Categoría: Medicamentos

El laberinto de las IRAs (y 2)

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La evidencia: antibióticos para la sinusitis aguda

En una revisión Cochrane que investigo el tratamiento antibiótico para la sinusitis aguda, se encontraron cinco estudios aleatorizados con más de 1000 pacientes asignados a antibióticos o a placebo. El análisis de los ensayos encontró que había un riesgo relativo de 0,66 (95% IC 0,47 a 0,94) si se utilizan los antibióticos, lo que significa que el riesgo relativo de tener la enfermedad a las 1-2 semanas fue del 66% con antibióticos. Sin embargo, el 86% de los pacientes que recibieron placebo se había recuperado a las 1-2 semanas de todos modos. Esto significa que seis de cada siete pacientes tratados con antibióticos no obtuvieron ningún beneficio después de 1-2 semanas, y entre 16 ya 60 días no había diferencia en la recuperación y los informes de complicaciones entre los grupos de antibióticos y placebo. Los criterios de inclusión para los ensayos de diagnóstico fueron rigurosos con la confirmación por rayos X o tomografía computarizada o una punción del seno y la aspiración. El diagnóstico clínico fue también más estrictas que en la práctica clínica habitual en Australia. El espectro normal de diagnóstico de la enfermedad es mucho más amplia en la práctica general que en los ensayos, por lo que la respuesta al tratamiento probablemente sería menos.

La evidencia: los antibióticos para el dolor de garganta aguda

Otra revisión Cochrane identificó 15 ensayos (con 3621 participantes) que evaluaron los antibióticos en el dolor de garganta agudo. Estos ensayos informaron sobre la incidencia de los síntomas tres días después de que el paciente hubiera sido visto por un médico. (cuando el beneficio de los antibióticos es más evidente.) En el grupo control, alrededor del 77% de los pacientes todavía estaban experimentando dolor de garganta en comparación con el 66% de los pacientes que recibieron antibióticos (penicilina en su mayoría). Esto representa un riesgo relativo de 0,68 (IC del 95% 0,59 a 0,79). La evidencia es muy sólida (incluso un nuevo ensayo bien realizado es improbable que altere sustantivamente el efecto global). El número de pacientes que necesitan ser tratados con antibióticos para que uno de ellos se beneficie es 3,7 para aquellos que tienen una muestra positiva de estreptococos en la garganta, 6,5 para aquellos con un hisopo negativo, y 14.4 en los que no se tomó muestra. Cabe señalar que los ensayos que no se tomaba muestras con hisopo tenían casos menos graves.

Así que, si el control de síntomas no es una razón suficiente para el uso de antibióticos, ¿hay otras razones? Históricamente, el dolor de garganta preocupaba más por sus complicaciones que por sus síntomas. De éstos, domina la fiebre reumática aguda. Es difícil para nosotros apreciar ahora, 100 años más tarde, el miedo a la ‘garganta por estreptococos’ que se utilizaba para asustar a los padres. Un análisis de 16 ensayos de 10 101 pacientes encontró que 10 días de penicilina para el dolor de garganta fue altamente protectora contra la fiebre reumática aguda, con un riesgo relativo de 0,20 (IC del 95%: 0,18-0,44). Sin embargo, los ensayos clínicos tienen más de 50 años, y la fiebre reumática aguda ha ido desapareciendo de manera constante desde el inicio de la década de 1900. (El descubrimiento de los antibióticos a mediados de la década de 1900 no hace ninguna melladura discernible sobre esta tendencia a la baja) Ahora el riesgo de fiebre reumática aguda es bajo – un caso de cada en la vida de 10 Médicos Generales – y es una débil justificación para el uso de antibióticos. Por el contrario, las comunidades indígenas rurales y remotas de Australia experimentan la fiebre reumática aguda con una frecuencia suficiente para el uso de antibióticos para que el dolor de garganta sea importante.

