Viernes Negro en la AP de la comunidad de Madrid

Si el viernes 29 no solo hubo Black Friday en los comercios de la capital, nuestra querida consejería nos obsequio con un auténtico Viernes Negro en los centros de salud. La «caida del sistema informático que sostiene la HCE ( Historia Clínica Electrónica ) y otras aplicaciones necesarias para le funcionamiento de los centros de salud, impidió durante toda la mañana trabajar, no ya con normalidad, sino trabajar a secas. Cuando uno monta un sistema centralizado, mastodóntico y encima no lo mantiene adecuadamente, suceden estas cosas,

Muy de mañana las redes empezaron a arder

Como dice el @DoctorCasado Si los responsables de @SaludMadrid no son capaces de mantener correctamente su servicio de historia clínica electrónica,

deberían preguntar sobre:

1.Implementar arquitectura de alta disponibilidad (HA).

Clusterización de Servidores: Configurar servidores en clústeres redundantes para que, si uno entra en mantenimiento, otro asuma su carga sin interrupción del servicio.

Balanceadores de Carga: Utilizar balanceadores que distribuyan las solicitudes entre varios servidores activos. Durante el mantenimiento, el balanceador puede redirigir el tráfico automáticamente a servidores operativos.

2. Migración a Microservicios:

Dividir el sistema en microservicios independientes en lugar de mantener una arquitectura monolítica. Esto permite realizar actualizaciones o mantenimiento en un módulo sin afectar a los demás.

Cada microservicio puede ser implementado con su propio ciclo de vida y despliegue.

3. Despliegue en la Nube o Arquitectura Híbrida:

Usar servicios de nube que permitan escalabilidad automática y actualizaciones sin tiempo de inactividad.

Configurar una infraestructura híbrida que permita alternar entre servidores locales y en la nube.

4. Mantenimientos en Vivo con Técnicas de Rolling Updates o Blue-Green Deployment:

Rolling Updates: Actualizar los componentes del sistema en fases, asegurando que siempre haya instancias activas mientras se actualizan las demás.

Blue-Green Deployment: Mantener dos entornos (Blue y Green). El entorno Blue está en uso, mientras que el Green se actualiza. Una vez probado, el tráfico se redirige al entorno actualizado.

5. Implementación de Entornos de Pruebas y Simulación:

Realizar pruebas extensivas de actualizaciones y cambios en un entorno de simulación antes de aplicarlos en producción.

Esto reduce el riesgo de errores que podrían causar interrupciones imprevistas.

6. Ventanas de Mantenimiento Fuera del Horario Laboral:

Planificar las intervenciones durante las horas de menor actividad o fuera del horario laboral. Esto puede minimizar el impacto, aunque no lo elimina completamente.

7. Uso de Bases de Datos con Replicación Activa:

Configurar bases de datos en modo de replicación activa para que las actualizaciones no interrumpan el acceso a los datos. Una réplica puede mantenerse en operación mientras la principal se actualiza.

8. Monitoreo Proactivo y Automatización:

Implementar sistemas de monitoreo avanzados que detecten posibles fallos antes de que ocurran, permitiendo una gestión proactiva.

Automatizar procesos de actualización y mantenimiento para reducir errores humanos.

9. Capacitación del Personal:

Asegurar que el personal de TI esté capacitado en las mejores prácticas para gestión de infraestructuras críticas y sistemas de alta disponibilidad.

Revisiones narrativas

La llegada de las revisiones sistemáticas en la segunda mitad del siglo xx obligó a renombrar las clásicas revisiones que resumían y analizaban la literatura científica existente sobre un tema específico. Se les dio el nombre de revisiones narrativas, enseguida comenzaron a recibir improperios y descalificaciones, producto de la sempiterna batalla de lo nuevo frente a lo antiguo. Se puso de manifiesto su dependencia excesiva de las cualidades del autor, del sesgo de selección en la elección de las fuentes de información, la falta de originalidad, en tanto en cuanto no aportaba nuevos datos, y su falta de actualización. Sin embargo, se olvidó que parte de su valor radica en la síntesis de la información existente, lo que puede ser una limitación si no se hace de manera adecuada, pero es una gran ventaja cuando el objetivo es precisamente esa síntesis, que ahorra tiempo y esfuerzo al receptor. De manera práctica: si el médico de familia está manejando una hipertensión o una diabetes, la información que necesitará va más allá de la que le brinda una revisión narrativa, pero si está evaluando una artritis en un paciente con aftas orales, una buena revisión sobre la enfermedad de Behçet será pintiparada para el caso.

Real Abadía Cisterciense de Santa María y San Andrés de Arroyo

Todo ello sin olvidar esa íntima satisfacción intelectual de plantarse ante una buena revisión con tiempo, lápiz y regla. Si leemos buenas revisiones publicadas en buenas revistas, no tendremos datos de resultados muy novedosos, ni recomendaciones que cambien nuestra práctica, aunque a lo mejor sí, ni novedades o hallazgos poco conocidos, basta con detenernos en ese goce intelectual de leer para expandir nuestro conocimiento, estimular nuestra curiosidad y reflexionar. Te parece poco. Eso también es aprender

BMJ Best Practice: Información esencial para atención primaria

BMJ Best practice: ¿una fuente de información óptima para atención primaria?

