Categoría: industria farmacéutica

Nuevos anticoagulantes: de donde sacan pa tanto como destacan

Nuevos anticoagulantes

por Rafael Alonso Roca

En los últimos días estamos leyendo en la prensa general declaraciones de representantes de Sociedades Científicas en actos patrocinados (o directamente organizados) por empresas farmacéuticas,  al respecto de la bondad de los nuevos fármacos anticoagulantes, frente a los clásicos antivitamina K (en nuestro medio el popular Sintrom®) a los que se le dedican calificativos como “tiranía”, “dictadura”, «esclavitud»“matarratas”, etc…

Ya en 2009 se publicaron comentarios de similares características cuando se presentó el ensayo RELY del dabigatran  , e incluso en 2005 cuando se comercializó el efímero ximelagatran, fármaco que se retiró del mercado por su toxicidad hepática  .

No podemos poner en duda el gran avance que supone disponer de una alternativa a fármacos como el acenocumarol o la warfarina, que requieren controles analíticos mensuales, precaución ante interacciones con fármacos, comidas y múltiples productos de herbolario, “preparación” ante intervenciones, etc…. Un fármaco que evite estos inconvenientes aportaría gran valor  a nuestro arsenal terapéutico, mucho más que los múltiples fármacos “copia” que salen al mercado con un precio muchas veces desorbitado, y que son financiados con dinero público, sin ninguna restricción.

Sin embargo, no podemos olvidar que  se trata de nuevos medicamentos  con un mecanismo de acción novedoso, que como anticoagulantes tienen efectos secundarios potencialmente graves o mortales (trombosis, hemorragias), y una gran cantidad de  pacientes potenciales (1-2% de nuestra población adulta), en gran parte ancianos frágiles y polimedicados.  A pesar de ensayos clínicos con gran número de pacientes, con estas particularidades y el precedente de un fármaco de la misma clase que hubo que retirar,  parece necesario recomendar PRUDENCIA, sobre todo desde la seriedad de las Sociedades Científicas.

Tomado del Wikipotorio

Hoy por hoy, los nuevos fármacos anticoagulantes presentan algunas carencias: la más importante es la falta de antídoto, lo que impide revertir la anticoagulación de inmediato ante una hemorragia grave o la necesidad de una intervención quirúrgica urgente, como sí podemos hacer con los antivitamina K clásicos. Otro inconveniente es la falta de una prueba analítica que nos indique si el paciente está correctamente anticoagulado. Esto es importante porque como sabemos por múltiples estudios con otros fármacos, e incluso en el RELY (con un porcentaje de abandonos sensiblemente superior a warfarina),la cumplimentación del tratamiento en la vida real es mucho menor que en los ensayos clínicos.

Aunque en menor intensidad y cantidad, también presentan interacciones farmacológicas, algunas con fármacos como amiodarona o verapamilo, bastante utilizados en la fibrilación auricular, y cuya repercusión clínica aún está por demostrar. Por último, hay que verificar la función renal, ya que están contraindicados con ciertos niveles de filtrado glomerular.  Estos inconvenientes no los tienen los anticoagulantes clásicos, ya que disponemos de la prueba de INR para valorar el nivel de anticoagulación, y de diferentes antídotos (vitamina K, plasma fresco, factor VII) para utilizar en función de la rapidez con que se desee la reversión.

Junto a estos problemas, están los inherentes a todos los nuevos fármacos, de los cuales se desconocen los efectos secundarios a largo plazo (más de los dos años de seguimiento de los ensayos clínicos) o muy raros (< 1/10.000), que sólo se podrán conocer con la experiencia tras su introducción en el mercado.

En cuanto a si son más eficaces y seguros, podemos ver los resultados en la tabla. en los ensayos clínicos todos ellos han demostrado una menor incidencia de hemorragia intracraneal , aunque se ha criticado la falta de ciego en la rama de warfarina en el estudio Rely de dabigatran, que puede sobredimensionar los beneficios del fármaco analizado. En cuanto a hemorragias mayores, no existieron diferencias con warfarina ni con dabigatran 150 mg ni con rivaroxaban, y sí con dabigatran 110mg. En cuanto a eficacia (prevención de trombos y embolias), tampoco dabigatran 110 mg y rivaroxaban encontraron diferencias, y sólo apixaban lo demostraron estadísticamente en sus ensayos clínicos.

