Etiquetado: especialistas
Los constipadillos
En un pueblo manchego, muy aficionado al baloncesto, se celebraba una de las finales del campeonato júnior. Como en otras ocasiones, un equipo de la capital acudía a la contienda contra el conjunto local, en este caso era el de la facultad de medicina. La federación dejaba, por entonces, cierta manga ancha en la adscripción de jugadores tanto en la edad como en la pertenencia al club que decían defender. Además, como no eran épocas de bonanza económica, los equipos se desplazaban en transporte público y se alojaban en casa de familias de la localidad que, gustosamente, acogían a los jugadores rivales. Uno de ellos compartía la sobremesa con una de las familias, cuando el padre, al ver que el jugador que le había «tocado» era talludito, le comentó con el ánimo de entablar conversación y algo zumbón: «Ya estarás a punto de acabar la carrera y ser médico», a lo que el presunto estudiante de medicina contestó: «¡Qué va! Todavía voy por los constipadillos».
Algo similar ha sucedido con políticos y algunos médicos con motivo de los recientes conflictos en la Atención Primaria madrileña. En desafortunadas declaraciones, tanto la presidenta de la Comunidad como el presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid han manifestado: «El principal problema de la huelga es el peligro de saturar los hospitales»
Como dice Julio Bonis en un lúcido comentario, la Atención Primaria seguirá en crisis, mientras nuestros políticos y dirigentes sigan cayendo en el error de creer y actuar como si la función de la Atención Primaria fuese atender problemas menores, para que los pacientes no molesten en el hospital. La Atención Primaria seguirá en crisis, mientras nuestros políticos y dirigentes sigan cayendo en el error de creer y actuar como si la función de la Atención Primaria fuese atender problemas menores, y (esto lo añado yo), realizar los engorrosos tramites burocráticos de la incapacidad temporal propios y los del hospital.
La Atención Primaria seguirá en crisis, mientras nuestros políticos y dirigentes sigan cayendo en el error de creer y actuar como si la función de la Atención Primaria fuese atender problemas menores, para que los pacientes no molesten en el hospital.
También explica que nuestra especialidad ha fallado en hacer saber a los especialistas hospitalarios, a los responsables políticos e incluso a algunos médicos de familia, que el médico en Atención Primaria no es aquel «no-especialista» que trata los problemas menores, como los constipadillos, para que el médico de verdad, el que trabaja en el hospital, pueda atender los problemas importantes. Por el contrario, es el especialista en los problemas frecuentes de su grupo de pacientes y en el uso de la tecnología y el conocimiento más avanzado disponible fuera de un hospital.
ya se sabe quien mato a Prim
Efectivamente fuimos nosotros los médicos de cabecera , que no conformes con denegar las recetas a los pacientes, ni con saber prescribir racionalmente, ni saber gestionar la demanda. No contentos con eso, confundimos a nuestra mujer con un sombrero y a los locos con botijos, y encima les damos la baja.
Imagen tomada sin permiso 😉 de El supositorio
¿ Donde esta Wally. perdon la semfyc ?
corazon partio
El año pasado se público como uno de los principales problemas éticos (a menudo sin reconocer) que se planteaba en las consultas del médico de cabecera es el de la relación entre la atención primaria y la especializada y, en concreto, los inconvenientes de las listas de espera.
Los médicos de cabecera somos sufridores secundarios de la listas de espera, sin lugar a duda el principal es el paciente. Ante esta situación tenemos muy poca capacidad de respuesta: parches en forma de tratamiento sintomático, dar ánimos, apoyo y, sobre todo, escuchar resignadamente al paciente que se desahoga con nosotros como cara visible ( para él ) que somos del sistema sanitario que le está haciendo esperar, poco más podemos hacer.
Algo así les debe estar pasando a los médicos de familia del SESCAM que ven como aumenta la lista de espera para ser operado «de corazón» en esa comunidad muy por encima de los limites recomendados. No son unos juanetes, estamos hablando de enfermos graves asiduos clientes, aunque solo sea por recetas, de las consultas de los centros de salud y que seguro que trasmiten a sus médicos su preocupación.
La situación «tendría un pase», si fuera por déficit de infraestructuras o de medios, pero es menos compresible cuando se entera uno que está originada en un conflicto profesional tolerado, en el mejor de los casos, o alimentado en el peor de ellos, por los directivos del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Estos personajes incapaces de digerir la obligatoria readmisión por vía judicial de un jefe de servicio han optado por el camino de la prepotencia y la venganza, aunque para ello tengan que obviar la seguridad de los pacientes.
¡Dios mío en qué manos estamos!
como son
Las especialistas (por contraposición a los generalistas que incluye a médicos de cabecera, pero también a los buenos internistas y especialistas «generales» – cuanta buena gente se perdió cuando los ambulatorios de especialidades fueron «tomados» por el hospital-) son de una pasta especial, después de muchas disquisiciones he llegado la conclusión de que no es que sean peores o mejores que nosotros, son distintos. Por mucho que algún aprendiz de brujo se empeñe en denostarlos, no es que sean malos, son diferentes. Para ellos, la evidencia es un arcano moderno y pintón, la estadística y la epidemiologia es un máster que hay que hacer si uno quiere dejar de ver pacientes, los factores de riesgo causas incontestables que hay que tratar a toda costa, el uso racional del medicamento y el coste oportunidad una cosa de gerentes progres, y cualquier cosa que no sea de su especialidad no merece ni un minuto de atención, solo el tiempo que lleva derivarlo a su médico de cabecera.
La convicción se ha reafirmado hoy al leer esa frase Not an orthopaedic article en un servicio de alerta bibliográfica (SAB) en el que participo. Me explico, este SAB envía periódicamente artículos seleccionados a diferentes médicos afiliados voluntariamente y agrupados por especialidades. El médico debe leer el artículo, darle una determinada puntuación de acuerdo a su novedad e interés y si lo considera necesario un comentario breve. Los resultados de esta valoración, tras pasar un filtro, se publican en diferentes revistas y servicios e difusión. En general cada artículo se evalúa por dos o tres médicos por especialidad y/o grupo de interés, siendo frecuente que el mismo artículo se evaluado por varias especialidades a la vez.
Uno de estos artículos, en concreto un interesante meta-análisis publicado en el CMAJ Long-term use of thiazolidinediones and fractures in type 2 diabetes: a meta-analysis el SAB lo ha enviado a varios médicos de al menos cuatro especialidades.
Comentario contestación de un miembro del grupo de Surgery – Orthopaedics: Not an orthopaedic article
¡Como son!