Los daños derivados de antibióticos

Se está acumulando evidencia de que los antibióticos producen daños comunes, incluyendo erupciones cutáneas, diarrea y candidiasis. Sin embargo, los datos sobre reacciones adversas a los medicamentos no son exhaustivas. Si la infección es grave, estas reacciones adversas comunes pueden ser considerados como algo trivial. Sin embargo, si como en el caso de los antibióticos para la faringitis y sinusitis aguda, los beneficios son mínimos, los daños de los antibióticos deben ser tenidos en cuenta. Los médicos deben discutir estos daños, equilibrado, de los beneficios, con el paciente antes de decidir sobre el manejo de la enfermedad.

Resistencia antibiótica

También existe la preocupación acerca de la resistencia a los antibióticos. Esto es evidente por el daño a nivel de población, pero hay evidencia de que los individuos portan bacterias comensales resistentes a los antibióticos hasta 12 meses.  La medida en que esto compromete la eficacia de los antibióticos para las infecciones potencialmente más graves posteriores no se ha cuantificado.

Alternativas a los antibióticos

Actualmente hay pocas alternativas eficaces a los antibióticos en atención primaria. Hay, sorprendentemente, escasa evidencia empírica de la eficacia de los analgésicos, y demasiado poca para otros productos publicitarios (descongestionantes, medicinas complementarias y alternativas, cafeína) para recomendarlos. Los corticoides se han demostrado ser eficaces para la sinusitis aguda en cuatro ensayos de 1943 pacientes.  Después de 2-3 semanas, la sinusitis resolvió o mejoró en el 73% de los pacientes que usan corticoides intranasales en comparación con el 66% de aquellos que no los utilizaban, lo que significa que 14 pacientes necesitan ser tratados para que uno se beneficie.

Reunamos todo esto al hablar con los pacientes

El gran reto es comunicar esta complejidad a los pacientes, que podrían simplificar en exceso el problema al hecho de que hay una infección, que puede ser causada por bacterias y que los antibióticos matan a las bacterias. Un enfoque de toma de decisiones compartida permite al clínico para explicar la evidencia claramente al paciente para que puedan unirse en cuando se toman las decisiones sobre su salud.

Cuando se presentan pruebas, los pacientes a menudo se sorprenden de encontrar los beneficios modestos, con los daños de la misma magnitud del efecto, y se vuelven menos interesados en seguir con los antibióticos.

Conclusión

Las opciones de tratamiento para el dolor de garganta y sinusitis aguda son escasas. Sin embargo, las enfermedades se resuelven sin tratamiento y, con algunas excepciones importantes, las complicaciones son raramente un problema. Probablemente hacemos más bien a los pacientes excluyendo enfermedades más siniestras, y asegurándoles que la enfermedad se resuelve espontáneamente.

 

 

El laberinto de las IRAs

La revista Australian Prescriber es un modelo de información para prescriptores que intenta proporcionar información independiente, confiable y accesible sobre medicamentos y terapéutica. Como ellos mismo refieren su propósito es ayudar a los profesionales de la salud a tomar decisiones informadas a la hora de prescribir, incluyendo la posible prescripción de un medicamento o no. Para ello no huyen del debate sobre áreas terapéuticas complejas, controvertidas o inciertas pero siempre con un afán didáctico, no militante y sobre todo practico. Al contrario que otras fuentes de información de las que por aquí sabemos mucho, no olvidan que el objetivo no es el uso racional del medicamentos sino ayudar el medico (al tomador de decisiones ) para que haga un uso racional de todas la herramientas terapéuticas. Forma parte de NPS MedicineWise , una organización independiente y sin ánimo de lucro que proporciona información de medicamentos y recursos para profesionales de la salud, y los actores involucrados en el uso de la calidad de los medicamentos. NPS MedicineWise es financiado por el Departamento de Salud del Gobierno de Australia.


Traducción de Acute sinusitis and sore throat in primary care por  Chris Del Mar. Aust Prescr 2016; 39: 116-81

El “dolor de garganta” y la sinusitis aguda  son Infecciones respiratorias agudas (IRAs) cuyo diagnóstico no es sencillo. Tratar de adivinar el patógeno responsable puede  que no sea el mejor enfoque.