Hemorragias intracraneales

Hemorragias mayores

Prevencion embolismos

Dabigatran 150

0,44%

NNT 227

ND

0,58%,

NNT 172

Dabigatran 110

0,51%

NNT 196

0,65%

NNT 153

ND

Rivaroxaban

0,25%

NNT 400

ND

ND

Apixaban

0,23%

NNT 434

0,96%,

NNT 104

0,33%,

NNT 300

Tabla.- Reducción de eventos con los nuevos anticoagulantes frente a los clásicos en los distintos ensayos clínicos. ND= No diferencias.

Como se ve, se ha evitado utilizar cifras relativas (porcentaje de reducción) que habitualmente se utilizan en la información comercial. En un subestudio del RELY, se observó que los mejores resultados de dabigatran 150 en cuanto a trombosis, y de dabigatran 110 en hemorragias, disminuyen hasta desaparecer cuanto mejor era el control de INR en los pacientes con warfarina. El grado de control de los pacientes con warfarina en el estudio ROCKET de rivaroxaban fue de sólo el 55% (se considera aceptable un control del 65%).

Todo ello no invalida la evidente utilidad terapéutica de estos nuevos fármacos, aunque  solo demostraran a largo plazo no inferioridad con repecto a los antivitamina K en cuanto a seguridad y eficacia, ya estarían aportando un gran avance al evitar los inconvenientes del seguimiento. Eso no impide que se haga una llamda a la prudencia en su uso; como se acaba de señalar en un importante informe de utilidad terapéutica de la Agencia Española del Medicamento del Ministerio de Sanidad, muy poco publicitado por cierto,  en el que se fijan unos criterios bastante coherentes para su manejo inicial.

Como ya sabemos, en el sistema nacional de salud es necesario un visado de Inspección para la prescripción de estos nuevos fármacos, este visado puede ser solicitado por los médicos de familia; esto es lógico, ya que uno de los criterios que se marca como condición para el visado es que “no se consiga un buen control del INR con acenocumarol/warfarina o que no sea a posible acceder a ese control”. En nuestro medio, desde los años 90, el seguimiento se realiza en su mayoría en los centros de atención primaria con aparatos de sangre capilar, lo que permite una gran accesibilidad al tratamiento por parte de los pacientes dentro del sistema público. Así, en la mayoría de las ocasiones los cardiólogos no se hacen cargo del seguimiento del tratamiento anticoagulante, y por tanto no están, con las condiciones actuales de visado, en la posición de prescribirlo sin conocer el grado de control. Es muy probable, casi seguro, que el tiempo y la investigación soslayen estos problemas, y que uno o varios de estos nuevos fármacos se impongan a los anticoagulantes clásicos a medio plazo. Pero en el momento actual, una vez más, se recomienda prudencia, y para ello es necesario que las Sociedades Científicas den información independiente, bien contrastada, señalando tanto ventajas como inconvenientes y evitando los visibles conflictos de interés.

Y como el lector habrá podido comprobar, hasta ahora no he hablado del coste. Es incuestionable que el cambio a un nuevo anticoagulante supone un coste inmediato (se ha calculado que el cambio de sólo un 10% de los pacientes anticoagulados supone un coste de 600.000 € por millón de habitantes). En nuestro país, de momento, es el sistema público de salud el que se hace cargo, en gran parte, de los costes de los nuevos tratamientos, y por tanto debería ser la sociedad la que decidiera el coste oportunidad de cada medida, con toda la información disponible, siempre que sea objetiva, no sesgada, y sin conflictos de interés visibles.

así, que otra vez por aquí

El derecho de los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud a recibir información veraz sobre medicamentos

