Categoría: Estudios clínicos
Prescripción diferida:una historia de investigación en la atención primaria española
por Pablo Alonso (Centro Cochrane Iberoamericano-IIB Sant Pau, Barcelona), Rafael Rotaeche (Centro de salud de Alza, San Sebastián), Mariam de la Poza (Centro de salud Carles Ribas, Barcelona)
En teoría la actividad de un médico de familia tiene diferentes vertientes: asistencial, gestora, docente e investigadora. Necesitamos investigación que genere conocimiento para conseguir una atención primaria más eficiente. Y eso pasa por resolver problemas con los que nos enfrentamos a diario. La variabilidad en el uso de antibióticos (ATB) y la incertidumbre en la decisión del tratamiento ATB en las infecciones comunitarias es un problema que no sólo tiene repercusión a nivel de las personas que atendemos (presentación de efectos adversos) sino a nivel de la comunidad (desarrollo de resistencias antimicrobianas) y por último a nivel de gasto económico (se encarece el coste del caso a tratar)
Hace poco un grupo de profesionales de primaria, preocupados por este problema, hemos publicado los resultados de un ensayo clínico que evaluaba el efecto de la prescripción diferida de antibióticos en las infecciones respiratorias.
Aunque esta práctica, en sus diferentes versiones, es una estrategia guiada por la intuición que se venía (y viene) realizando en atención primaria de manera bastante variable desde hace tiempo pensábamos que necesitábamos pruebas sólidas de que este tipo de estrategia funcionaría también en nuestra AP.
El proyecto en concreto comenzó a gestarse hace ya algunos años, cuando cayó en nuestras manos un ensayo clínico de Paul Little, nuestra referencia en este campo, publicado en el JAMA (). Las pruebas que buscábamos las obtendríamos de un ensayo clínico, multicéntrico con una potencia suficiente.
La colaboración previa en otros proyectos entre profesionales del Centro Cochrane Iberoamericano (IIB-Sant Pau) y profesionales de atención primaria nos permitió plantear la necesidad de realizar un estudio similar en nuestro entorno. Gracias a una generosa ayuda, para los estándares de nuestro entorno, del Instituto Carlos III, pudimos armar un grupo amplio de profesionales de cinco Comunidades Autónomas y poner en marcha el estudio, el cual se prolongó prácticamente tres años para conseguir reclutar 400 pacientes. Todo ello, con la ventaja adicional de contar desde el comienzo con Paul Little, como asesor y co-investigador, así como con Carles Llor como líder clínico de la atención primaria en nuestro entorno
El estudio comparó dos estrategias de prescripción diferida (en mano o recogiendo la receta en el área administrativa del centro de salud) con la prescripción antibiótica inmediata y con la no prescripción. Los resultados muestran, de manera similar a estudios previos, como la prescripción diferida puede ser una estrategia que ayude a la utilización racional de ATB principalmente en casos de duda sobre la necesidad de utilizarlos. En las estrategias diferidas, los pacientes presentaron síntomas con una severidad y una duración ligeramente mayor pero clínicamente similar a los de la prescripción inmediata, y además mostraron una reducción drástica (de más del 60%) del consumo de ATB en comparación con estos últimos. La percepción de que los antibióticos no son efectivos o no son muy efectivos fue superior en los dos grupos de prescripción diferida en comparación con los de la no prescripción o la prescripción inmediata. La satisfacción fue similar en todas las estrategias.
El trabajo ha sido una experiencia muy satisfactoria para todos los que hemos participado en ella siendo finalmente publicado en la revista JAMA Internal Medicine ha merecido una editorial y se ha difundido en blogs y redes sociales. Pensamos que probablemente unas de las razones para que esta revista americana se haya interesado por nuestro trabajo ha podido ser la sobreprescripción antibiótica que se sigue observando todavía en los Estados Unidos. La publicación ha tenido una buena acogida, en nuestro entorno ha sido recogida por la prensa profesional y profana, así como en otros medios.

Más importante que estas publicaciones es la consolidación de una línea de trabajo sobre la prescripción diferida en nuestro grupo concretada en: un ensayo similar en pediatría, una investigación cualitativa y un estudio de coste-efectividad. La intención es seguir avanzando en mejorar la adecuación antibiótica en nuestro entorno y hacerlo desde la atención primaria.