Rafael Bravo Toledo. Médico de Familia. Centro de Salud Linneo

Una de las muchas aportaciones conceptuales que la medicina basada en la evidencia ha hecho a la medicina en su conjunto es la de un estándar de búsqueda de información no contemplado hasta entonces. Bajo la asunción de que el médico debe utilizar la mejor información disponible en la toma de decisiones, enseguida se intuyó la necesidad de buscar y encontrar esta “mejor” información y por tanto que el medico adquiriera cierta maestría o dominio de la búsqueda de información. Este nuevo patrón se basa en dos principios fundamentales: el primero es que algunas fuentes de información son más útiles (tienen más valor y relevancia) para los médicos que otras; el segundo es que conceptualmente, la utilidad de cualquier fuente de información depende de la relevancia de la información de la fuente, la validez de esta información y el tiempo, esfuerzo (y dinero por qué no decirlo) necesarios para acceder a la información. Estas tres características se relacionan en la siguiente ecuación de la utilidad de la información de Slawson and Shaughnessy [1]:

Utilidad= Relevancia x Validez/Esfuerzo

Hay que recalcar que en este modelo se tiene en cuenta no sólo la validez y relevancia de la información, sino también, y es muy importante, el esfuerzo o trabajo (tiempo, dinero…) que cuesta conseguirla

Una década después del inicio del movimiento de la medicina basada en la evidencia en la década de 1990, Haynes -uno de los padres de la MBE- lanza una representación gráfica, explicativa y jerarquizada en forma de pirámide de este modelo conceptual: la famosa pirámide 4 S [2]. Con los años y como buen proceso inflacionario la pirámide se convirtió en un edificio de seis pisos o capas, vigente hasta la actualidad y que ha sido utilizada en la búsqueda de información científico-médica, en la docencia y en la conformación de sistemas informáticos de ayuda en la toma de decisiones.

Pirámide 5S de Haynes (tomada de https://www.serviciofarmaciamanchacentro.es )

A partir de la segunda pirámide (5S)[3] el penúltimo escalón según se ascendía, estaba ocupado bajo la S de sumarios, este se conformaba a partir de fuentes de información que integraban las mejores evidencias disponibles de las capas inferiores de la pirámide para desarrollar documentos que abarcaban una amplia gama de pruebas o evidencias sobre el manejo de una enfermedad determinada.

Loe ejemplos era textos médicos en línea que se actualizan continuamente y que integran niveles inferiores de la pirámide (estudios, síntesis y sinopsis) con experiencia clínica, reconociendo que estas fuentes (sumarios) podrían proporcionar la ruta más rápida hacia la mejor evidencia de investigación para prevenir o manejar problemas de salud. Como ejemplos de estas herramientas se daban, en este momento, recursos como Uptodate, Dynamed o Clinical evidence.

En definitiva, herramientas que compendian o integran las mejores evidencias disponibles de las capas inferiores para desarrollar documentos que abarcan una amplia gama de pruebas o evidencias

Por otro lado, nos encontramos con el concepto de Point of Care information resources  o herramientas en el punto de atención, que son aquellos recursos de investigación y referencia que un médico utiliza en la consulta mientras atiende a un paciente. Recoge también la idea de la ley de la utilidad de información descrita previamente y diseña herramienta destinadas por tanto a resolver preguntas e interrogantes clínicos que surgen durante la atención médica. Se caracterizan por contener información relevante, actualizada y filtrada. Esta información puramente clínica. se suele acompañar de niveles de evidencia, calificación de recomendaciones, así como citas a los estudios de investigación originales, revisiones sistemáticas o guías de práctica clínica. Pero sobre todo son fáciles de usar y se encuentran accesibles en donde el profesional realiza su trabajo.

Un estudio reciente[4] cuyo objetivo era identificar la proporción de preguntas clínicas en atención primaria que pueden responderse con recursos online de práctica basada en la evidencia. En este estudio transversal se pidió a los médicos que registraran cualquier pregunta clínica que surgiera durante 4 días de consultas. De un total de 206 preguntas clínicas válidas, 191 pudieron responderse con recursos de práctica basados en la evidencia online. La mayoría de estas preguntas se respondieron con éxito utilizando una herramienta de sumarios clínicos como BMJ Best Practice, DynaMed o UpToDate, con una mediana de tiempo de búsqueda de 4 minutos.

BMJ Best practice es un recurso que cumple los dos conceptos descritos antes, procede inicialmente de Clinical evidence (libros y CD -ROM), y surgió en 2009 como propuesta del grupo editorial del BMJ para satisfacer esta demanda. Esta herramienta informacional tiene unas características comunes con este tipo de recursos y otras específicas que lo hacen especialmente atractivo para la medicina de familia y atención primaria,  en general y española en particular, a saber:

  • destinado a responder preguntas clínicas que surgen durante el trabajo diario
  • con un enfoque generalista
  • facilidad de uso y acceso (interfaz intuitivo, búsqueda rápida, accesibilidad física vía web o app)
  • información, resumida pero suficiente, relevante, ordenada y bien estructurada
  • actualización frecuente
  • complementos audiovisuales, enlaces a referencias bibliográfica y otros enlaces, Gestor de comorbilidades
  • créditos de Formación Médica Continuada
  • una parte importante está traducida


[1] Rosser WW, Slawson DC, Shaughnessy AF, eds. Information Mastery: Evidence-Based Family Medicine. 2nd ed. Hamilton, Ont, BC Decker Inc, 2004

[2] Haynes RB. Of studies, summaries, synopses, and systems: the «4S» evolution of services for finding current best evidence. Evid Based Ment Health. 2001 May;4(2):37-9.

[3] Haynes RB. Of studies, syntheses, synopses, summaries, and systems: the «5S» evolution of information services for evidence-based health care decisions. ACP J Club. 2006 Nov-Dec;145(3):A8

[4] Viegas Dias C, Jasmins C, Rodrigues D, Heleno B. Clinical questions in primary care: Where to find the answers – a cross-sectional study. PLoS One. 2022 Nov 11;17(11):e0277462. doi: 10.1371/journal.pone.0277462.

La solución de Astérix

Este año en primavera, tuve el placer de participar en las Jornadas: Nuestras profesiones, tiempos espacios para transformar la realidad, organizadas por la asociación «Encuentro y Solidaridad» e invitado por Emma Contreras con la complicidad de Juan2 y Mercedes. Pasamos un dia estupendo en Torremocha del Jarama, bonito e innovador pueblo de la Sierra Norte de Madrid.

Mi charla versaba sobre «La burocracia que todo lo invade» y la enfoque desde el punto de vista de un profesional sanitario que la sufre a diario.

Creo que estuvo bien, al menos yo así lo pase y fue muy grato compartir, charla , comida y parte de la jornada- incluida representación teatral sobre la trata de mujeres- con los componentes de esta asociación, entre los que había algunos colegas.