Guiarse por la evidencia empírica puede ser más útil. Se sugieren algunos, pero pocos, beneficios de los antibióticos. Esto tiene que equilibrarse con algunos, pero pocos, efectos perjudiciales de los antibióticos, como la diarrea, erupción cutánea y candidiasis.

Los prescriptores deben ser conscientes también del riesgo de resistencia a los antibióticos para el paciente, así como para la población en su conjunto.

Los médicos deben explicar la evidencia de los beneficios y los daños de los antibióticos a los pacientes dentro de un marco de toma de decisiones compartida.

Introducción

El dolor de garganta y sinusitis aguda son las dos causas más comunes de las consultas de atención primaria de Australia. Sin embargo, la decisión de cómo tratar a los pacientes afectados no es nada sencilla.

Diagnóstico

Las infecciones respiratorias agudas implican a la mucosa respiratoria que recubre la faringe y fosas nasales, incluyendo los senos nasales y vías respiratorias superiores. El diagnóstico preciso se ve ensombrecido por un espectro muy amplio de diferentes fuentes de la enfermedad, y una amplia gama de microorganismos que están asociados con, y que pueden causar, la infección. Muchas de estas bacterias están normalmente presente como comensales. Probablemente diseminamos diferentes tipos de virus mucho más a menudo de lo que sufrimos los síntomas de una infección viral.

Los síntomas pueden comenzar en cualquier zona de la mucosa e ir a cualquier otra – estornudos (nariz), dolor de garganta (amígdalas o faringe), la tos aguda (vías respiratorias superiores) y fiebre o malestar general (sistémica) – (en cualquier orden ver Figura).

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La superposición de síntomas y diagnóstico de las diferentes infecciones respiratorias agudas

La figura muestra los síntomas dominantes y los correspondientes diagnósticos de infecciones respiratorias agudas.

Es la infección bacteriana o viral?

Debido a que la cuestión de si una infección es causada por una bacteria o un virus se basa el enfoque racional convencional del manejo de las infecciones, ha sido el foco de mucha investigación. Sin embargo, muchos estudios del entorno microbiológico de las personas con infección son difíciles de interpretar.

Uno de los organismos de mayor preocupación es estreptococos del grupo A beta-hemolítico. Históricamente, esta infección ha dado lugar a complicaciones no supurativas (fiebre reumática aguda y glomerulonefritis), e infecciones secundarias como la otitis media aguda, sinusitis y amigdalitis. Es muy difícil de predecir a partir de los signos clínicos, y  el cultivo tarda varios días, dejando sólo la prueba de detección antigénica rápida como una opción. Por otra parte,  el estreptococo del grupo A beta-hemolítico, junto con otros organismos que causan infecciones respiratorias ( Neisseria meningitidis, Haemophilus, Chlamydia y Legionella ) están a menudo en personas sin síntomas.

Antes de centrarse demasiado en el diagnóstico, vale la pena pensar acerca del propósito de este. ¿Cómo va a  influenciar el diagnóstico en el tratamiento que instauremos?

Tratamiento

El curso natural del dolor de garganta y la sinusitis es la resolución espontánea. Tres preguntas se deben hacer:

  • ¿Los antibióticos reducen la gravedad o duración de los síntomas?
  • ¿Reducen las complicaciones?
  • ¿Hay otras intervenciones que alivien los síntomas?

Estas son preguntas necesarias debido al espectro de la resistencia a los antibióticos – algo que se acerca a una catástrofe.

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Persistencia en el error

Apuntes para una prescripción adecuada

Ante acontecimientos recientes que conllevaban apertura de un importante número de expedientes a médicos de familia mientras prestaban sus servicios en atención primaria en el SERMAS, la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria (SOMAMFyC) ha publicado un documento sobre “Prevención de sanciones por prescripción farmacéutica”

De ese documento entresacamos información importante que puede servir como apuntes y material útil para que los médicos de familia/atención primaria realicen una prescripción adecuada.