El artículo 75 de la Ley 29/2006, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, recoge que “las Administraciones públicas sanitarias dirigirán sus actuaciones a instrumentarun sistema ágil, eficaz e independiente que asegure a los profesionales sanitarios información científica, actualizada y objetiva de los medicamentos y productos sanitarios”.
Pero, en estas dos últimas semanas hemos tenido conocimiento de que en nuestro país hay empresas y personas que no está de acuerdo con esta normativa.
Por una parte, una empresa farmacéutica que no quiere que grupos de evaluación independiente publiquen información, basada en la evidencia científica, sobre sus productos y que no duda en demandar por la publicación de artículos de revisión publicados en un boletín y en un blog de información farmacoterapéuticaEl Comprimido. Los mencionados artículos únicamente trataban de proporcionar información contrastada al profesional sanitario y una recomendación final acerca del empleo de estos productos, pero en ningún caso obligaban al médico a modificar su prescripción, ni comportaban un impedimento para la financiación de los mismos dentro de la prestación farmacéutica del servicio de salud responsable de su publicación.
Por otra parte, el director general de dicho servicio de salud quien, en la misma línea que lo argumentado por la empresa farmacéutica, envía la víspera de Reyes una nota a los médicos de atención primaria de un área sanitaria donde cuestiona lo publicado unos meses atrás por el mismo servicio de salud que dirige, diciendo que “evidencias científicas surgidas posteriormente a la publicación de los dos metaanálisis comentados en El Comprimido, demuestran los sesgos asociados a ambos estudios, por lo que no es adecuado utilizar estos metaanálisis tan controvertidos para hacer recomendaciones farmacoterapéuticas que afectan al prestigio de unos fármacos”. En dicha nota no figura ninguna referencia bibliográfica que permita localizar las evidencias científicas posteriores que se mencionan, ni se explica la causa que ha motivado el envío de la misma.
Frente a estas empresas y personas, desde este blog pensamos que la “información científica, actualizada y objetiva de los medicamentos y productos sanitarios” no solo es un deber de la administración, sino también un derecho de los profesionales sanitarios y manifestamos nuestra oposición a cualquier tipo de maniobra que, de una u otra forma, intente limitar este derecho y pretenda impedir que la información nos llegue.

El articulo de la polémica comienza así

Fármacos sintomáticos de acción lenta y administración oral para la artrosis: Dudosa eficacia en el control sintomático y nula actividad condroprotectora.

La artrosis es una enfermedad articular progresiva y una de las causas principales de incapacidad en las personas mayores. Sus manifestaciones clínicas más frecuentes son el dolor, la limitación—n funcional, la rigidez y el derrame articular. Las artrosis de rodilla, cadera y manos son las que producen mayor discapacidad y empeoramiento de la calidad de vida.
El abordaje terapéutico de la enfermedad comprende medidas no farmacológicas, tratamiento farmacológico y cirugía de reemplazo de la articulación en en los casos más graves. En cualquier caso, los objetivos del tratamiento deben ser la educación sanitaria del paciente para un mejor conocimiento de su enfermedad, el alivio del dolor, la mejoría de la función articular y el retraso de la progresión de la artrosis y del daño estructural consiguiente.
El paracetamol es el analgésico de elección en el tratamiento de la artrosis; pero en los pacientes en los que no es efectivo, puede valorarse el empleo de AINE, teniendo presentes los riesgos que podría ocasionar el empleo crónico de este grupo farmacológico. Entre los AINE, el de elección por su mejor perfil de seguridad es ibuprofeno, mientras que los COXIB no han demostrado mayor eficacia analgésica que los AINE tradicionales ni ventajas claras en cuanto a su menor capacidad gastropexia, pero s’ más riesgos cardiovasculares.2
En los últimos a–os se ha incrementado el empleo de un grupo de medicamentos autorizados específicamente para el tratamiento de la artrosis y disponibles en el mercado desde hace tiempo: los fármacos de acción lenta o también llamados SYSADOA (por symtomatic slow action drugs for osteoarthritis). Se denominan de acción lenta en contraposición a los analgésicos tradicionales -cuyo inicio de acción es inmediato- porque su efecto clínico se produce varias semanas después de iniciar el tratamiento y se mantiene temporalmente después de retirarlo. Los SYSADOA orales financiados a cargo del Sistema Nacional de Salud son sulfato de glucosamina, sulfato de condroitina y diacereína.