La primera historia de la presentación se apoya en una película de de Astérix (que no tebeo) donde se narra como Julio César quiere acabar, una vez más, con la irreductible aldea gala que se le resiste desde hace tiempo. En esta ocasión obliga a los galos a elegir a dos representantes que deberán superar 12 pruebas de las que solo los dioses podrían salir victoriosos. Si no las superan, se rendirán; si las superan, Julio César se pondrá en manos de los galos. Las doce pruebas son cada cual más dificil y van desde cruzar el  lago de la isla del Placer hasta subir a la montaña y responder el acertijo del venerable anciano de la montaña. La más dificil fue encontrar el Formulario A-38 en la Casa que Enloquece.

Pero Julio César ignoraba que los dos elegidos, Astérix y Obélix, cuentan con la ayuda de su ingenio y… de la poción mágica de Panorámix. En esta prueba nuestros dos héroes deberían entrar en una locura de edificio, formado por varias plantas, donde trabajan burócratas inútiles que redirigen a sus clientes a otros burócratas igualmente inútiles. La poción mágica no servía para esta prueba y los ánimos de los dos galos empezaron a decaer, parece que César se saldría con la suya.

Cuando ya todo parecía perdido Astérix encuentra la solución y logra derrotar a los burócratas usando su propio juego. El pequeño galo empieza a preguntarles sobre un formulario imaginario, el A-39, supuestamente requerido por el nuevo decreto, la «circular B-65», y consigue que los trabajadores caigan víctimas de su propia locura y sumiendo el lugar en un caos. Finalmente, el prefecto les da el formulario A-38 y enloquece del shock, al darse cuenta de su propia e inconsciente locura.

De igual forma en atención primaria podríamos seguir los paso del ingenioso Asterix:

Que nos solicitan la emisión de certificados específicos para la realización de actividades de ocio, descanso, confort, deporte o mejora estética o cosmética, uso de aguas, balnearios o centros residenciales o similares. Se pide un informe con la orden del BOE donde se indique claramente la necesidad de que ese certificado sea emitido por el médico de familia, rubricado debidamente por la autoridad de la institución requirente.

Que la consejería de familia, juventud y asuntos sociales pide una amplio informe para tramitar el grado de discapacidad en una persona que requiere valoración por medios no presenciales o telemáticos. Se le pide el Real Decreto Ley donde se requiere explícitamente, la necesidad de que el médico de familia rellene este informe. También se le pide certificado del grado de discapacidad de sus equipos multiprofesionales que les impide trasladarse al domicilio del paciente.

Que el Banco o el casero pide un certificado de fe de vida a un paciente que no se puede desplazar. Se le pide a la empresa la solicitud por escrito donde se constante además que se van a hacer cargo de los gastos de desplazamiento y/o del acta notarial de presencia.

y así todo. La solución de Asterix

«Las pruebas insuficientes pueden afectar negativamente a ideas clave.»

Traducción del artículo Weak Evidence Can Hurt Important Ideas, publicado por John Mandrola en Sensible Medicine

La revista JAMA Internal Medicine ha publicado un estudio observacional en el que se buscaban efectos causales de la interrupción de los fármacos hipotensores en adultos mayores que recibían cuidados a largo plazo. El equipo dirigido por la UCSF se planteó una pregunta concreta: ¿la interrupción de la prescripción de fármacos hipotensores disminuía el deterioro cognitivo? No formularon la pregunta de forma tan específica, sino que indicaron que su objetivo era

¿Cuál es la asociación entre la deprescripción de medicación antihipertensiva y la función cognitiva en residentes mayores en residencias de ancianos?

Algunos antecedentes

Los pacientes mayores me preguntan a menudo por qué quiero que acudan a las visitas anuales. Mi respuesta es que la principal razón por la que los médicos deben ver a los pacientes de más edad es para plantearse la posibilidad de eliminar terapias -como los comprimidos hipotensores-. A menudo digo a quien quiera escucharme que el objetivo de los comprimidos hipotensores (o de cualquier medicamento preventivo) es tomarlos en la mediana edad con el objetivo de llegar a la vejez. Una vez en la vejez, estos medicamentos pueden causar más daños que beneficios. En épocas anteriores, las personas de mediana edad que desarrollaban hipertensión grave sufrían ictus, infartos de miocardio e insuficiencia renal, lo que les impedía llegar a la vejez. Tratar la hipertensión es, obviamente, una forma de alargar la vida, pero los pacientes ancianos no son iguales que los jóvenes. Las probabilidades de sufrir daños a causa de los medicamentos aumentan con la edad. Esto se debe a que los pacientes de más edad tienen más interacciones medicamentosas, un menor aclaramiento de los fármacos y mecanismos reflejos menos robustos para mantener la tensión arterial al ponerse de pie. Otro dato que les digo a los pacientes de más edad es que puede haber más riesgo por tensión arterial baja que por tensión arterial alta.

Por lo tanto, la deprescripción es un concepto importante en el cuidado de los adultos mayores. En lo que respecta al control de la presión arterial, un adulto mayor, por definición, ha alcanzado el éxito. Ya es mayor. Ahora, nuestro objetivo es reducir las probabilidades de daño derivadas de un control excesivamente estricto de la PA. Aunque no se desea que los ancianos sufran una hemorragia cerebral por una tensión arterial muy alta, no es necesario que el objetivo sea un control intenso. Los ensayos de control intensivo frente al control estándar de la tensión arterial, como el SPRINT, incluyeron a pacientes ambulatorios más jóvenes. Estos datos no se aplican a los adultos mayores con múltiples afecciones médicas.

El estudio

El equipo estudió a adultos mayores (edad media, 77 años) que se encontraban en un centro de cuidados a largo plazo de la VA. Empezaron con una muestra de más de 45.000 adultos. Tras excluir a los que padecían hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca importantes y otras razones, se quedaron con 12.000 sujetos de estudio.