  • Resulta imprescindible conocer las indicaciones en ficha técnica de productos que se recetan Se pueden consultar en https://www.aemps.gob.es/cima También se puede utilizar en formato App para teléfono móvil o tabletas. Consultar en App store o en Google Play

Ejemplo:cima1

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  • Cualquier prescripción de medicamentos con indicación fuera de ficha técnica debe hacerse cumpliendo unos requisitos específicos. El médico responsable del tratamiento deberá justificar convenientemente en la historia clínica la necesidad del uso del medicamento e informar al paciente de los posibles beneficios y los riesgos potenciales obteniendo su consentimiento. Los tratamientos procedentes de un especialista hospitalario cuya indicación este fuera de ficha técnica deberán cumplir estos requisitos. Cuando no se aporten se deberá informar al paciente y derivarse al especialista correspondiente para que sea él, el facultativo que prescriba el medicamento adecuado durante el tiempo que crea necesario.

—–

Modelo de Carta (enviar preferentemente con logotipo del Sistema Sanitario)

Estimado Colega

Según consta en el informe de el/la paciente D/Dña …………………………………………………………… le ha sido prescrito en esa consulta el medicamento ………………………………. Como quiera que los diagnósticos que figuran en dicho informe no coinciden con la indicación de la ficha técnica del medicamento, me es imposible continuar con la prescripción citada.

A tal efecto te recuerdo que cualquier prescripción de medicamentos con indicación fuera de ficha técnica debe hacerse cumpliendo unos requisitos específicos. El Real Decreto 1015/2009, de 19 de junio, por el que se regula la disponibilidad de medicamentos en situaciones especiales, en su artículo 13.1, dice textualmente lo siguiente : “La utilización de medicamentos autorizados en condiciones diferentes a las establecidas en su ficha técnica, tendrá carácter excepcional y se limitará a las situaciones en las que se carezca de alternativas terapéuticas autorizadas para un determinado paciente, respetando en su caso las restricciones que se hayan establecido ligadas a la prescripción y/o dispensación del medicamento y el protocolo terapéutico asistencial del centro sanitario. El médico responsable del tratamiento deberá justificar convenientemente en la historia clínica la necesidad del uso del medicamento e informar al paciente de los posibles beneficios y los riesgos potenciales, obteniendo su consentimiento conforme a la Ley 41/2002, de 14 de noviembre.

El único facultativo que puede cumplir estos requisitos es el que indica e inicia la prescripción, por lo que te remito al paciente para que procedas a cumplimentar las recetas durante el tiempo que creas necesario.

 

 

Fdo:- …………………………………………..

Médico de Familia

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No necesitamos una niñera para los catarros

Margaret McCartney: No necesitamos un exceso de cuidados para los catarros

Traducción libre de Margaret McCartney. We don’t need nannying for colds.BMJ 2017;356:i6760

El invierno significa pañuelos, y la respuesta del NHS esta temporada, es una campaña con una cancion del coro del NHS. De manera brillante y melodiosa, ensalzan mensajes para mantenerse abrigados, tomar alimentos y bebidas calientes, y vigilar a los más mayores. Pero también nos recomiendan, «Consulte a su farmacéutico, a la primera señal de un resfriado.»  La página web de NHS repite esto: «Siempre consulte a su farmacéutico al primer síntoma de resfriado o de tos, antes de que se agrave»

   

Vamos a analizar esto. Al NHS le gustaría que todo el mundo con algún síntoma de tos o de catarro visitará la farmacia. Esto significa que toda la población del Reino Unido hará una visita a la farmacia entre dos y cinco veces al año.

¿Y en concreto por qué? Tener un catarro es  parte de la  vida del ser humano. Toses y catarros van y vienen, y los pocos tratamientos basados en pruebas (la mayoría proceden de  múltiples minoristas, tales como garajes)  no son curativos, sino que solamente proporcionan una moderada reducción en la duración o la intensidad de los síntomas. Sin embargo, el NHS aconseja que la tos y los catarros necesitan de la intervención de un profesional para evitar que “vayan a más”. 

