Etiquetado: colesterol
Musculo y estatinas
El estudio StatinWISE, publicado a principios de 2021 en BMJ, sorprende por tres razones: la primera por su metodología, ya que emplea un diseño poco conocido como el ensayo de n igual a 1 a; la segunda, porque pone de relieve un problema frecuente y tercero porque da resultados que, sin duda, resultan polémicos. El artículo en cuestión es un ensayo n = 1 (más bien una serie de ensayos n = 1) multicéntrico, aleatorizado y controlado con 200 pacientes que habían interrumpido poco antes el tratamiento con estatinas o estaban considerando interrumpirlo, debido a síntomas musculares. Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria a una secuencia de seis períodos de tratamiento (de 2 meses cada uno) doble ciego, con 20 mg de atorvastatina una vez al día o placebo con doble ciego. El análisis primario comparó los síntomas musculares evaluados por los participantes en una escala visual analógica (0-10) durante los períodos de estatina o placebo. Los participantes incluidos en el análisis no mostraron diferencia en las puntuaciones de los síntomas musculares en los períodos de estatinas y los de placebo (diferencia de medias de estatinas menos placebo –0,11, intervalo de confianza del 95%: de –0,36 a 0,14; p = 0,40). En cuanto a los resultados secundarios: un 88% dijeron, a los 3 meses de finalizar el último tratamiento, que el ensayo había sido útil; dos tercios de los participantes que completaron el ensayo informaron que reiniciarían el tratamiento a largo plazo con estatinas que habían seguido con anterioridad. La suspensión de la medicación debido a síntomas musculares no tolerables fue del 9% durante el período de estatinas y del 7% durante el período de placebo.
Los resultados de este estudio es probable que sean válidos, pero ponen muy en cuestión una creencia arraigada en Atención Primaria y que, a tenor de los resultados, parece que ha sido exagerada. Cuando un paciente consulta por síntomas musculares frecuentes, como dolor, debilidad, sensibilidad, rigidez o calambres, es un clásico en las consultas, achacarlos a la toma de estatinas. Se ha sumado a la lista de efectos adversos comunes de medicamentos muy utilizados que cualquier profesional tiene en mente. Sin embargo, aunque la percepción por parte de pacientes y profesionales sea esa, parece que los dolores musculares por estatinas no tienen la entidad, ni la frecuencia que, por ejemplo, las cefaleas y edemas maleolares de los antagonistas del calcio, o la tos por inhibidores de la enzima conversora de angiotensina. Además, los resultados sugieren que muchos de estos síntomas serían atribuibles al efecto nocebo. Detener el tratamiento con estatinas debido a estos síntomas musculares inespecíficos no graves, puede tener algún beneficio, como es el caso de una indicación terapéutica no adecuada, tan frecuente con estos fármacos, pero no deja de ser una treta, no muy elegante. Además, puede ocasionar un perjuicio si, como sucedió en el estudio, alrededor del 70% de los participantes tenían enfermedad cardiovascular conocida que requería tratamiento para la prevención del riesgo cardiovascular.
a El ensayo clínico de N igual a 1 es un tipo de ensayo en el que toda la población se limita a un paciente que recibe consecutivamente y por períodos de tiempo el fármaco o intervención y el comparador o placebo, el orden de administración de los tratamientos comparados se determina de manera aleatoria; podríamos decir que el paciente hace su propio control en períodos consecutivos.
Publicado en Bravo Toledo R. Leyendas en la consulta de una médica de familia. AMF 2021; 17(8); 489-490
Estatinas y mayores: pues por ahora, va a ser que no.
Cuando María leyó el tuit sobre el articulo enseguida se lo hizo saber a Luis. Ella conocía la renuencia de su compañero a iniciar y mantener tratamiento con estatinas a los ancianos sin enfermedad cardiovascular previa, por mucho que alguien, un día aciago, les pidiera y encontrará elevado, el colesterol. A María, siempre le había parecido un compañero algo excéntrico; que puede ser más extraño que un médico al que no le gusten los medicamentos y que dude de medidas preventivas de reconocido prestigio y eficacia. Por eso, aunque muchas veces le daba la razón, María no dudo en comentarlo: “Pues parece que hay un meta-análisis que dice que a los mayores también hay que darles estatinas” dijo con cierto retintín. “No lo he leído” le contesto Luis, así que lo mirare y te cuento
Las expectativas no eran nada halagüeñas para la posición de Luis, según pudo leer en Twiter: “Las estatinas producen reducciones significativas en eventos cardiovasculares importantes cualquiera que sea (independientemente de) la edad” incluso había quien se atrevía a elevar la apuesta y exclamaba “Las estatinas reducen la mortalidad y complicaciones CV en todas las edades”
Así que armado de lápiz, borra y sobre todo de sano escepticismo, se puso a leer críticamente el artículo de marras. Era una revisión sistemática con meta-análisis de datos individuales publicada dos meses antes en la revista Lancet.