A unos 1.000 pacientes se les suspendió la medicación antihipertensiva. Éstos formaban el brazo de tratamiento. Casi 11.000 no cambiaron su medicación para la tensión arterial (TA). Éstos formaban el brazo de control. Hagan una pausa y observen que a) se trataba de grupos bastante desiguales, y b) los clínicos, y no la aleatorización, elegían si suspender o no la medicación. Además, hay esto que copiamos/pegamos:

Los residentes del grupo de control tenían una TA basal más alta, una mediana de dificultad para las actividades de la vida diaria (AVD) más baja y tomaban menos antihipertensivos que los del grupo depresor.

A continuación, midieron la función cognitiva en una escala ordinal de 4 niveles. 1 – intacta, 2 – con deterioro leve, 3 – con deterioro moderado y 4 – con deterioro grave. Los autores sabían que sus grupos no estaban aleatorizados ni eran similares al inicio del estudio. Así que hicieron ajustes. Incluso dieron a estos ajustes el nombre de «emulación de ensayo objetivo», que, es una forma de imitar lo que haría un ensayo controlado aleatorio.

El resultado principal o primario fue positivo: En comparación de la escala de función cognitiva (CFS) al inicio del seguimiento, el 12,0% de los residentes tenía una CFS empeorado (puntuación más alta), mientras que el 7,7% tenía una CFS mejorada (puntuación más baja) al final del seguimiento. El 10,8% de los residentes del grupo de deprescripción y el 12,1% del grupo de usuarios estables presentaron un empeoramiento de la puntuación del CFS.

En un análisis en el que sólo se tuvo en cuenta a los que permanecieron en su categoría (deprescripción o continuados), los del grupo deprescripción tenían un 16% menos de probabilidades de empeoramiento de la función cognitiva por período de 12 semanas (OR 0,84; IC del 95%: 0,72-0,98).

Los autores concluyeron que se trataba de pruebas novedosas sobre la asociación de la prescripción de fármacos hipotensores. Escriben que los residentes a los que se les retiró la medicación sufrieron un deterioro cognitivo más lento que aquellos a los que se les siguió administrando.

Comentario

Aplaudo los esfuerzos por estudiar a los adultos mayores. Creo firmemente que la atención a las personas mayores con múltiples afecciones médicas en Estados Unidos es terrible. Estudios como éste intentan persuadir a los profesionales de que prescriban medicamentos preventivos con datos empíricos. Creo en la práctica médica basada en la evidencia, pero la persuasión con datos requiere extremo cuidado. Se puede perder la confianza cuando las pruebas no pasan la prueba. Vimos este fenómeno durante la pandemia. Las autoridades proponían la política A o B, pero las pruebas que la respaldaban eran terribles. El resultado final fue la pérdida de confianza en las pruebas.


Me temo que este estudio se queda corto en su objetivo de persuasión.

He aquí dos de las muchas razones:

Es una mirada retrospectiva a dos grupos no aleatorios. Los adultos a los que se les continuó administrando la medicación (brazo de control) eran diferentes de aquellos a los que se les suspendió la medicación. Los autores hicieron ajustes estadísticos e incluso establecieron un momento específico para empezar a buscar, pero, en última instancia, seguramente hubo confusión.

La confusión se produce porque sólo se pueden ajustar los factores de la historia clínica. Pero los médicos toman decisiones (como prescribir o no) basándose en montones de factores. Y aquí, para crédito de los autores, ofrecen una medida de confusión (la puntuación E), e indica una probabilidad sustancial de que las diferencias en los grupos impulsaron las diferencias de puntuación cognitiva, no por la deprescripción.

El segundo problema de este estudio es la variable de resultado primaria.

La cognición es algo difícil de medir. Y apenas hubo diferencias. El resultado principal difería en menos de 2 puntos porcentuales. Además, si nos fijamos en la eFigura 7, las diferencias en los cambios medios de la presión arterial eran minúsculas, por lo que resulta poco plausible sugerir que una diferencia de unos pocos mmHg en la presión arterial pudiera provocar un cambio en la cognición.

Lo más probable es que la diferencia fuera ruido.

Conclusión

En casos obvios, cuando los medicamentos han causado daños, la prescripción en adultos mayores se aproxima al nivel de empatía y compasión, es decir, no se necesitan pruebas.

Muchos ancianos aún no han sufrido daños por la medicación preventiva. Aunque creo que a la mayoría de estos pacientes se les podría retirar de forma segura la medicación preventiva, si se quieren pruebas, éstas deben ser más sólidas que los estudios observacionales confusos.

Para mí, éste es un caso clásico de ensayo aleatorio de no inferioridad. Los adultos ingresados en centros residenciales o los que están en la clínica podrían ser asignados aleatoriamente a un equipo de desprescripción o a atención básica. Luego se mide algo más obvio, como la mortalidad o los reingresos hospitalarios. La no diferencia, o la no inferioridad, es una victoria.

Las pruebas débiles hacen más daño a una causa que apoyarla. Por eso me preocupan mucho este tipo de estudios.

Muerte digna en urgencias hospitalarias

por Juan Gérvas, Doctor en Medicina, médico general jubilado, Equipo CESCA, Madrid, España. jjgervas@gmail.com @JuanGrvas y Mercedes Pérez-Fernández, especialista en Medicina Interna, médico general rural jubilada, Equipo CESCA, Madrid, España mpf1945@gmail.com  www.equipocesca.org

Caso

En el Seminario de Innovación de Atención Primaria sobre “El final de la vida. Todas las miradas”, celebrado en el Lazareto de Maó (Menorca) en septiembre de 2022, se incluyó un caso clínico, basado en hechos reales:

“Es 24 de diciembre, las urgencias del hospital están llenas hasta la bandera… los pacientes y familiares se reparten como pueden en la sala de espera, y dentro…Una ambulancia traslada a Juan desde su domicilio, una residencia de la tercera edad. Lo trasladan solo, pues el personal de la residencia está al mínimo, llaman a sus hijos y no los encuentran y dejan un mensaje en los contestadores. Juan tiene 82 años, demencia mixta con calidad de vida limitada. Al llegar al hospital lo dejan en una camilla, ya que no hay camas disponibles… A las seis de la mañana del día siguiente un celador se percata que Juan ha fallecido…”

Pregunta

A propósito de este caso y del resumen de su ponencia hubo un debate virtual (por correo electrónico) entre los 430 inscritos, fundamentalmente médicas, enfermeras y residentes de medicina de familia, y se preguntó “¿Cómo aseguramos de que las personas vulnerables se sientan “como en casa” al morir? ¿Cómo aseguramos de que las personas con largas trayectorias de sinhogarismo se sientan «como en casa» al morir?