Nuestra experiencia demuestra que la investigación de calidad es posible en AP. Pero para que esta sea factible necesitamos redes de alianzas entre profesionales, apoyo metodológico y financiación suficiente. Pero no podemos olvidar que lo esencial es la elaboración de preguntas de investigación que surgen del cuestionamiento diario de nuestra práctica clínica.
La nueva pirámide de la evidencia
La nueva pirámide de la evidencia
M. Hassan Murad, Mouaz Alsawas, Noor Asi, Fares Alahdab, publicado originalmente en Newsletter of the International Society for Evidence-Based Health Care 21st Newsletter Edition, 2015
Actualizado en Murad MH. New evidence pyramid. Evid Based Med 2016; 21 (49): 125
Uno de las premisas de la práctica clínica basada en la evidencia sostiene que existe una jerarquía de evidencia. Las primeras interpretaciones de este principio se centraron en el diseño del estudio. Por ejemplo, los ensayos controlados aleatorios incorporan garantías metodológicas que reducen el riesgo de sesgo en comparación con los estudios observacionales. Este principio fue propuesto al principio de la década de los 90 y ¿qué mejor estructura conceptual que la de una pirámide para representar una jerarquía?
Los profesionales de la salud basada en la evidencia se familiarizaron con esta pirámide al leer la literatura, aplicaban la evidencia o la enseñaban a los estudiantes.
Se han descrito varias versiones de la pirámide de la evidencia , pero todos ellas se han centrado en mostrar los estudios de diseño más débil en la parte inferior (la series de casos y ciencia básica), seguido de casos y controles y de estudios de cohortes en el centro, a continuación, ensayos controlados aleatorizados, y en la parte superior revisiones sistemáticas y meta-análisis.
Esta descripción es intuitiva y probablemente correcta en muchos casos. La mayoría de las versiones de la pirámide representan claramente una jerarquía de validez (riesgo de sesgo), pero al menos una versión también incorpora aplicabilidad (N-of-1 ensayos en la parte superior).
A principios de la década de 2000, el Grupo de Trabajo GRADE presentó un marco en el que la certeza en la evidencia estaba basada en una combinación de diseño del estudio y otros factores (por ejemplo, imprecisión, incoherencia, resultados indirectos) desafiando el concepto de pirámide. En 2014, uno de los artículos de la Guía del usuario de la literatura medica, en concreto el dedicado de revisiones sistemáticas y meta-análisis, desafió la noción de posicionamiento de las revisiones sistemáticas en la parte superior de la pirámide y presentó un enfoque en dos pasos, en el que la credibilidad del proceso utilizado para generar una revisión sistemática se evalúa primero, y es seguido de la evaluación de la certeza de la evidencia basada en la aproximación GRADE.
Aquí presentamos un esquema de una pirámide evidencia revisada que refleja estos dos cambios contemporáneos (Figura).

La pirámide tradicional

Revisando la piramide: 1/ lineas que separan los estudios se vuelven onduladas, 2) las revisiones sistemáticas se destroncan de la pirámide

la pirámide revisada, las revisiones sistemáticas son los lentes a través de las cuales se ve (aplica) la evidencia
La pirámide revisada hace hincapié en dos conceptos:
1) las líneas que separan el diseño del estudio son onduladas subiendo y bajando (por lo tanto, lo que refleja el enfoque GRADE de subir y bajar de calificación)
2) las revisiones sistemáticas están destroncadas de la parte superior de la pirámide y utilizada como una lente a través del cual deben considerarse otros tipos de estudios (es decir, evaluados y aplicados).
Esta pirámide la vemos utilizada como herramienta de enseñanza. Los profesores de práctica clínica basada en la evidencia pueden comparar las pirámides originales y las revisadas para explicar el enfoque GRADE, la guía de usuarios para revisiones sistemáticas, y para demostrar la evolución en el pensamiento la práctica clínica basada en la evidencia y la comprensión moderna de la certeza en la evidencia.

Lectura crítica ensayo clínico SPRINT
Mas REVERT
Buscando cosaa sobre el ensayo clínico REVERT me he encotrado con esta entrada del más que recomendable blog COSAS DEL PAC que resumo en estas diapositivas y que se añaden a las diapositivas del post anterior.
Ensayo clínico REVERT
Postural modification to the standard Valsalva manoeuvre for emergency treatment of supraventricular tachycardias (REVERT): a randomised controlled trial
¿Es el topiramato de liberación inmediata un tratamiento efectivo para la obesidad del adulto?