y sigue en

increíble pero cierto

Difícil de creer pero cierto: El gerente de un servicio de salud dirigiendo una carta a los médicos de atención primaria ( ¿solo los de primaria?) donde desdice  a sus propios servicios de información terapéutica y se constituye en adalid defensor de unos medicamentos de una más que cuestionable eficacia.

En este blog hemos defendido , a veces a consta de  muchos sinsabores, la libertad de prescripción pero NO de esto

Traducción:
ASUNTO: Uso de los fármacos condroprotectores o SYSADOAs

De: Sr Juan José Bestard (Director General del Ib-Salut)
A: Todos los médicos de atención primaria y coordinadores

En relación a las idicaciones remitidas con anterioridad sobre el uso de los tratamientos condroprotectores o SYSADOAs, evidencias científicas surgidas posteriormente a la publicación de los dos metaanálisis comentados en El Comprimido, demuestran los sesgos asociados a ambos estudios, por lo que no es adecuado utilizar estos metaanálisis tan controvertidos para hacer recomendaciones farmacoterapéuticas que afectan al prestigio de unos fármacos.

La utilización de estos fármacos es por tanto una decisión libre de cada médico, individualizadad para cada paciente según criterios clínicos, en base a una relación beneficio-riesgo favorable, y siempre ajustándose a las indicaciones autorizadas en su ficha técnica.

Palma, 20 de diciembre de 2011

El director general del Servicio de Salud

Juan José Bestard Perelló

evidencia low cost

La revista BMJ ha publicado un muy interesante artículo de Yudkin, Lipska y  Montori, donde bajo el titulo “The idolatry of the surrogate” se hace un repaso de la variables subrogadas, intermedias, sustitutas o sucedáneas- como se les ha dado en llamar- y su importancia en la investigación y práctica clínica actual. Abunda en trabajos  y comentarios previos, como este claro articulo del Australia Prescriber o post de  blogs como rincón docente o sala de lectura ,o en el bulletin grog, aunque nunca es poco para hacer llegar a a los clínicos la importancia de tener la cosas claras en este tema.

Parece mentira pero son todavía muchos los colegas (especialistas incluidos, o sobre todo) que tratan colesteroles, microalbuminurias , fracciones de eyección, glucosas, hemoglobinas glicosiladas o densidades óseas, intentado unas metas de control del todo imposibles, y mucha veces contraproducentes en términos de variables que verdaderamente interesan al paciente.

Curiosamente y como se remarca en el párrafo que reproducimos a continuación, no solo los médicos o la industria caen (o fabrican) esta trampa. También los controladores de la calidad, los hacedores de guías y los mercaderes de incentivos se fían de las variables subrogadas y convierten su trabajo, y el de los demás, en una triste carrera para cumplir unos objetivos, que para nada son los que realmente importan.

 Los falsos ídolos

 ¿Por qué los médicos invierten en marcadores subrogados? La razón principal es que la evidencia se basa en ensayos clínicos centrados en el efecto sobre las variables subrogadas. Estas responden más rápido que las variables de resultado importantes para los pacientes, las subrogadas son más adecuadas como puntos finales en los ensayos clínicos que se deben completar con rapidez y a bajo costo. La evidencia que se construye de esta manera termina conformado la práctica médica y la política sanitaria. 