Esta es nuestra respuesta: un relato

En urgencias, en un hospital urbano al que acaba de traer la policía local a un varón anciano «como siempre, con una borrachera que no sabe ni quién es, de los que viven bajo el puente en el río, nos han llamado sus compañeros porque lo veían muy mal, y realmente parece estar muy mal».

No tiene documentación alguna, pero todo el mundo lo conoce en urgencias como «Andrés», pues acaba con frecuencia allí, en urgencias, donde duerme la borrachera en una camilla apartada y al amanecer se va en silencio y sin molestar.    

Es Nochebuena y Lara está de guardia, de puerta.    

Para Lara es una noche especial y está revuelta sabiendo que acaba pronto la residencia y ya no habrá más Nochebuenas así, de guardia hospitalaria como residente.    

Avisan a Lara para que vea a Andrés, a quien, por esas casualidades de la vida, no conoce pese a su sobreutilización de urgencias, excepto por comentarios de compañeras. 

-Buenas noches, soy Lara, residente de medicina de familia, de guardia esta noche, y cuento de adjunta, por si tengo dudas, con mi tutora Mónika.   

Estoy bien, no la necesito, sólo quiero dormir ya, responde Andrés.    

Me han dicho que se llama Andrés, ¿puedo llamarlo así? ¿de usted o de tú?   

De tú, ¡hostias! ¡Y Andrés, claro!, mal contesta Andrés.    

Bien, Andrés, encantado de atenderte, y Lara le tiende la mano para entrechocarla.    

Bien, bien, gracias, bien, dice Andrés extrañado ante el gesto de Lara, sin saber cómo darle a su vez la mano, tanto tiempo que no lo hace, pero encantado de que le traten como a una persona.    

Tengo que preguntarte unas cuantas cosas, Andrés, y luego explorarte en esa camilla, si te parece bien.   

-¡Pues claro, coño, para eso me ha traído la policía aquí!    

-Lo primero es saber lo que más te preocupa, lo que más te molesta, si no te importa contármelo, dice Lara.   

-¿Preocuparme? ¿Molestarme? ¡Morirme como un perro bajo el puente con esta incomodidad que no puedo con ella, es como si todo me molestara todo mi cuerpo! No me ha importado vivir allí estos años, pero hoy me encuentro muy mal, no sé qué me pasa en Nochebuena siempre, pero hoy estoy mal, incómodo. Eso es lo que me preocupa, y no quiero morir en la calle.    

-Por ahora no sabemos qué tienes, pero cuenta conmigo, no te dejaré morir en la calle, no, ¡y menos en Nochebuena!    

-¡Nochebuena! ¡Fíate y no corras! dice con suspicacia y por lo bajinis Andrés.

De la entrevista clínica, exploración física y pruebas complementarias se deduce un cuadro de hepatitis alcohólica grave con fallo renal y encefalopatía, y hepatocarcinoma con metástasis generalizadas, con pronóstico de muerte inminente.  

Lara ha comentado el caso con Mónika, la adjunta de guardia, y dado el mal estado de Andrés han decidido tratarlo con corticoides, intentando aliviar el desasosiego, y al tiempo ofrecerle quedarse en urgencias «quizá para morir, dado el profundo deterioro».  

Lara ha decidido que carece de importancia lo poco que se había organizado en la guardia para celebrar la Nochebuena, y no tiene ningún agobio por «resolver» el caso de Andrés y unirse a las compañeras en la celebración. Cuenta con Felisa, limpiadora veterana, madre y abuela, que sigue trabajando porque, dice «Chica, es el único ingreso fijo en mi casa, donde vivimos diez personas, de tres generaciones». Felisa es un alma bendita, siempre ayudando a todo el mundo, además de cumplir con gusto con su trabajo.

-Bueno, Andrés, dice Lara, la cosa no se presenta muy bien, los resultados son malos.    

-¿Me voy a morir ya? contesta Andrés.    

-Como sabes, casamientos y mortajas del cielo bajan, pero por si acaso te vamos a poner un tratamiento para que estés más cómodo y te quedas en esta habitación tú solo, para que nadie te moleste. Yo me quedaré a tu lado, y Felisa (ya la conoces) nos echará una mano si tengo que salir a atender a otros pacientes, aunque ha bajado mucho ya la demanda…En todo caso, supón que la muerte estuviera cercana, ¿querrías algo especial?    

-Nada, tranquilidad, lo que sea será. Y malo esto de ser tan bien atendido. Esto es nuevo, lo mío es que me traten en urgencias peor que a un perro. Yo no necesito a nadie. Yo no quiero morir en la calle, pero no necesito que nadie me acompañe a morir.    

-No, Andrés, no es acompañarte a morir, es acompañarte a vivir, a pasar estas horas entre Nochebuena y Navidad. Si te parece bien, claro.    

-¡Hace tantos años que no me acompaña nadie así! ¡Cómo voy a decirte que no, chiquilla

Una enfermera, Nuria, acude para poner el corticoide en bolo intravenoso y se va, y al poco Felisa aparece con una botella de sidra y tres vasos de cristal, más unos polvorones.

¡Vaya, esto si es señal de que me voy a morir! ¡Alcohol a un borracho en urgencias! exclama Andrés    

-Pues a lo mejor te mueres en un rato, ¡pero ahora! bien vivo que estás para darte cuenta enseguida de lo que traigo, contesta Felisa mientras abre la botella y sirve los vasos.    

-¡Salud! brinda Lara, emocionada hasta casi llorar.   