Esta es una idea que no se sustenta en ninguna evidencia. Es también un buen ejemplo de sobrediagnóstico y sobretratamiento, mediante la creación de un alarmismo a escala nacional. Un catarro se cura solo. No necesita tratamiento para su curación. No se va a convertir en algo «más grave» sin el consejo de un profesional sanitario. Es un catarro. Un problema autolimitado por definición.

He perdido la cuenta de las personas que van al médico de familia porque un tratamiento no les ha curado el catarro en uno o dos días.

La forma en que percibimos y tratamos enfermedades menores se ha intensificado gracias al sentimiento de aversión al riesgo que en contra de lo que parece intuitivo genera más riesgo. Se sabe que hay muchos síntomas que son frecuentes pero que no hacen a la gente ir a consultar al médico–el «efecto iceberg«. Estas campañas alarmistas hacen que haya más gente que vaya al médico que más que beneficiarse, les pueden exponer a los efectos secundarios  de una medicina que no necesitan.

He perdido la cuenta de las personas que van al médico de familia porque un tratamiento (no basado en pruebas) dispensado en una farmacia, no les ha curado el catarro en uno o dos días. Algunos también pueden haber descartado la cita con el médico por ir a una farmacia por los síntomas del resfriado, ahorrando así tiempo al MF. Pero fomentar la asistencia con cualquier profesional sanitario hace que los farmacéuticos dediquen más tiempo a gente que va a mejorar con independencia de su consejo. Eso deja menos recursos para las personas con necesidades más importantes. Esto conlleva a una inequidad evitable en la asignación de recursos.

En cambio, necesitamos mejores consejos para cuidarse durante el invierno. La verdadera cuestión sería: ¿Cuáles son los síntomas de riesgo de enfermedades importantes que se pueden prevenir, y dónde y cuándo se debería atender a la persona? ¿Cuándo una persona requiere asistencia, y cuando podemos dejarla tranquila, asesorados por la evidencia y no por el miedo a campañas alarmistas. Esto no es autocuidado. Es cuidado de la farmacia, que es muy diferente, y viene con oportunidades de venta asociadas.

 

 

…y ya no necesitamos la medicina basada en la evidencia….

En la información publicitaria de un nuevo medicamento Sacubitrilo/Valsartán (Entresto®) se incluye, como es habitual en este tipo de información, una especie de infografía que incluye gráficas y textos con las conclusiones más relevantes del estudio pivotal sobre ese fármaco.
entresto4.PNGA pesar de ser elaborada por los departamentos de marketing de los laboratorios, esta información ha de rigurosa, basada fielmente en los estudios que cita y debe ser supervisada por los departamentos médico y legal del propio laboratorio.

Se ha comentado que este material promocional distribuido a los médicos presenta un perfil sesgado de los medicamentos y no esta basado en la evidencia científica, lo cual sorprende porque este tipo de información al menos de forma teórica está fuertemente regulada y aprobada por la autoridad farmacéutica correspondiente.

Lo que es menos sorprendente, y en cierto modo lógico, es que este material intente presentar una imagen favorable y un impacto positivo en la persona que lo ve, para lo cual se recurren a embelecos procedentes en su mayor parte de las ciencias sociales aplicadas. Estos trucos a veces rayan la legalidad o la ética. Es la autoridad sanitaria la que deben velar para que no estén presentes en información que a la postre, va tener un influencia innegable en los médicos prescriptores.

Lo que no es habitual que este material promocional contenga errores de bulto, creemos que no intencionados, y sobre todo que nadie se haya percatado de ellos cuando se supone que ha sido revisado extensivamente por muchas personas. Por ejemplo, es habitual presentar la medida del efecto de un medicamento en términos de Reducción Relativa de Riesgo (RRR), o lo que es lo mismo la reducción del evento por parte del medicamento expresada como porcentaje de lo que pasa en el grupo control *.

Es aceptado que los ensayos clínicos publicados en revistas y los documentos de comunicación científica derivados de ellos utilizar esta medida del efecto. Es una cifra más rotunda que remarca el mensaje,  aparece no solo en publicidad de medicamentos sino en la de todo tipo, tambien se enseñorea de titulares periodísticos e incluso de los discursos políticos.

