendación sustituye a la recomendación de 2008. Considerando que la USPSTF recomendó anteriormente contra la revisión basada en PSA para el cáncer de próstata en hombres mayores de 75 años de edad y concluyó que la evidencia era insuficiente para hacer una recomendación en hombres más jóvenes, la USPSTF recomienda ahora en contra de las revisiones basadas en PSA para el cáncer de próstata en todas los grupos de edades.

*Recomendación grado D =La USPSTF NO recomienda de este servicio. Hay certeza de moderada a alta de que este servicio no tiene ningún beneficio neto o que los daños superan los beneficios.

Esta recomendación se aplica a los hombres en la población de EE.UU. que no tengan síntomas sospechosos de cáncer de próstata, independientemente de la edad, la raza o los antecedentes familiares. El Grupo de Trabajo no evaluó el uso de la prueba del PSA como parte de una estrategia de diagnóstico en hombres con síntomas muy sospechosos de cáncer de próstata. Esta recomendación tampoco considera el uso de la prueba del PSA para la vigilancia después del diagnóstico y / o tratamiento del cáncer de próstata.