Esta es la pregunta que se hace en la sección Clinical Inquiries de la revista Journal of Family Practice y la contestación es esta:
Si. El topiramato (en dosis diarias de 64 a 400 mg) produce un promedio 5,34 kg de pérdida de peso adicional en comparación con placebo (-6,12 A -4,56 intervalo de confianza 95%) en el sobrepeso de adultos obesos por períodos de 16 a 60 semanas (nivel de recomendación [SOR]: A, meta-análisis de ensayos controlados aleatorios [ECA]). El topiramato aumenta las posibilidades de perder 5% o más del peso corporal inicial con un número necesario a tratar (NNT) de 3 (IC del 95%, 2-3) y 10% o más con un NNT de 4 (IC del 95%, 3-4).
Sin embargo, aproximadamente 17% de los pacientes suspenden el fármaco debido a efectos adversos que incluyen: parestesias, hipoestesia, alteración del gusto, y deterioro psicomotor (SOR: A, metaanálisis de ECAs)
Topiramato como monoterapia y en su formulación de liberación inmediata no esta autorizado en el tratamiento de la obesidad. La Food and Drug Administration (FDA) aprobó en el 2012 el compuesto de fentermina/ topiramato de liberación prolongada (nombre comercial Qsymia) para el tratamiento a largo plazo de la obesidad. Si bien el coste mensual para un mantenimiento es sensiblemente mayor que el topiramato de liberación inmediata lanzado para otras indicaciones.
En España las dos unicas indicaciones aprobadas del Topiramato son el tratamiento en adultos, adolescentes y niños mayores de crisis epilépticas parciales o crisis tónico-clónicas generalizadas primarias y el tratamiento profiláctico de la migraña en adultos después de una cuidadosa evaluación de otras posibles alternativas terapéuticas.
La European Medicines Agency (EMEA) en denegó la autorización de comercialización del Qsiva, indicado para la obesidad. La EMEA observó que en los principales estudios se había demostrado una pérdida de peso clínicamente relevante después del tratamiento con Qsiva, pero tenía reservas sobre los efectos a largo plazo del medicamento sobre el corazón y los vasos sanguíneos, en particular debido a los efectos de la fentermina, que se sabe que produce un aumento de la frecuencia cardíaca pero cuyos efectos a largo plazo no están claramente establecidos. En segundo lugar, existían reservas respecto a los efectos psiquiátricos a largo plazo (en estos estudios se comunicaron depresión y ansiedad) y efectos cognitivos (como problemas de la memoria y la atención) relacionados con el componente topiramato de Qsiva.
También se sabe que el topiramato es potencialmente perjudicial para los nonatos si lo toman las mujeres embarazadas. Ademas se hizo constar que había una elevada probabilidad de que, en caso de ser autorizado, el medicamento no se usaría únicamente en los pacientes a los que estaba destinado.
a vueltas con el omeprazol y los IBPs
Se publica un artículo científico en una revista importante que pone de manifiesto UNO de los posibles efectos adversos de la toma continuada de omeprazol (y todos los prazoles). La prensa y la televisión lo recogen y se monta la marimorena. En este blog lo llevamos diciendo hace mucho tiempo, pero con nuestro habitual efecto Casandra y lo dificultosa que es la difusión de este tipo de información entre pacientes y profesionales, el éxito fue escaso.
Bien nunca es tarde, si la dicha es buena. Si esto sirve para que de una vez por todas se acabe el exceso de consumo de este medicamento, bienvenida sea la jarana mediática.
No obstante no conviene olvidar las lecciones que este caso nos proporciona, a saber:
- Este medicamento, y todos, tienen efectos adversos asumibles cuando la indicación es adecuada pero inasumibles cuando no es el caso. En román paladino cuando los beneficios superan los daños los medicamentos merecen la pena, en caso contrario NO.
- La toma indiscriminada de omeprazol como “protector gástrico” (dañino concepto sin sentido) y otras peregrinas indicaciones (como la que con poca fortuna apunta la médico de la tele: «si lo toma porque va hacer un exceso») ha hecho aumentar mucho el numero de personas que toma este medicamento. El riesgo de efectos adversos como los apuntados en el articulo original es bajo, pero la magnitud del problema es muy importante, ya que afecta en potencia a un gran cantidad de individuos.