Tras la lectura del resumen, la cosa fue tomando otro cariz, la rotundidad de las conclusiones se moderaba en el último párrafo:
El tratamiento con estatinas produce reducciones significativas en los eventos vasculares mayores independientemente de la edad, pero hay menos evidencia directa de beneficio entre los pacientes mayores de 75 años que aún no tienen enfermedad vascular oclusiva. Esta limitación ahora está siendo abordada por ensayos adicionales.
Siguio leyendo y llego a la primera figura donde vio que la razón de tasas de incidencia de la variable eventos vasculares importantes (una variable compuesta por eventos coronarios mayores, revascularización coronaria e ictus) por reducción de 1 mmol / L en el colesterol LDL en pacientes mayores de 75 año, era igual a 0.87 (0.77-0.99 IC del 99%). Cuando el efecto de esta variable se dividía en grupos: con o sin enfermedad cardiovascular previa, la rate ratio pasaba a 0.85 (0.77-0.98 CI 99%) y 0.92 (0.73-1.16 CI 99%) respectivamente.
¿Que significaban estos datos?
En primer lugar, que el “tamaño” de la reducción del número de eventos era más bien moderado tirando a bajo, y que en el caso de los mayores de 75 años sin enfermedad cardiovascular, la reduccion no es significativa.
Se podía entender mejor, si estas diferencias se expresan en forma de medidas absolutas (diferentes del Rate Ratio que se utilizabs en el artículo), por ejemplo, índices como el NNT (1/ reducción absoluta del riesgo).
Como vemos en la tabla, la reducciones del riesgo muestran diferencias pequeñas, mientras que los NNT son bastante altos. En los mayores de 75 años sin enfermedad vascular, las estatinas no parecen reducir los eventos vasculares principales: NNT 446 (NNH 223 a NNT 132), tampoco se observa en variables de muerte cardiovascular o muerte por cualquier causa.
“Me temo María, que por ahora voy a seguir igual, seguiré intentando que mis pacientes mayores reciban la menor cantidad de estatinas posible. Un abrazo Luis”. Este fue el breve mensaje de wasap que Luis le dejo a su colega, incapaz de esperar al día siguiente para decírselo en persona.
tu colesterol a menos 200

Culpas y culpables
Pues parece que la corrupción de las pruebas, o que la (s) industrias establezcan la agenda de la investigación clínica no es cosa de ahora, ni culpa de la medicina basada en la evidencia.
Sugar Industry and Coronary Heart Disease Research. A Historical Analysis of Internal Industry Documents
Las señales tempranas de alerta sobre el riego del azúcar (sacarosa) de la enfermedad coronaria (EC) surgieron en la década de 1950. En este artículo se examina documentos internos e informes históricos de la Fundación de Investigación del Azúcar (SRF), así como las declaraciones correspondientes a los primeros debates sobre las causas dietéticas de las enfermedades del corazón y se reúne los resultados cronológicamente en un estudio narrativo de caso.
La SRF patrocinó su primer proyecto de investigación CHD en 1965, una revisión de la literatura, publicada en el New England Journal of Medicine, que señalaba la grasa y el colesterol de la dieta como causa de las enfermedades del corazón y restó importancia a la evidencia de que el consumo de sacarosa fuera también un factor de riesgo. La SRF estableció el objetivo de la revisión, contribuyó con artículos para su inclusión, y recibió los borradores. La financiación y el papel de la SRF no se revelo. Junto con otros análisis recientes de documentos de la industria azucarera, nuestros hallazgos sugieren la industria patrocinó un programa de investigación en los años 1960 y 1970 que señala con éxito dudas acerca de los peligros de la sacarosa, mientras que promociono la grasa como la culpable dietética en las enfermedades del corazón. Los comités políticos deberían considerar dar menos peso a los estudios financiados por la industria de alimentos e incluir estudios que evalúen el efecto de los azúcares añadidos en múltiples biomarcadores de la EC y en el desarrollo de la enfermedad.
