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10 lecturas para gerentes y directivos de atención primaria
La revista AMF-actualización en atención primaria, publica en su sección: El último año de… dedicado en este caso a la gestión sanitaria, una recopilación de artículos comentados brevemente cuyo objetivo es aportar evidencias sólidas respecto a la necesidad urgente de fortalecer la Atención Primaria. Todo en un año que como refiere el autor Sergio Minué, fue el tiempo del agotamiento, la decepción y la ira en AP, el año en que los profesionales vieron cómo se intensificaba la crítica respecto a su trabajo por parte de buena parte de la sociedad, mientras que los responsables políticos hacían oídos sordos a sus necesidades de reforzamiento y miraban hacia otro lado del sistema sanitario.
Por motivos obvios no podemos reproducir la totalidad del articulo -se puede consultar bajo suscripción aquí– pero si, citar los artículos recomendados con un enlace al texto completo.
Aunque solo sea porque alguien los repase, los lea, y pueda influir un poco en su decisiones.
- Basu S, Phillips RS, Berkowitz SA, Landon BE, Bitton A, Phillips RL. Estimated Effect on Life Expectancy of Alleviating Primary Care Shortages in the United States. Ann Intern Med. 2021 Jul;174(7):920-926. doi: 10.7326/M20-7381.
- Sandvik H, Hetlevik Ø, Blinkenberg J, Hunskaar S. Continuity in general practice as predictor of mortality, acute hospitalisation, and use of out-of-hours care: a registry-based observational study in Norway. Br J Gen Pract. 2022 Jan 27;72(715):e84-e90. doi: 10.3399/BJGP.2021.0340.
- Coma E, Mora N, Peremiquel‑Trillas P, Benítez M, Méndez L, Mercadé A, et al. Influence of organization and demographic characteristics of primary care practices on continuity of care: analysis of a retrospective cohort from 287 primary care practices covering about 6 million people in Catalonia. BMC Fam Pract. 2021;22:56. https://doi.org/10.1186/s12875-021-01414-y.
- L’Esperance V, Gravelle H, Schofield P, Ashworth M. Impact of primary care funding on patient satisfaction: a retrospective longitudinal study of English general practice, 2013-2016. Br J Gen Pract. 2020;71(702):e47-e54. DOI: https://doi.org/10.3399/bjgp21X714233.
- Cookson R, Doran T, Asaria M, Gupta I, Parra Mujica F. The inverse care law re-examined: a global perspective. Lancet. 2021;397:828-38. doi: 10.1016/S01406736(21)00243-9
- Goodair B, Reeves A, Rahal C. Outsourcing of health-care services to the private sector by English Clinical Commissioning Groups and mortality rates, 2013-20: an observational analysis. Lancet. 2021;398(S49). DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)02592-7.
- Sabety AH, Jena AB, Barnett ML. Changes in Health Care Use and Outcomes After Turnover in Primary Care. JAMA Intern Med. 2021 Feb 1;181(2):186-194. doi: 10.1001/jamainternmed.2020.6288.
- Rozbroj T, Haas R, O’Connor D, Carter SM, McCaffery K, Thomas R, et al. How do people understand overtesting and overdiagnosis? Systematic review and meta-synthesis of qualitative research. Soc Sci Med. 2021;285:114255. doi: 10.1016/j.socscimed.2021.114255.
- Barış, Enis; Silverman, Rachel; Wang, Huihui; Zhao, Feng; Pate, Muhammad Ali. 2021. Walking the Talk : Reimagining Primary Health Care After COVID-19. World Bank, Washington, DC. © World Bank. https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/35842 License: CC BY 3.0 IGO.
- Heath I, Stavdal A, Sigurdsson JA. The Role of Anger in Motivating Leadership. Front Med (Lausanne). 2021;8:613977. doi: 10.3389/fmed.2021.613977.
Es que no me aprenden
Goldratt autor de La Meta donde inicia la teoría de las restricciones y gurú del management cuenta en uno de los libros que siguieron a la Meta, lo siguiente:
En Israel se cuenta una historia que no puedo confirmar como cierta, aunque no me sorprendería que lo fuera. Hace años, los listados eran la única forma práctica de sacar la información de un ordenador. En aquella época, la descentralización de los sistemas informáticos era sólo un sueño, y se enviaban muchas copias de los listados desde el sitio central hasta muchos puntos del ejército. El departamento central de ordenadores del ejército israelí estaba considerando, como posible respuesta a sus oraciones, la entonces, nueva tecnología de una gigantesca impresora láser.