- No solo los desafortunados pacientes y sus aspiraciones son los únicos culpables, también hay que apuntar hacia otros lados. La administración y su miope política de promoción de genéricos también tiene algo que ver como se comenta en este post y sus comentarios y se puede observar en la gráfica.
- Los profesionales, aparte de su alegría prescriptora y de ser responsables de difundir el malicioso concepto de protección gástrica, han colaborado con dos peculiares y modernas formas de utilización de los IBP: el aumento de dosis y su utilización en síntomas y enfermedades extraesofágicas como el asma, tos crónica, o laringitis, en las que se presupone, sin mucho fundamento, un origen relacionado con el reflujo del contenido gástrico.
Por ultimo apuntar que si bien esta noticia tendrá más de un efecto positivo, también conlleva riesgos y uno de ellos es que la supresión brusca puede producir efecto rebote (vamos que el omeprazol produce “mono”). Conviene que los médicos de cabecera lo recuerden, la supresión debe ser paulatina y nunca brusca, so pena de tener que volver a tener que reintroducirlo , esta vez si de por vida ( otro maléfico concepto).
Solo vemos lo que andamos buscando o la historia del Gorila invisible
A raíz de la publicación de una noticia en Nature y el tuit alerta de Saludteca sobre este blog, he recordado las reseñas de este artículo antes de su publicación y algún que otro comentario, que utilice para la introducción de una presentación a principios de este año.
Sin duda el mejor post, es el del blog we´re only human (somos humanos) de Wray Herbert que reproduzco a continuación:
The (Really Scary) Invisible Gorilla
El Gorila Invisible es parte de la cultura popular de hoy en día, gracias sobre todo a un libro muy leído de 2010 con ese título. En ese libro, los autores y psicólogos cognitivos, Dan Simons y Christopher Chabris popularizaron un fenómeno de la percepción humana conocida en la jerga como «ceguera por falta de atención», que habían demostrado en un estudio de algunos años antes. En la versión más conocida del experimento, a los voluntarios se les dijo que contarán las veces que unos jugadores de baloncesto se pasaban un balón de baloncesto. Mientras hacían esto, alguien con un traje de gorila cruzó la cancha de baloncesto. Cuando se le preguntó, muchos de los voluntarios no lograron darse cuenta del animal.
Lo que el estudio gorila invisible demuestra es que, si estamos prestando mucha atención a una cosa, a menudo no nos damos cuenta de otras cosas incluso muy evidentes- que están en nuestro campo de visión.
A todos nos gustan estas peculiaridades de la percepción humana. Es divertido saber que nuestros sentidos pueden jugar malas pasadas. Y eso es sin duda el grado de familiaridad de la mayoría de las personas con este fenómeno psicológico. ¿Pero qué pasa si esta peculiaridad perceptual tiene implicaciones, incluso graves consecuencias que amenazan la vida?
Un nuevo estudio plantea esta la inquietante posibilidad. Tres psicólogos, científicos del Brigham and Women Hospital de Boston-Trafton Drew, Vo Melissa y Jeremy Wolfe- se preguntaron si los observadores expertos también están sujetos a esta ceguera perceptiva. Los sujetos en el estudio clásico eran «novatos»-sin formación especializada y realizaban una tarea que nadie hace en la vida real. Pero ¿qué pasa con profesionales altamente capacitados que se ganan la vida haciendo observaciones especializadas?
Los científicos se propusieron explorar esta cuestión en un área de gran importancia para muchas personas, el diagnóstico del cáncer. Los radiólogos son médicos con formación superior especial en la lectura de diversas imágenes del cuerpo (no solo radiografías simples, sino las obtenidas con técnicas más complejas como MRI, TC y PET). En busca de signos de cáncer de pulmón, por ejemplo, los radiólogos examinan cientos de imágenes ultrafinas de TC de los pulmones de un paciente, en busca de pequeños nódulos blancos que alerten sobre cáncer. Son estos observadores expertos a los que los científicos del Brigham optaron por estudiar.
Reclutaron a 24 radiólogos con experiencia y acreditados y un grupo comparable de voluntarios sin experiencia. Se realizó un seguimiento de sus movimientos oculares (eye tracking) mientras examinaban las Tomografías Computerizadas de cinco pacientes, cada una compuesta por cientos de imágenes de tejido pulmonar. En cada caso había unos diez nódulos escondidos en algún lugar de las exploraciones y se encargó a los radiólogos hacer clic en estos nódulos con un ratón. En el último caso, los científicos insertaron una pequeña imagen de un gorila (un homenaje a la obra original) en el pulmón. Querían ver si los radiólogos, centrados en los nódulos, serían ciegos a la imagen del gorila fácilmente detectable y altamente anómala.