El lector debe estar atento y reconocer que cuando se lee una reducción del 20% en la mortalidad cardiovascular, no es una reducción absoluta de la mortalidad, sino que se producen un 20% menos de muertes que las que se producen en el grupo que no toma el medicamento. entresto1

En el caso que nos ocupa la tabla no lanza este anzuelo tan sutil, sino que confunde directamente el Riesgo Relativo (RR) o el cociente entre el riego en el grupo tratamiento y riesgo en el grupo control, con la RRR.

Si se compara con la figura original se ve el error, basta con observar el valor del hazard ratio (medida similar al riesgo relativo pero que proporciona información temporal del desarrollo del suceso) en nuestro caso de 0,80 o 80% para saber que el RR no puede ser 20 como dicen y remarcan los confeccionadores del material, sino que esta cifra corresponde a la Reducción Relativa del Riego que es igual a 1 menos el Riesgo Relativo (RRR= 1-RR).

entresto2

nejm.org

Curiosamente en una sección denominada Directos de on line de una prestigiosa sociedad científica donde se habla Sacubitrilo / Valsartán (Entresto®), se presentan varias diapositivas con el mismo error. Aunque el ponente utiliza el ambiguo pero correcto termino de reducción del riego, en la figura se ve de nuevo RR=20%.

entresto3

secardiologia.es

Estos conceptos se aprenden en un curso básico de medicina basada en la evidencia (MBE), esa que según algunos ya está sobrepasada por una medicina basada en los big data. El error que presentamos aquí es banal pero que seguramente refleja que la MBE ha fracasado en transmitir la importancia de entender los resultados de la investigación clínica, seguiremos como reseñaba mi amigo José Francisco García siendo médicos anuméricos, y el problema es que esto es especialmente peligroso en una época en que la cancamusa innovadora y tecnológica nos acecha, no siempre con buenas intenciones.

*Es muy distinto hablar de una reducción relativa del riesgo que de una reducción absoluta del riesgo. Baste poner como ejemplo el análisis combinado de los ensayos de la vacuna frente al virus del papiloma humano. En una de las tablas de dicho trabajo, publicado recientemente en The Lancet, se habla de una reducción de riesgo del 18% para cualquier lesión precancerosa, independientemente de cuál sea el tipo del virus causal. Sin embargo, esta cifra se refiere sólo a una reducción relativa, ya que las tasas observadas fueron de 1,3 y 1,6 por 100 personas-año, respectivamente, en vacunadas y no vacunadas. Por lo tanto, la reducción absoluta del riesgo sería sólo del 0,3% al año. (Literal de  Martínez-González MA, Alonso A, López Fidalgo J. ¿Qué es una hazard ratio? Nociones de análisis de supervivencia Med Clin 2008;131:65-72 -)

indicacion > prescripción

Las soluciones más simples suelen ser las más eficaces y correctas. La simplicidad sin embargo se muestra elusiva cuando se busca y se hace mucho menos probable cuando los que la persiguen aumentan en número y capacidad de decisión. La informatización se puede implantar para agilizar procesos burocráticos tediosos o automatizar rutinas, pero tambien para la innovación mediante nuevas funcionalidades y facilitando el balance entre beneficios y cargas de trabajo en tareas de un gran valor añadido potencial.

turismoUn grupo de autores norteamericanos conjuga estas dos premisas en un artículo de perspectiva publicado en el NEJM esta semana. Proponen incorporar la “indicación” (o razones que motivan su uso) en la receta o cualquier tipo de orden de dispensación. Esta medida tan simple es poco seguida. Las recetas médicas oficiales incluyen en la hoja de instrucciones a pacientes, un apartado para el Diagnóstico, pero rara vez se cumplimenta. Los informes hospitalarios y de salud se disponen de tal forma que se exponen una lista de diagnósticos y una lista consecutiva de medicamentos,  sin que en ningún caso se correlacione una lista con la otra. En la era de la receta electrónica añadir la indicación en la prescripción de medicamentos es oportuna y poco costosa, permitiría una prescripción basada en la indicación que ofrecería ventajas tales como:

  • Mejora en la seguridad del paciente y evitar errores de medicación
  • Aumento del conocimiento sobre los tratamientos que toma y “para que” los toma, con una consiguiente mejora del cumplimiento terapéutico.
  • Facilitar la accion de sistemas inteligentes de ayuda a la prescripción.
  • Amplia el conocimiento de los tratamientos entre el equipo de profesionales sanitarios que en un momento determinado interactúan con el paciente
  • Simplifica el proceso de conciliación de la medicación en las transiciones asistenciales
  • Contribuye al conocimiento de la efectividad, idoneidad y usos fuera de indicación de los medicamentos y sus resultados.

Como objeciones se apunta en el artículo el problema de la confidencialidad, el aumento de la carga de trabajo (minimizado con un buen e “inteligente” sistema informático), la dificultad de asignar “indicaciones” y las clasificaciones utilizadas, así como el necesario respeto a la autonomía y capacidad de elección de los médicos. Como los americanos no son dados al hablar por hablar, ya han presentado un proyecto suficientemente financiado para favorecer este cambio hacia la prescripción basada en la indicación

En nuestro país y en particular en atención primaria la implantación de esta sencilla medida tendría al menos dos beneficios adicionales. Uno es el aumento de la calidad en la cumplimentación de las historias clínicas electrónicas, autenticos patatales de episodios y prescripciones. Resulta curioso que mientras en el artículo se aboga por ligar en los registros electrónicos la indicación a la prescripción, en nuestra historia clínica electrónica, gracias la clarividencia de sus creadores, esta tarea ya es obligatoria desde el principio.

Otra es la creación de “auténticos” indicadores de calidad de la prescripción en lugar del amasijo informe de números que pueblan y divierten las hojas de cálculo de nuestros directivos y farmacéuticos de área.

Gordon D. Schiff, Enrique Seoane-Vazquez, Adam Wright.  Incorporating Indications into Medication Ordering — Time to Enter the Age of ReasonN Engl J Med 2016; 375:306-309 DOI: 10.1056/NEJMp1603964

Un momento docente en dos imagenes

Presentación Prescripción diferida de antibióticos

Novedad : Ahora puedes descargar directamente la presentación aquí

Al contrario de lo que algunos creen, el ciclo de la investigación clínica no se cierra hasta que los resultados son conocidos y aplicados por los profesionales que trabajan en la asistencia.

nvestigación de jfmelero, disponible bajo licencia CCBY-SA 3.0 vía wikimedia

nvestigación de jfmelero, disponible bajo licencia CCBY-SA 3.0 vía wikimedia

Las interrogantes a investigar surgen del trabajo diario y allí deben volver una vez contestadas y resuelta la hipótesis inicial. Los problemas y dificultades de trasladar la investigación a la práctica siempre están presentes, pero sería un error no intentarlo al menos.  Hace años los investigadores involucrados en el ensayo clínico ALLHAT sobre tratamiento de la hipertensión, se dieron cuenta de que después de años de trabajo, millones de dólares gastados y unas “buenas críticas”, los resultados se publicaron, se presentaron y se olvidaron.

Sería una pena que una investigación reciente de autores españoles y realizada con fondos públicos de investigación, siguiera el mismo camino. Por ello y de acuerdo con los autores publicamos unas diapositivas (realizadas por ellos) para que este estudio se difunda en sesiones clínicas de los diferentes centros de salud españoles con licencia Creative Commons.