Un capitán de ese departamento, probablemente muy arrogante y algo irresponsable, sin esperar decidió atacar el problema de una forma un tanto original.
Sin pedir aprobación alguna, ordenó que se dejara de imprimir y enviar todo listado que tuviera más de cien páginas.
La leyenda cuenta que sólo se recibió una queja desde los puntos de recepción. El que protestaba era un individuo cuyo trabajo consistía en archivar ordenadamente los listados.
Eliyahu M. Goldratt. El síndrome del Pajar, cómo extraer información del océano de datos,
En la atención primaria española ha pasado algo parecido, nuestro capitán COVID ha permitidos que muchas obligaciones «absolutas e innegociables» se demorasen o se suprimieran durante un tiempo.
Así, nuestros ojos han visto cosas que vosotros no creeríais:
Altas y bajas sin estar presente el paciente, partes de confirmación que no se entregaban en papel, triaje por enfermeras, recetas electrónicas que se renuevan automáticamente o que no necesitaban ninguna orden, visados sin visar, negativas a certificar, recetas electromanuales de ISFAS y MUFACE, in-justificantes, resolución de problemas por teléfono, salas de espera apenas pobladas etc.
Y no ha pasado nada.
Nada, nada.
Nadie ha protestado, bueno se han descritos casos de deditos burocráticos-entristecidos por no poder realizar su labor, de médicos con síndrome de Estocolmo que echaban de menos abarrotadas consultas, de melancólicos de la charleta irreflexiva y mecánica, que no podían hacerlo por teléfono.
Con todo lo peor ha sido que con el anuncio de cada (buena) medida, siempre se añadía una frase similar: Está previsto que, cuando la situación epidemiológica lo permita, esta renovación dejara de tener efecto. A partir de este momento, se deberá retomar el proceso habitual.
Veis como son unos majaderos, no han aprendido nada
Comiendo brioche en la consulta de atención primaria
Cuentan que María Antonieta, Reina de Francia tras oír gritos a las puertas de palacio, preguntó a sus damas de compañía qué reclamaban los que gritaban, al responderla que no tenían pan para comer, ella dijo la famosa frase: «Qu’ils mangent de la brioche», traducido como «que coman pasteles», aunque el brioche no es un pastel, sino un bollo dulce.
Una expresión a medio camino entre la ingenuidad y la frívola estupidez, que quedó como ejemplo de su insensibilidad y la de clase alta, ante el sufrimiento de la plebe.

De igual manera, se cuenta en los mentideros sanitarios de la villa y corte, que en una muy reciente reunión de gerifaltes de la consejería, una viceconsejera, de profesión psicóloga, y responsable del Servicio Madrileño de Salud, ante la reclamación de parar la sangría que el covid e Ifema están produciendo en la atención primaria, dijo la siguiente frase: «y qué va a hacer la Primaria si no tienen consulta»
Igual, la cita es tan apócrifa como la que le atribuyen a María Antonieta, en cualquier caso es muy explicativa y nos deja sin palabras.
Cálida noche de agosto – remake
La anómala situación en la que se mueve la asistencia sanitaria de las personas institucionalizadas en nuestra comunidad es cada día más flagrante . El problema de fondo es similar en residencias de titularidad pública y privada y da lugar en epocas especiales como las vacaciones de verano a situaciones esperpénticas de más que conflictiva solución.
Desde hace tiempo y bajo la premisa cierta de que cualquier persona tiene derecho a la asistencia sanitaria, y que el hecho de estar institucionalizada no varía en nada este derecho, a cada persona que pasa a residir en unos de estos centros se le asigna un médico de familia del centro de salud correspondiente a la zona básica donde está ubicada geográficamente la institución. El médico de familia pasa a ser el responsable de proveer los servicios sanitarios correspondientes a la atención primaria con la misma calidad y diligencia que a cualquier otro paciente.