El gorila era minúsculo, pero enorme en comparación con los nódulos. Era del tamaño de una caja de cerillas-o 48 veces el tamaño de un módulo típico. Se desvanecía de forma progresiva de más a menos opaco – o viceversa- en una secuencia de cinco imágenes. No había duda del gorila: Si alguien se lo señalaba en la gammagrafía pulmonar y preguntaba: ¿Qué es eso? – Cualquiera podía responder: Eso es un gorila.
Después de que terminaron de contemplar las imágenes, el tiempo que quisieron, los científicos les preguntaron: ¿Ese último estudio, le parece diferente? ¿Notó algo inusual en el último estudio? Y por último: ¿Has visto un gorila en el último estudio?
Veinte de los 24 radiólogos no pudieron ver al gorila, a pesar de que pasaron por las imágenes más de cuatro veces en promedio. Y esto no se debía a que era difícil de ver: Cuando se muestra la imagen de nuevo después del experimento, todos ellos vieron al gorila. Es más, los datos de seguimiento ocular mostraron claramente que la mayoría de los que no vieron al gorila dirigieron su vista a lugar en donde estaba.
Hay que reconocer que los radiólogos entrenados habían detectado la anomalía más a menudo que los voluntarios no entrenados. De hecho, ninguno de estos informó haber visto el gorila, parece por tanto que los expertos son algo menos propensos a esta forma de ceguera. Es probable que sea debido a que su capacidad de atención no está consumida de forma plena por la tarea principal, a la que están acostumbrados. Es tranquilizador, también saber que los expertos eran mucho mejores en la detección de las señales de advertencia de cáncer de pulmón.
Los científicos hacen hincapié en su artículo que este estudio no pretende ser una crítica a los radiólogos, . Este tipo particular de búsqueda visual es muy difícil. Pero no hay manera de evitar la conclusión principal, que es que el 83 por ciento de estos médicos altamente capacitados, obviaba lo que pudo haber sido una anomalía que pusiera en peligro la vida. Para cualquier persona basándose en el diagnóstico radiológico de una enfermedad grave, es un pequeño consuelo que los expertos superaran el hombre medio en la calle.
Promoción Global
Antecedentes: Los documentos internos de la industria farmacéutica proporcionan una ventana única para la comprensión de la estructura y los métodos de la promoción farmacéutica. Estos documentos han estado disponibles a través de litigios en materia de promoción de la gabapentina (Neurontin de Pfizer, Inc., Nueva York, Nueva York) para usos off-label.
Objetivo: Describir cómo la gabapentina fue promocionada, centrándose en el uso de la educación médica, investigación y publicación.
Fuentes de datos: documentos judiciales a disposición del público de Estados Unidos ex. rel David Franklin vs Pfizer, Inc., y Parke-Davis, División de Warner-Lambert Company , la mayoría de 1994 a 1998.
Extracción de datos: Todos los documentos fueron revisados por un autor, con revisión selectiva por coautores. Las estrategias de marketing y tácticas fueron identificados mediante el uso de un proceso iterativo de revisión, discusión y re-examen de los documentos seleccionados.
SÍNTESIS: La promoción de la gabapentina es un proceso integral y multifacética. Consejos asesores, consultores, reuniones y eventos de formación continuada acreditados se han utilizado para difundir mensajes de promoción. Estas tácticas se aumentaron con el reclutamiento de líderes locales y la participación de líderes de opinión, que podrían ser utilizados para transmitir mensajes favorables sobre la gabapentina a sus colegas médicos. La investigación también se utilizaron para la comercialización mediante el fomento de la participación de los profesionales en estudios de investigación, utilizando un gran estudio para avanzar en temas de promoción y aumentar su cuota de mercado, el pago a compañías médicas de comunicación para desarrollar y publicar artículos acerca de la gabapentina para la literatura médica, y la planificación para reprimir los resultados desfavorables del estudio.
Limitaciones: La mayoría de los documentos disponibles fueron presentados por la demandante, no puede representar una imagen completa de las prácticas de comercialización.
Conclusión: Las actividades consideradas tradicionalmente independientes del propósito promocional, incluyendo la formación médica continuada y la investigación, se utilizaron ampliamente para promover gabapentina. Se necesitan nuevas estrategias para garantizar una clara separación entre la actividad científica y comercial.