-¡Salud! contestan Andrés y Felisa mientras empiezan a beber.

Andrés apenas tiene fuerzas de terminar su vaso y abrir un polvorón, que mordisquea. En media hora entra en coma, mientras contaba febrilmente a Lara y Felisa su última Nochebuena «normal», cuando todavía trabajaba en un banco y tenía familia: «Todo lo perdí por el alcohol», remata.   

Lara le ha cogido la mano y no la soltará hasta que Andrés muera, ya en el día de Navidad, en paz y sereno.

Lara no lo había hecho nunca, pero, al rato de la muerte, Felisa le ayuda a limpiar el cadáver y ambas tratan con respeto el cuerpo de Andrés. 

Las compañeras de guardia, avisadas por Felisa, rodean y apoyan a Lara, sin decir nada.

Lara guardó esta experiencia para siempre en su corazón.

Síntesis

Las urgencias de un hospital no están preparadas para facilitar una muerte digna, pero no es infrecuente la situación terminal del paciente que llega a urgencias hospitalarias. En un trabajo en Urgencias del Hospital San Jorge de Huesca (España) se estimó en 2011 que podrían acudir más de 100 enfermos por mes que cumpliesen criterios de paliativos y/o terminalidad a los servicios de Urgencias, lo que se traduce en unos 1000 a 1500 casos por año. Algunos murieron en dichas Urgencias, algunos incluso en la ambulancia

http://equipocesca.org/paliativos-en-urgencias/

Nada como “el caso Leganés” (Madrid), desvelado en 2005, en que cientos de pacientes murieron en urgencias hospitalarias: “El “caso Leganés” se convirtió en algo político, cuando escondía un grave problema, el de la muerte indigna. La negación de la eutanasia, la defectuosa organización sanitaria, la dejadez de médicos y de familiares…todo lleva a la muerte en condiciones horribles de miles de españoles”

http://equipocesca.org/pacientes-terminales/

Morir es un hecho trascendente.

Hay lugares en que la muerte es muy probablemente indigna, como las urgencias de un hospital.Nadie debería morir en soledad no deseada, nadie

Cribados de bajo valor

Traducción de la carta al director por Arnaud Chiolero Low-value population screening.The Lancet, 2024; 404(10456): 935 publicada en Lancet comentando el artículo: El cribado de poblaciones requiere pruebas sólidas: la genómica no es una excepción por Turnbull C, et al. Population screening requires robust evidence-genomics is no exception. Lancet. 2024 Feb 10;403(10426):583-586. doi: 10.1016/S0140-6736(23)02295-X.

Todos los cribados pueden ser perjudiciales (por ejemplo, por causar miedo, falsos positivos, investigaciones estresantes o sobrediagnóstico), algunos son beneficiosos, y los que pueden recomendarse deben ser «más beneficiosos que perjudiciales a un coste razonable». Como plantean Clare Turnbull y sus colegas, no está claro si el cribado genómico que forma parte de la iniciativa Our Future Health será más beneficioso que perjudicial a un coste razonable si se implanta a nivel poblacional. Por tanto, este cribado podría agravar el problema del cribado de bajo valor.

La atención de bajo valor es aquella que aporta un beneficio mínimo o nulo al paciente y constituye una preocupación creciente para los sistemas sanitarios. La población, así como los responsables políticos y muchos profesionales sanitarios, esperan mucho del cribado, pero los beneficios reales -especialmente para enfermedades crónicas comunes, como el cáncer- son generalmente bajos. Además, en la práctica del cribado a menudo no sigue las recomendaciones relativas a la frecuencia de las pruebas o las edades a las que empezar y parar. También se suelen realizar muchos cribados que no aportan ningún beneficio, como el cribado del cáncer de tiroides, lo que significa que son frecuentes los cribados de escaso valor.

El afán por los cribados, aunque sean de escaso valor, se basa en la creencia sincera de que siempre es útil identificar las enfermedades en una fase temprana, lo que permite un tratamiento precoz y mejores resultados. Sin embargo, para muchas enfermedades, la detección y el tratamiento tempranos no son mejores que el tratamiento iniciado más tarde y, debido a las mejoras en el tratamiento, las ventajas de tratar las enfermedades identificadas mediante cribado frente a las enfermedades detectadas clínicamente disminuyen. Además, no se tiene suficientemente en cuenta que muchos cribados son meras herramientas para estimar la probabilidad de una enfermedad futura, pero no permiten un diagnóstico precoz; este es el caso del cribado del riesgo genómico de enfermedades comunes. En la era de la medicina predictiva y personalizada, los límites difusos entre riesgo y enfermedad están impulsando la expansión sin fin de la estrategia de cribado y tratamiento.

Por último, la aplicación de una estrategia preventiva de cribado del riesgo genómico podría aumentar las desigualdades socioeconómicas en materia de salud, ya que la aceptación de este tipo de cribado será más frecuente entre las personas con una posición socioeconómica elevada, como se ha observado en el caso de los cribados del cáncer o de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. El coste de oportunidad de la aplicación de este tipo de cribado a nivel poblacional tendrá que considerarse cuidadosamente

De obligada lectura

En medicina hay libros o artículos de esos que te llevan a decir: “todo estudiante (o residente) debería leer”. Aunque la comprendo, a mí no me gusta la frase, es lógico que tu sorpresa o ilusión ante un buen trabajo te lleve a recomendarlo a generaciones venideras, pero esa «obligación» que impones, no es de recibo. Puede que el artículo no sea tan bueno, o el momento no sea el adecuado como lo fue para ti, es probable que esa persona a la que se lo dices, no lo necesite o no lo entienda en ese momento determinado. Seria mejor recomendar, e incluso recomendar solo a demanda del interesado. Solo en contadas ocasiones y conociendo al que crees que lo necesita, le puedes decir eso de “léete esto ¡chaval!”