En consecuencia, los médicos ven esta evidencia (de bajo coste) convertida en guías, medidas de la calidad de la atención, y como objetivos de pago por rendimiento. Podríamos especular que los objetivos a corto plazo de la industria  farmacéutica contribuyen al predominio de las subrogadas en la práctica clínica. Pero este es un análisis simplista. Un punto de vista histórico más amplio nos lleva a ver una alianza  de intereses coincidentes entre defensores de la salud pública, científicos, médicos, sociedades profesionales y empresas de material de diagnostico e implicadas en el tratamiento

1 de noviembre. Comienza el espectáculo

1 de noviembre. Comienza el caos. Si gracias a ínclitos políticos de uno y otro signo (no hay que olvidar que aunque la fechoría la han perpetrado desde el ministerio de sanidad socialista, las autonomías populares y nacionalistas han consentido y aplaudido la medida). Como decimos gracias a los políticos y  también con la anuencia vergonzante del consejo general de colegios de médicos, algunas sociedades científicas y asociaciones marginales de sanitarios y consumidores, sin olvidar a líderes de opinión y comentaristas de la blogosfera sanitaria. En frente una gran mayoría de médicos y sobre todo el profesionalismo y el sentido común.

Es necesario señalar las más  importantes objeciones a esta medida o Real Desastre 9/2011

Prescripción por principio activo (PPA). La primera y gran mentira es esta. La PPA supone que cuando el médico prescribe un tratamiento emite una receta donde escribe el principio activo de la sustancia, cantidad por dosis y numero de dosis necesarias para completar el tratamiento que cree necesario para su paciente. En la farmacia se prepara de forma individualizada en contenedores, donde se hace constar las indicaciones del médico (nombre del paciente, del  principio activo  y cantidad prescrita).

Lo que sanciona el decreto no es eso. En España no existe esta modalidad de prescripción salvo para la formulación magistral. Lo que hace esta orden es utilizar la PPA como subterfugio para que se financie exclusivamente el medicamento más barato sin manifestarlo de forma explícita. Se intenta abaratar los costes de los medicamentos, sin que médicos y pacientes se percaten del verdadero y único objetivo de esta medida: reducir a toda costa la factura farmacéutica manteniendo la apariencia de que se sigue ofertando todo y que persiste la libertad de prescripción.

Sostenibilidad y coste  Más que la gran opción para mantener el sistema sanitario público gratuito, no parece que sea sino otra medida más de los múltiples intentos de contención del gasto de farmacia en el sistema. Eso sí, con mayor intensidad y gran capacidad destructiva (2). La reducción del gasto que se ha difundido por lo medios de comunicación y que proclama el mismo decreto es, el tiempo lo dirá,  ilusoria y falaz.

Aparte de las opiniones de voces autorizadas en economía de la salud, basta con analizar las líneas temporales  comparativas del gasto farmacéutico por comunidades autónomas, para observar que en la comunidad donde presuntamente se aplicaba esta norma de forma cuasi generalizada, no se ha producido el deseado ahorro.

Seguridad. El peculiar sistema de dispensación que impone este real decreto, encierra una quiebra potencial muy grave de la seguridad en el uso de los medicamentos. Como se ha señalado en sectores relacionados con la seguridad del paciente, la lista de medicamentos que podrán recibir los pacientes cuando su médico les haga una receta por principio activo puede llegar a un numero mucho más allá de lo razonable (3).

En algunos sectores se intenta traspasar la responsabilidad de minimizar este problema al farmacéutico dispensador,  intento vano porque el riesgo creado por los perjuicios de esta ley van mucho más allá de que un paciente determinado sin cambios en su tratamiento, pueda recibir cajas y pastillas diferentes cada vez que acuda a una farmacia determinada.

Algunos grupos y sociedades científicas conscientes del problema han apostado por lo que denominan isopariencia. Con el lema de “si son iguales que parezcan iguales” abogan porque la PPA implique la modificación del etiquetado, de tal forma que los envases de un mismo principio activo sean total o parcialmente iguales. El problema es que esta campaña llega tarde, no es más que una suma de voluntades minoritarias y que la medida es bastante difícil de ejecutar. En este manifiesto, al lado de gente que creen honestamente en esta solución, hay otras en las que esta postura es un intento de justificarse ante los más que previsibles efectos adversos, de una orden que han asumido y apoyado más allá de lo que la seguridad de sus pacientes y su propio profesionalismo le recomendaban.

