Categoría: Digestivo y hepatología

Enguachinados o las tonterías del agua (I)

No, no voy a dar consejos de verano sobre el baño, que para eso ya están las 17 autonomías de nuestro país, ni tampoco este post esta dedicado a la homeopatía. Trata sobre las muchas tonterías, algunas amplificadas por intereses muy concretos, que se dicen en esta época del año con respecto al agua y la hidratación en la salud humana. En concreto y en este primer post, de cómo la recomendación de beber mucha agua es una tontería, para más adelante escribir sobre la estupidez de llevar una botellita de agua siempre contigo, y por ultimo desmontar la idea de que tomar refrescos de agua con sales, o isotónicas verbigracia Aquarius, es necesario cuando se tiene diarrea.

Como avisaron algunos medios, la medico general inglesa Margaret McCartney (una heroína de los tiempos modernos) escribio en el BMJ  que la muy difundida recomendación de beber de seis a ocho vasos de agua al día para prevenir la deshidratación «no sólo es una tontería, sino que es una tontería desacreditada».

En su comentario  que se puede traducir con el elocuente término de “Enguachinados” pone de manifiesto que no hay ninguna evidencia concluyente que pruebe el beneficio de beber una mayor cantidad de agua. Es más, los pocos estudios  que existen podrían indicar daños, no deseados, relacionados con beber agua en demasiada cantidad.

El reflejo de la sed es un mecanismo excelente para regular la cantidad de agua que necesitamos, excepto en los raros casos de pérdida de este mecanismo, o en las personas con muchos o muy pocos años (ancianos y bebes), es suficiente para que el ser humano satisfaga sus necesidades hidricas en condiciones normales.

La afirmación, tanta veces repetida, de que es conveniente beber una cantidad determinada y de forma continuada,e incluso sin sed, NO está sustentada por ninguna prueba científica seria.

Estos mitos están tan extendidos que según  McCartney hasta el prestigioso National Health Service (NHS), o a la publicación ‘on-line’ de este Institutol NH Choices recomiendan «beber de seis a ocho vasos de agua (u otros líquidos) al día para prevenir la deshidratación. También, muchas escuelas, dentro del programa  Brain Gym -ridiculizado con gracia por Goldacre en su libro Mala Ciencia– consideran oportuno insistir en que los alumnos lleven siempre a clase una botella de agua.

Otras organizaciones, en este caso de manera interesada, refuerzan este mensaje. En el Reino Unido la Hydration for Health (H4H), organización esponsorizada por la multinacional francesa Danone (que vende el agua embotellada Evian), recomienda beber de un litro y medio a dos litros de agua al día, afirmando que se trata del «consejo más simple y sano sobre hidratación que puedes dar«.

En España estamos asintiendo a una intensa campaña por prensa- profesional y profana- radio y televisión de unas curiosas recomendaciones  emitidas por el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) – aquí y ahora mola mucho lo de los observatorios-. Según su propia página web, este observatorio una institución de carácter científico-técnico que surge de la necesidad de mejorar el conocimiento en torno a la hidratación y profundizar en sus aspectos sanitarios, eso si  también indican que es una iniciativa impulsada por la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (ANFABRA) que también patrocina campañas tan interesantes para la salud pública como «Un refresco, tu mejor combustible» para la prevención de la fatiga en la conducción.

La campaña del Observatorio de Hidratación y Salud de este año, bajo el imperativo y sugerente título de ¡No te deshidrates!, cuenta con el respaldo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, la Organización Médica Colegial de España (OMC) y la Fundación Quirón.

Aporta temas tan científicos como el lema “Hay mil formas divertidas de hidratarse” entre ellas beber  refrescos, zumos e infusiones que por casualidad es lo que venden los asociados de ANFABRA. Es curioso que el sitio inglés- patrocinado por Danone waters- hace hincapié en el agua como mejor y más saludable método para conseguir la deseada hidratación, mientras que el español -de los fabricantes de refrescos- aboga por una «hidratación divertida» . Otras perlas de la campaña son que el 70% de los los españoles bebe menos de lo adecuado o que es necesario beber entre 2 y 3 litros de líquido al día a través de una diversidad de bebidas.

Como colofón podemos encontrar los “Consejos para mantener una hidratación adecuada” donde a una serie de medidas sensatas y saludables pero de sentido común y que no necesitan ningún médico para difundirlas, unen y mezclan afirmaciones sin fundamento ni objetivo saludable alguno.

hierro

Es una creencia común entre las mujeres que los compuestos de hierro tienen muchos efectos secundarios gastrointestinales. Para evaluar los efectos secundarios gastrointestinales de la profilaxis con hierro durante el embarazo, se realizó un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego en 404 mujeres embarazadas sanas asignadas a cuatro grupos que tomaron: suplementos de hierro ferroso (como fumarato) en dosis de 20 (n = 99), 40 (n = 100), 60 (n = 102) y 80 mg (n = 103) todos los días desde las 18 semanas de gestación hasta el parto.

Se registraron a través de entrevistas a las 18, 32 y 39 semanas de gestación síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos, dolor epigástrico, eructos, pirosis, meteorismo, borborigmos, dolor cólico, flatulencia, estreñimiento, heces delgadas, diarrea), coloración negra de las heces, y el uso de laxantes.