Prescripción diferida:una historia de investigación en la atención primaria española

por Pablo Alonso (Centro Cochrane Iberoamericano-IIB Sant Pau, Barcelona), Rafael Rotaeche (Centro de salud de Alza, San Sebastián), Mariam de la Poza (Centro de salud Carles Ribas, Barcelona)

En teoría la actividad de un médico de familia tiene diferentes vertientes: asistencial, gestora, docente e investigadora. Necesitamos investigación  que genere conocimiento para conseguir una atención primaria más eficiente. Y eso pasa por resolver problemas con los que nos enfrentamos a diario. La variabilidad en el uso de antibióticos (ATB) y la incertidumbre  en la decisión del tratamiento ATB  en las infecciones comunitarias  es un problema que no sólo tiene repercusión a nivel de las personas que atendemos (presentación de efectos adversos) sino a nivel de la comunidad (desarrollo de resistencias antimicrobianas) y por último a nivel de gasto económico (se encarece el coste del caso a tratar)

Hace poco un grupo de profesionales de primaria, preocupados por este problema, hemos publicado los resultados de un ensayo clínico que evaluaba el efecto de la prescripción diferida de antibióticos en las infecciones respiratorias. prescri3Aunque esta práctica, en sus diferentes versiones, es una estrategia guiada por la intuición que se venía (y viene) realizando en atención primaria de manera bastante variable desde hace tiempo pensábamos que necesitábamos pruebas sólidas de que este tipo de estrategia funcionaría también en nuestra AP.

El proyecto en concreto comenzó a gestarse hace  ya algunos años, cuando cayó en nuestras manos un ensayo clínico de Paul Little, nuestra referencia en este campo, publicado en el JAMA (). Las pruebas que buscábamos las obtendríamos de un ensayo clínico, multicéntrico con una potencia suficiente.

La colaboración previa en otros proyectos entre profesionales del Centro Cochrane Iberoamericano (IIB-Sant Pau) y profesionales de atención primaria nos permitió plantear la necesidad de realizar un estudio similar en nuestro entorno. Gracias a una generosa ayuda, para los estándares de nuestro entorno, del Instituto Carlos III, pudimos armar un grupo amplio de profesionales de cinco Comunidades Autónomas y poner en marcha el estudio, el cual se prolongó prácticamente tres años para conseguir reclutar 400 pacientes. Todo ello, con la ventaja adicional de contar desde el comienzo con Paul Little, como asesor y co-investigador, así como con Carles Llor como líder clínico de la atención primaria en nuestro entornoptrecri3

El estudio comparó dos estrategias de prescripción diferida (en mano o recogiendo la receta en el área administrativa del centro de salud) con la prescripción antibiótica inmediata y con la no prescripción. Los resultados muestran, de manera similar a estudios previos,  como la prescripción diferida puede ser una estrategia que ayude a la utilización racional de ATB principalmente en casos de duda sobre la necesidad de utilizarlos. En las estrategias diferidas, los pacientes presentaron síntomas con una severidad y una duración ligeramente mayor pero clínicamente similar a los de la prescripción inmediata, y además mostraron una reducción drástica (de más del 60%)  del consumo de ATB en comparación con estos últimos. La percepción de que los antibióticos no son efectivos o no son muy efectivos fue superior en los dos grupos de prescripción diferida en comparación con los de la no prescripción o la prescripción inmediata. La satisfacción fue similar en todas las estrategias.

El trabajo ha sido una experiencia muy satisfactoria para todos los que hemos participado en ella  siendo finalmente publicado en la revista JAMA Internal Medicine ha merecido una editorial y se ha difundido en blogs y redes sociales. Pensamos que probablemente unas de las razones para que esta revista americana se haya interesado por nuestro trabajo ha podido ser la sobreprescripción antibiótica que se sigue observando todavía en los Estados Unidos. La publicación ha tenido una buena acogida, en nuestro entorno ha sido recogida por la  prensa profesionalprofana, así como en otros medios.

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Más importante que estas publicaciones   es la consolidación de una línea de trabajo sobre la prescripción diferida en nuestro grupo concretada en: un ensayo similar en pediatría, una investigación cualitativa y un estudio de coste-efectividad. La intención es seguir avanzando en mejorar la adecuación antibiótica en nuestro entorno y hacerlo desde la atención primaria.

Nuestra experiencia demuestra que la investigación de calidad es posible en AP. Pero para que esta sea factible necesitamos redes de  alianzas entre profesionales, apoyo metodológico y financiación suficiente. Pero no podemos olvidar que lo esencial es la elaboración de preguntas de investigación que surgen del cuestionamiento diario de nuestra práctica clínica.