(1) no entramos en este apartado si este objetivo es beneficioso o no  para el conjunto de la sociedad.

(2) por lo pronto se ha llevado por delante toda una larga  política de uso racional del medicamento y las creencias y trabajo honesto de muchos profesionales médicos y farmacéuticos.

(3) un paciente  con 4 medicamentos,  podría recibir 811.800 posibles envases de aspecto diferente.

¡ahorrad, ahorrad malditos!

¿alguna duda? No se si queda alguien todavía que pueda pensar, sin que le nuble la vista la niebla de la ideología, que se puede dejar el uso racional del medicamento en manos de los politicos y sus siervos: los gestores audaces y chuletes. Pero por si queda algún espabilao útil entre mis amigos los blogueros progresistas , ahí va una perlita de actualidad

De Pr Salud.-El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad lanzaba una nota de prensa que dejaba perplejo a más de uno. Anunciaba la subvención de dos medicamentos que necesitan prescripción médica y bajo la premisa de que son genéricos. Sin embargo, este anuncio lo ha hecho bajo condiciones que bien podrían definirse como ‘extrañas’. Y es que, poniendo como excusa la disposición adicional tercera de  Ley Orgánica 2 / 2010  de salud sexual, reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, en la que se establecía un año (hasta el 4 de julio) para incorporar a la actual oferta de anticonceptivos financiados por el SNS nuevas presentaciones, han decidido hacerlo ahora. Sin avisar a colegios de Médicos (que serán los prescriptores) ni a la Industria Farmacéutica innovadora (que es la que desarrolla en un primer término dichos fármacos) y mucho menos a los farmacéuticos que son las que terminarán vendiéndolos en el canal farmacia.

El propio texto ministerial explica qué dos medicamentos serán subvencionados por el sistema sanitario. Éstos son dos genéricos que ‘tienen la misma composición que Yasmine y Yasminelle’. Estos fármacos comerciales pertenecen al portfolio de un laboratorio, y es la primera vez que una autoridad como el Ministerio de Sanidad hace una comparativa entre genéricos y el mismo medicamento innovador.

 Además, a fecha de hoy, aún no se ha avisado ni a los médicos para que lo receten ni a las oficinas de farmacia para que lo dispensen, lo que hace pensar que es una maniobra más electoralista que una disposición legal

Salir del paso con elegancia: encontrar el equilibrio adecuado en el racionamiento

Las nuevas noticias en Castilla la Mancha (otra vez) y las amenazas no anunciadas en Madrid nos traen de nuevo a tratar el tema de las restricciones a la  libertad de prescripción

Hace tiempo, con el lanzamiento del sildenafilo (Viagra) se levanto un temor generalizado entre las compañías aseguradoras y los gobiernos sobre sus consecuencias presupuestarias. Las estrategias adoptadas en su racionamiento fueron diferentes según los países y las características de los diferentes sistemas sanitarios.

En Viagra: A Success Story For Rationing? Rudolf Klein y Sturm Heidrun analizaron las restricciones  (rationing) en la financiación de medicamentos en cuatro países distintos y las políticas que adoptaron con respecto a este tema. Ademas  hicieron una clasificación de los diferentes tipos de restricciones,  una especie de taxonomía de “estrategias de racionamiento»

Las formas de racionamiento (rationing) entendiendo este como las decisiones para ofrecer una atención sanitaria por debajo de la óptima, como resultado del establecimiento de prioridades entre las diferentes demandas al sistema- se da en todos los sistemas sanitarios, independientemente de los niveles de gasto. Toma muchas formas, de los cuales la negación explícita de un servicio es el más dramático, pero no necesariamente el más importante. Otras formas de racionamiento son la exclusión (segmentos de población no cubiertos), la dilución (menor número de pruebas ordenadas, menor número de enfermeras en la sala), la disuasión (haciendo que el acceso a la atención difícil), y la demora (listas de espera).