La frecuencia de síntomas gastrointestinales no fue significativamente diferente en los cuatro grupos de suplemento de hierro, ya sea en la inclusión o en menos de 32 y 39 semanas de gestación y, por tanto, no relacionada con la dosis de hierro.

Este estudio muestra que un suplemento de 20-80 mg de hierro ferroso (como fumarato), tomado entre comidas, no tiene efectos clínicamente significativos secundarios gastrointestinales. La aplicación de la profilaxis con hierro para las mujeres embarazadas no debería verse afectada por una preocupación excesiva por los efectos secundarios que no existen.

Milman N, Byg KE, Bergholt T, Eriksen L. Side effects of oral iron prophylaxis in pregnancy–myth or reality? Acta Haematol. 2006;115(1-2):53-7

!joder que tropa¡

protectores: y ademas engordan

Me lo temía

La “dependencia” a los IBPs podría ser una causa de la explicación del rápido y continuo incremento de su uso.

Dedicado a  mi amigo Pablo que quería que me tomara un omepra antes de salir de comilona nocturna

Por fin sabemos la causa del uso y sobre todo abuso en los últimos años de los llamados inhibidores de la bomba de protones (IBPs) vulgo dicto protectores. No, no era debido a lo que creíamos,  no es porque sean muy baratos o porque sean realmente eficaces en la mayor parte de los trastornos relacionados con el ácido gástrico. Tampoco a que la tolerancia sea buena o a que su seguridad estaba bien contrastada tras largos años de uso masivo.

IBPS3No, no era eso, y tampoco que la gente le hubiera tomado el gusto tras aprender que la gastroprotección era los más importante. Así se lo habían enseñado cada vez que tenían contacto con practicantes sabihondos, atolondrados cirujanos y residentes de guardia.

No, no eran esas las causas. Me lo temía, era de suponer , la causa, el mal está dentro, es una etiología intrínseca, son ellos mismos, los IBPs, los que una vez introducidos como inocentes corderitos bienhechores se revelan como insaciables inductores de nuevo consumo.

Así lo muestra un artículo publicado en Gastroenterology en el mes de julio de ese año con el titulo Proton-Pump Inhibitor Therapy Induces Acid-Related Symptoms in Healthy Volunteers After Withdrawal of Therapy y que gracias los chicos/as de Hemos leído he recuperado de la bandeja de los artículos pendientes de leer (y a los que rara vez les llega este destino).

IBPs1Según este ensayo clínico controlado y aleatorizado en pacientes que tomaban IBP y en concreto esomeprazol, el porcentaje con síntomas se incrementaba con respecto al grupo  que ingería placebo una vez que se dejaba de tomar la sustancia activa. Este incremento se mantenía y era estadísticamente significativo en las semanas posteriores. Los pacientes en los dos grupos estaban previamente sanos y sin síntomas ni enfermedades relacionadas con el ácido, tras la administración del IBPs se consideraba a un paciente sintomático si refería un incremento de más de dos puntos en una escala de  preguntas relacionadas con acidez, regurgitación ácida y dispepsia.

Este efecto rebote o hipersecreción ácida de rebote (incremento en la secreción de ácido gástrico por encima de los niveles previos, una vez que se produce  el cese de la administración más o menos continuada de IBPs) se produjo en más de un cuarenta por ciento de los participantes. Es decir  personas que nunca habían tenido molestias de acidez, regurgitación o dispepsia, si tomaban IBPs durante un par de meses, experimentaban síntomas relacionados con el aumento de la secreción ácida, tras suspenderlos.

IBPs2

Como acertadamente señala en el editorial acompañante con el  descriptivo titulo Evidence That Proton-Pump Inhibitor Therapy Induces the Symptoms it Is Used to Treat este estudio nos debe llevar a cuestionar y reconsidera los liberales hábitos de prescripción y consumo de los IBPs que se han ido adquiriendo con el tiempo, especialmente en aspectos tales como restringir su uso a casos con síntomas claros de acidez y reflujo, no utilizarlos para molestias inespecíficas, o banales y reducir la duración  y el abuso de estos medicamentos  en el diagnóstico ex juvantibus (la respuesta al tratamiento es usada para confirmar un diagnóstico).

Hay que plantar cara a la tendencia en el manejo de estos problemas que los ingleses llaman de “step-down” o iniciar el tratamiento con un IBP frente al “step-up“ iniciar con consejos de estilo de vida y fármacos  como antiácidos, vamos que no hay que to kill flies with howitzers, por seguir los términos en ingles que tan chuli quedan. También se debería informar al paciente, y al residente de urgencias, y a las oficinas de farmacia, ya la sociedad en general que hay un cosa que se llama hipersecreción ácida de rebote , que es muy mala y que tiene sus efectos.

hepatitis B

La revista Annals of Internal Medicine publica en el número del 20 de enero un resumen de la conferencia de consenso sobre la hepatitis B auspiciada por la AHRQ (en cuya web se puede obtener la información completa) francamene interesante y de acceso gratuito. Interesante por su claridad y sobre todo por contestar preguntas que nos hacemos con frecuencia desde atención primaria, como es el caso de ¿cuales son los beneficios y riegos de los tratamientos actuales para la hepatitis B? ¿que personas deben recibir tratamiento? o ¿ Como se controla el tratamiento y valoran los resultados?