Pero es a partir de aquí cuando empieza a fallar la lógica, estos pacientes no son pacientes “estándar”, ni una residencia un domicilio habitual y normal. Basta repasar los apellidos de estas instituciones (ancianos, grandes discapacitados, discapacitados intelectuales etc.) para saber que son personas muy especiales que requieren una atención mucho más intensa y que genera un consumo de recursos materiales y profesionales mucho mayor que la media habitual. Que estos pacientes se alejan del estándar lo prueba el hecho de que, en la mayoría de los centros trabajan médicos que dedican todo su tiempo al cuidado y atención de estas personas. El mismo servicio madrileño de salud y las áreas sanitarias habilitan procesos de gestión especiales de suministro de material sanitario, y circuitos diferenciados de emisión de recetas de medicamentos y dispositivos, el servicio de salud permite igualmente, que algunos de sus servicios se tramiten directamente desde estos centros (públicos y privados). Incluso el mismo trámite de solicitud de tarjeta sanitaria o la obligatoriedad de estar al menos afiliados al centro de salud correpondiente se ve “aligerado”, cuando no obviado en el caso de los residentes en estas instituciones. Sigue leyendo
cuestión de estética en febrero
Evidentemente un laboratorio puede patrocinar la mesa redonda del congreso de una sociedad científica, que casualmente trata sobre su producto estrella. También una enfermera puede ser gerente de un área sanitaria y por ultimo, los trabajadores de un hospital pueden tener como reivindicación la plaza (de aparcamiento) en propiedad
Pero como que queda raro ¿no? Cuestión de estética
la medicina de familia y sus enemigos
Excelente artículo publicado en El Médico por Juan Benedito Alberola Presidente del Sindicato de Médicos de Asistencia Pública (SIMAP) Disponible en la tribuna abierta de http://www.elmedicointeractivo.com/ gracias a Santiago Casares por postearlo al grupo
¿se puede decir más claro? ¿ sabemos donde se esconde el verdadero enemigo?
¿Adónde te llevan, Medicina de Familia?
Hace más de 20 años que se inició la reforma del modelo de Atención Primaria de la Salud y las situaciones que motivaron dicha reforma siguen estando presentes. Masificación, mala coordinación con la Atención Hospitalaria, dificultad de acceso a las pruebas diagnósticas complementarias y excesiva burocratización de la consulta (consulta no hay más que una, la médica), siguen dificultando, como entonces, el proceso asistencial. Muchos opinamos que, en definitiva, hemos pasado de una consulta de dos horas de cupo al mismo tipo de consulta, pero de siete horas.
Los lobbys de la Atención Primaria (Sociedades Científicas, Plataformas, Observatorios) que están en relación con la Administración Sanitaria llegan a consensuar documentos de «alta filosofía», como el Proyecto AP-21 2007-2011, en los que concluyen que el problema que tiene la Medicina de Familia, después de la reforma efectuada por la Ley General de Sanidad, se solucionará incrementando el presupuesto asignado a este sector de la Medicina. Este incremento iría fundamentalmente a la paramedicina (gestora, directiva o asesora), la investigación o la docencia. Todos los poderosos salen beneficiados curricular y económicamente. Y como efecto colateral, se dice que el médico de base asistencial también saldrá beneficiado.
Tras varias décadas la situación cotidiana real de los centros de salud y de los Especialistas de Medicina de Familia (ahora ya se necesitan cuatro años para conseguir el título) es dramática. La Medicina de Familia no sabe a dónde va.
En las últimas convocatorias las plazas de MIR que no se cubren son las de Medicina de Familia. El porcentaje de abandonos del MIR de Medicina de Familia es el más alto de todas las especialidades, sin que sepamos si los compañeros abandonan la Medicina o se preparan un nuevo MIR. Los MIR de Familia recién acabados, en gran número, tras su contacto con los centros de salud vuelven a repetir el examen para cambiar de especialidad.
Ante la impasibilidad de los cargos directivos y gestores, las consultas están masificadas con 70 o más citas previas más los pacientes sin número (eufemísticamente encubiertos como no demorables, urgencias no vitales, emergencias, etc.) y más los avisos a domicilio. La burocratización se incrementa sin límites y se continúa sin contemplar de forma real la posibilidad de descargar las consultas de tareas administrativas.