¿Más de mil millones de personas tomando estatinas?


más guías
Guía de práctica clínica sobre Hipertensión Arterial publicada por Osakidetza recientemente que responde a 32 preguntas de una guía anterior (sobre HTA) y a otras ocho nuevas cuestiones sobre la atención al paciente hipertenso como son: el tratamiento de las urgencias hipertensivas extrahospitalarias, la elección del tratamiento farmacológico en el anciano o nuevas indicaciones para la AMPA y MAPA.
También en la misma página una guía clínica sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular
el listo simon
El lanzamiento de campañas sanitarias con metas pretendidamente saludables y en las que de paso se cuelan objetivos comerciales, es una de las estrategias de marketing social que utilizan las compañías farmacéuticas.
Para que el mensaje sea más convincente se adornan de un manto científico o filantrópico, que les prestan -¿desinteresadamente?- sociedades científicas de diverso pelaje, a las que se están añadiendo en los ultimos tiempos, sociedades y asociaciones de pacientes.
Un claro ejemplo es esta campaña para el control del colesterol, colaborada por unos laboratorios farmacéuticos que quieren vender la desprestigiada ezetimida.
Al lado de los grupos de pacientes aparece la inevitable SEMERGEN que últimamente, a tenor de lo que patrocina y publica, parece más una lucrativa empresa editorial que una sociedad de médicos de atención primaria.
no controles
En la revista Annals of Internal Medicine ( mayo 2008 nº9) se publica un articulo que muestra que los análisis de control del colesterol se pueden realizar con intervalos de tiempo mas amplios que los actuales. De forma rutinaria se suelen realizar analisis cada seis o doce meses ( con un intervalo de confianza que va desde el mes hasta el infinito) pero las pruebas que están detrás de esta conducta son escasas y se basan más en apreciaciones personales de los médicos y los expertos que en estudios rigurosos. Tomado como base las medidas del nivel de colesterol de los participantes en el ensayo LIPID y utilizando el concepto de señal/ruido, determinan que muchos de los controles realizados a medio corto plazo muestran que tras el descenso inicial hay poca variación y que los cambios observados en los controles tempranos son más bien debidos a variaciones aleatorias que cambios reales. En estos plazos y en determinados niveles son mas frecuentes las medidas que reflejan falsos, que verdaderos positivos La recomendaciones que se derivan de este artículo es que los controles se puede hacer cada 3 o 5 años en lugar de de cada pocos meses o anual.
Ezetimada
En medicina es obvio que la caradura no es exclusiva de una especialidad ni de un país determinado, pero también esta claro que cuanto más prestigio y poder tenga una especialidad y un país, mayor es el riesgo de que caigan en la poca vergüenza. Es el caso de la ACC (ya se sabe cardiólogos y americanos) que ante el escándalo del estudio ENHANCE con Ezetimida responde con esta vergonzosa nota. Como acertadamente se señala en este Blog ¿De que lado están?
Otro que muerde el polvo
Ya desde hace unos meses se estaba comentando en diversos blogs los problemas que estaba dando el estudio ENHANCE, desde cambios en la variable de resultado hasta un incomprensible retraso en su publicación y por fin ha salido a la luz.
Para disgusto de sus promotores la ezetimiba (ezetrol en España) no ha logrado mostrar que reduce la placa de ateroma y por tanto las dudas sobre su eficacia aumentan, ademas parecer que los efectos secundarios no son tan escasos como inicialmente se había anunciado.
En fin otro que muerde el polvo y van…………
Como moraleja también tendríamos que pensar en esta loca carrera en la que estamos metidos en la que el lema parece ser Más es mejor, subimos dosis sin pensar si aumenta la eficacia (omeprazol, paracetamol) asociamos fármacos para intentar conseguir unos niveles imposibles (ezitimiba o fibratos + estatinas, antidiabeticos orales) tratamos a los sanos (medicamentos para la osteoporosis) mezclamos medicamentos para paliar dolores banales ( aines + analgesicos) y todo sin pensar que los efectos secundarios, el coste y otras consideraciones que hacen que no merezca la pena o incluso sea perjudicial.