Gracias a Juan Gérvas (una vez más) he llegado a este antiguo articulo que documenta y explica un hecho típico de la medicina generalista y que todos los que trabajamos en atención primaria deberíamos aprehender, ya que conocer casi todos lo conocemos. Se trata de eso que los bayesianos y evidenciologos llaman la probabilidad preprueba y cómo varía esta probabilidad según el entorno en el que trabajemos

Juan,lo aplica para ilustrar la peligrosidad de la desaforada afición de nuestros conciudadanos para acudir a los servicios de urgencias, y lo explica sencillo y bien. Da igual, casi nadie lo leerá y de los que lo hagan unos será para criticarlo sin misericordia por venir de quien viene, otros porque nunca entenderán, a pesar de su aparente formación intelectual, este sencillo problema de la masificación de las urgencias ambulatorias y el abuso de las hospitalarias.

Bien, pero hablemos del artículo. Se titula: Occurrence and clinical significance of overt blood loss per rectum in the general population and in medical practice (Frecuencia e importancia clínica de la pérdida manifiesta de sangre por recto en la población general y en la práctica médica) y el resumen traducido es este

Aunque la pérdida de sangre por el recto en medicina general es frecuente y no suele ser grave, puede ser el primer síntoma de un trastorno maligno colorrectal. Para determinar la incidencia y la importancia clínica de la pérdida evidente de sangre por el recto, se realizó una búsqueda bibliográfica en Medline. Se informó de que la incidencia de este síntoma en la población general era de aproximadamente 20 por 100 personas al año, la «incidencia de consulta de atención primaria» de aproximadamente seis por 1.000 y la incidencia de derivación a un especialista médico se estimó en aproximadamente siete por 10.000 al año. La importancia clínica del síntoma variaba en función de la población: el valor predictivo de la pérdida de sangre rectal manifiesta para una neoplasia maligna colorrectal se estimaba en menos de uno de cada 1.000 en la población general, aproximadamente dos de cada 100 en la práctica general y hasta 36 de cada 100 en pacientes derivados. Se desconoce cómo contribuye la manifestación de la hemorragia (y otros signos y síntomas) a la selección de pacientes en cada uno de estos estadios, dando lugar a probabilidades previas crecientes.

Juan Gérvas nos lo explica en este articulo :

En general la rectorragia es “inocente”, se debe a hemorroides o fisuras anales, y los pacientes lo suelen saber y manejar por sí mismos, sin consultar con el médico de cabecera y sin ir a urgencias. La probabilidad de que la rectorragia se deba a un cáncer del aparato digestivo es muy baja, del 1 por 1000.

Cuando los pacientes en ese estudio decidieron consultar con su médico de cabecera la probabilidad del cáncer subió al 20 por 1000. Es decir, los pacientes, si deciden consultar es porque “saben” que la rectorragia es distinta, que vale la pena la consulta, y sube a veinte por mil la probabilidad de cáncer, un ejercicio excelente de “auto-cuidado”, de “auto-selección”.

Después, cuando los médicos generales decidieron mandar a los pacientes con rectorragia a los especialistas focales, o a urgencias, la probabilidad de cáncer subió a 360 por 1000. Es decir, los médicos de cabecera seleccionaron a los que tenían mayor probabilidad de cáncer (en los que valía “la pena” el realizar más pruebas) y multiplicaron por 18 la probabilidad de cáncer de aparato digestivo. Así, de 1000 personas con rectorragia que a través del médico de cabecera llegaron a urgencias o especialistas focales, 360 tenían cáncer (640 no)

¿Se imagina si los pacientes con rectorragia de este estudio hubieran ido todos a urgencias hospitalarias o los especialistas “para estar tranquilos”, pruebas y más pruebas, daños sin sentido a 999 de cada 1000?

De todas formas, lo “recomendable” que no obligatorio, es cogerse el artículo completo en PDF con lápiz, «borra» y subrayador de colorines y estudiarlo en profundidad

Más información en El fundamento científico de la función de filtro del médico general del mismo autor y Mercedes Pérez Fernández

Demasiada sensibilización

Las campañas de diseases awareness o de sensibilización, o concienciación sobre una enfermedad, que han proliferado en los últimos años. Con el noble objetivo de influir en el conocimiento público, ocultan en muchas ocasiones propósitos no tan generosos, relacionados con intereses espurios, más que con objetivos de salud. Que una enfermedad sea conocida cuando no lo es, que se promueva el uso de una determinada intervención sanitaria con resultados probados o que se aborde un uso eficiente de los recursos, es claramente positivo. De ello se benefician pacientes, profesionales, políticos y por supuesto, la industria que proporciona el tratamiento y/o dispositivos necesarios para que ese problema se diagnostique o cure.

Estas campañas sobre el papel están diseñadas para lanzar importantes mensajes sanitarios a individuos y poblaciones a través de medios verbales, escritos y visuales que puedan ser comprendidos por todos, promueven, por tanto, la salud individual y pública. “Meses o días de…” , lazos de diversos colores, difusión en redes sociales o por “influencers” e incluso ridículas pelotitas amarillas, simulando moléculas de colesterol, callejeando por nuestras ciudades, son la traducción del marketing a este objetivo de concienciación.

Muchas de estas acciones están reconocidas y promovidas por instituciones gubernamentales, de salud pública y sociedades científicas. También muchas veces, con el respaldo económico de entidades y empresas privadas, en una especie de colusión de intereses nada transparente y mucho menos inocente. Una carta científica que se publica en JAMA evalúa el contenido y la financiación de los sitios web de campañas de concienciación sobre enfermedades realizadas o reconocidas oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Colaboración Cochrane y el Gobierno de EE. UU. Se evaluaron las afirmaciones sobre beneficios y perjuicios de pruebas diagnósticas y tratamientos, al igual que la información relacionada con los conceptos de sobrediagnóstico y sobretratamiento. También se evaluó la presencia de patrocinios comerciales, enlaces a sitios comerciales, logotipos de empresas o referencias al apoyo de empresas/socios.