Pero no sólo las formas de racionamiento son diferentes, también como se ponen en practica, es decir que cambia el modo de toma de decisiones sobre la cuestión. Según este parámetro podemos  así mismo adoptar una «tipología en las estrategias nacionales de racionamiento», que básicamente es:

  • Difusión por la inacción.
  • Judicialización.
  • Centralización-politización.
  • Burocratización.
  • Racionamiento con asesoría especializada
  • En la España de 2011 habría que añadir una nueva: Rationing informatic drived, que dicese del racionamiento relizado por directivos sanitarios apoyados en informática maligna y gracias a la mansedumbre de los profesionales

Una pena que nuestros gestores no lean mucho, porque podrían aprender las conclusiones de este articulo: permitir excepciones a la prohibicióne,  e  involucrar a la profesión médica en la toma de decisiones.

Si lo tuvieran en cuenta cumpliría con el titulo de otro articulo importante en este asunto: Muddling through elegantly: finding the proper balance in rationing. Health Affairs 1997; (5): 83-92. pero claro pedir elegancia  a esta gente es como pedir peras al olmo.

Chorradas 2.0 y medicalización. Creando un sistema de vigilancia epidemiológica de alertas

Propuestas de actuación:

1. Notifica Chorradas  Medicalizadoras 2.0 que conozcas a nuestro Sistema de Vigilancia Epidemiológica en Alertas sobre Chorradas Medicalizadoras 2.0
2. Escribe a los organizadores  y responsables de la iniciativa planteando que se lo piensen dos veces por el problema de salud pública que puede plantear esta iniciativa.
3. Escribe a tus compañeros/as para avisarles de la alerta.
4. Escribe a tu gerencia y a los responsables de Farmacia para proponer una sesión inmunizadora sobre el tema.
5. Comparte este post en tu blog, twitter, pizarra de tiza o similar.

no habrá publicidad de medicamentos

La semana pasada tuve la grata ocupación de moderar una mesa de las II Jornadas Farmacríticxs en Madrid. En ellas una de las ponentes Mª Carmen Puerta nos aclaro con brillantez la situación actual de la publicidad dirigida al consumidor de medicamentos de prescripción en la Comunidad Europea. Como quiera que se han dado informaciones contradictorias en la blogosfera, le pedí que me hiciera un breve resumen para publicarlo en el blog. En ese texto se aclara que la publicidad sobre medicamentos no esta permitida ni es probable que se apruebe a corto y medio plazo- El texto completo se expone a continuación:

Situación en Europa sobre la información de medicamentos de prescripción al público (marzo 2011)

por Maria del Carmen Puerta Fernandez.

La legislación europea sobre medicamentos (Directiva 2001/83) prohíbe la publicidad de medicamentos con receta al público.
Desde hace unos años, en Europa se está discutiendo la modificación de esta Directiva en lo relativo a la información de medicamentos de prescripción a los ciudadanos europeos, tras haber sido rechazada en 2002 por el Parlamento la propuesta de la Comisión Europea de permitir la publicidad de medicamentos con receta para tres enfermedades: asma, SIDA y Diabetes.

En los países en los que se permite la publicidad de medicamentos con receta al público (EEUU – no financiados – y Nueva Zelanda – financiados -), se han estudiado los efectos de la misma, resultando ser negativos en su mayoría:

  • sobre los pacientes: aumentan las inquietudes sobre su estado de salud y se crean expectativas exageradas, se favorece la medicación innecesaria en grupos de población sanos, se induce la solicitud de medicamentos que no son los más adecuados para su salud (la publicidad exagera eficacia y minimiza riesgos), carecen de información comparativa sobre las opciones de tratamiento disponibles.
  • sobre los profesionales: aumenta la presión para la prescripción de los medicamentos publicitados, se afecta la relación médico-paciente.
  • sobre el sistema sanitario: aumentan las prescripciones de medicamentos de mayor coste y que presentan una relación beneficio/riesgo peor establecida, etc.

Estos efectos también los tendría una información que resultara ser publicidad encubierta, por lo que hay que establecer de forma clara la diferencia entre información y publicidad.

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