De un total de 107 campañas, el 63% menciona los beneficios de las pruebas; se produjo en el 81% de los sitios web, mientras que la mención de los perjuicios de las pruebas se produjo en el 6% de los sitios web. Pocos sitios web cuantificaron los beneficios o los daños. En las tres cuartas partes de las campañas se encontraron indicios de participación comercial, pero sólo en el 37% aparecía claramente. En resumen, se podría decir que los sitios web de las campañas de concienciación sobre enfermedades a menudo fomentan las pruebas y los tratamientos en lugar de limitarse a describirlos, destacan más los beneficios que los perjuicios y rara vez señalaban problemas potenciales como el sobrediagnóstico o el sobretratamiento. En una alta proporción tienen patrocinio comercial, pero rara vez la relación aparece de forma explícita y clara.

Mientras que la promoción y publicidad de medicamentos está muy regulada, este tipo de campañas no lo está, se convierten así, en una buena alternativa para promocionar, de manera subrepticia e indirecta, tratamientos y dispositivos. Convierten campañas que pretenden informar al público para mejorar la toma de decisiones de los consumidores, en un instrumento importante del marketing comercial.

Referencia: Johansson M, Albarqouni L, O’Keeffe M, Jørgensen KJ, Woloshin S. Website Content and Funding of Officially Recognized Disease Awareness Campaigns. JAMA. 2024 ;332(7):589-592. doi: 10.1001/jama.2024.12267

¿Está sobrediagnosticada la prediabetes? Sí: la experiencia de un paciente-epidemiólogo

Hace poco me diagnosticaron prediabetes, basándose en una glucemia ligeramente elevada y sin otros factores de riesgo. Para disipar mi confusión y ansiedad, apliqué mi formación en epidemiología e investigación de servicios sanitarios a la literatura científica. Mi conclusión: Yo y muchos otros estamos sobrediagnosticados.

La diabetes tipo 2 es un problema de salud pública con una alta morbilidad y mortalidad que está proliferando a escala internacional. Es la enfermedad crónica más costosa de Estados Unidos, afecta aproximadamente a 37 millones de personas (el 11% de la población), de las cuales el 23% no están diagnosticadas. La diabetes está relacionada con nuestra epidemia de obesidad y afecta de forma desproporcionada a las personas con bajos ingresos y a las personas de color.

Pero la prediabetes, destinada a identificar a las personas de alto riesgo y prevenir la progresión a diabetes, es una idea relativamente nueva. Y los expertos discrepan enérgicamente en cuanto a terminología, criterios de cribado, interpretación e implicaciones.

MI VIAJE POR LA PREDIABETES
Soy una mujer blanca sana de 62 años: peso normal, ejercicio diario riguroso, dieta excelente, antecedentes familiares de diabetes mínimos (sólo mi abuelo materno). Mi nuevo médico de atención primaria (MAP) me sugirió que me volviera a hacer un cribado después de que la HbA1c se elevará ligeramente 6 meses antes (6,1%; norma normal actual en EE.UU.: 4,8% a 5,6%). Se mostró alarmada. Le pregunté preocupada si podía tener diabetes a pesar de los resultados marginales de las pruebas y la ausencia de factores de riesgo. «¡Oh, sí!», me contestó, podría tener diabetes en toda regla. Mi historia clínica electrónica (HCE) alimentó aún más mi preocupación: los resultados de pruebas recientes estaban marcados con signos de exclamación rojos, «H» de alto, y rangos estándar, de prediabetes y de control de glucosa. Sin embargo, los materiales educativos para pacientes de mi médico de cabecera y en línea no me incluían en ninguna categoría de riesgo.

Mientras tanto, me encontré repetidamente con mensajes sobre la prediabetes. Una valla publicitaria mostraba a una mujer en bikini sobre un aro hinchable y un tiburón debajo: «Riesgo de ataque de tiburón: 1 entre 11,5 millones. Riesgo de prediabetes: 1 de cada 3 adultos». Mi dentista me dijo que eran tantos los pacientes que le anunciaban que tenían prediabetes que había empezado a ignorar esta «noticia».

Los mensajes me distraen durante el día y me despertaban por la noche. ¿Estaba en un tren de la diabetes fuera de control? ¿Mendigaría, como mi abuelo diabético imploraba a mi abuela, bocados de comida prohibida? ¿Cuándo me fallaría la vista, habría que amputarme un miembro u otras terribles consecuencias?

Al repetir las pruebas, mi HbA1c era del 5,9%; mi médico de cabecera hizo un comentario favorable y dejamos el tema. Pero yo seguía preocupada. Entonces analicé mi HCE y la bibliografía. Mi HbA1c fue ligeramente elevada en 2007 (6,0%) y 2008 (5,9%). El intervalo estándar entonces era de 4,5% a 6,1%, así que mi médico de cabecera no se preocupó. ¿Qué ha cambiado?

Sigue en «Is Prediabetes Overdiagnosed? Yes: A Patient-Epidemiologist’s Experience» por Rani Marx

The Annals of Family Medicine May 2024, 22 (3) 247-250; DOI: https://doi.org/10.1370/afm.3093

Como Conclusión

¿HACIA DÓNDE VA LA PREDIABETES?
Mi experiencia y la revisión de la evidencia sugieren que las personas sanas de bajo riesgo están recibiendo pronósticos excesivamente preocupantes y recomendaciones de intervención demasiado agresivas. Ojalá mi médico de cabecera me hubiera explicado advertencias importantes: la prediabetes no conduce inevitablemente a la diabetes, las pruebas y lecturas individuales varían y pueden revertir con el tiempo, y los umbrales de prediabetes en EE.UU. han bajado y superan a los de otros países. De hecho, mis resultados han sido constantes durante muchos años, y estoy sano y tengo un riesgo muy bajo. En mi opinión, el cribado debería dirigirse a las poblaciones de alto riesgo, el umbral de prediabetes de EE. UU. debería alinearse con las organizaciones internacionales y prediabetes debería sustituirse por términos más apropiados y menos alarmantes (p. ej., glucemia elevada o intermedia). Los clínicos necesitan tiempo y recursos para comunicarse mejor con los pacientes, pero deberían centrar sus esfuerzos en las personas de alto riesgo o con diabetes. Apaguemos fuegos, no avivemos llamas