M-health: much ado about nothing (2)
La m-health se basa en la utilización de dispositivos electrónicos multimedia cómodos y fáciles de utilizar que son además móviles y ubicuos. Estas características los convierten en herramientas imprescindibles para los profesionales sanitarios, con solo adaptar (o crear de nuevo) aplicaciones informáticas, que ayuden a las tareas cotidianas de estos . Por este camino la m-health tiene un futuro fructífero ya que las bases están implantadas desde hace tiempo, a saber: un creciente parque de dispositivos portátiles (ligados la telefonía móvil sobre todo), el desarrollo de la tecnología wireless y la popularización de las aplicaciones informáticas para sistemas operativos “móviles” (apps).
Sin embargo los peligros acechan y no son despreciables. El primero de ellos tiene que ver con las excesivas expectativas y con la magnificación de su importancia. El segundo y ligado con el anterior los inconvenientes de haberse convertido en tema de moda o tendencia. El tercero es olvidar, y muchos de sus proponentes lo hacen, que como toda intervención en medicina debe estar avalada por pruebas fehacientes de su utilidad y eficacia. El cuarto peligro, que no el último, tiene que ver con el aforismo de Peter Drucker: No hay cosa más inútil que hacer eficientemente aquello que en realidad no se debería hacer.
Veamos algunos ejemplos
Recientemente en una reunión, de esas que no le gusta al Sr Lobo, un guru pontificaba sobre la importancia de la m-health, hasta el punto de que obligaría a replantearse el modelo sanitario. Según este “experto” el papel de gatekeeper (portero) del médico de atención primaria ya no sería necesario. Se utilizaba como prototipo (minimalista) la detección del melanoma con aplicaciones móviles específicas. Especulaba con el hecho de que si con estas apps el paciente puede diagnosticar(se) un melanoma en pocos segundos, podría acudir al especialista directamente sin necesidad de pasar por un filtro (percibido como) barrera de acceso al médico que de verdad cura.
Ampliando el modelo: Si con dispositivos y aplicaciones móviles, se puede seguir a los enfermos crónicos (el reto de la “cronicidad) desde el hospital, para que necesitamos un elemento humano intermedio percibido como ineficaz y gastoso. Se propone en definitiva de un cambio del sistema, sustituyendo al portero humano, por un portero automático, manejado por el paciente (empoderado).
Con indudables ventajas y beneficios ¿No?
La exageración y la confluencias de intereses (no siempre confesables) es consustancial con el lanzamiento de toda nueva tecnología-Sin embargo el entusiasmo no puede incrementar la capacidad que se está otorgando a estas nuevas aplicaciones de la tecnología en sanidad y por supuesto tampoco da soporte para reclamar un cambio radical del sistema sanitario.
Un artículo pendiente de publicar publicado en la revista JAMA Dermatology con el gráfico título de: “Inexactitud diagnóstica de aplicaciones para teléfonos inteligentes en la detección del melanoma” contesta a los expertos en sus exageradas esperanzas en este conjunto de tecnologías.
En este estudio de precisión diagnóstica se evalúo la sensibilidad, especificidad y valores predictivos de cuatro aplicaciones para teléfonos inteligentes (apps) en la detección de melanoma. Se utilizaron imágenes de lesiones dermatológicas pigmentadas, que habían sido analizadas tras su resección. Se usó como patrón oro de comparación el diagnostico anatomo-patológico final de cada una de estas lesiones. De las cuatro apps seleccionadas, tres se basaban en un algoritmo de identificación de la imagen, principalmente los bordes, y en la restante el reconocimiento se hacía por un dermatólogo experimentado al que se enviaban las imágenes por la red.
En cada aplicación se contrastaron un total de 188 imágenes de lesiones pigmentadas, de las cuales 60 eran melanomas y 128 lesiones benignas. La sensibilidad de las aplicaciones, o lo que es lo mismo el porcentaje de verdaderos positivos entre todas lesiones malignas, varió de 6,8% a 98,1% que fue precisamente la aplicación en la que el dermatólogo estaba involucrado. La especificidad y los valores predictivos se pueden ver en el artículo. Para los que les cuenta entender estos arcanos de la interpretación de las pruebas diagnósticas, los mismos datos se pueden representar en forma de frecuencias naturales, que parecen más intuitivas que las probabilidades, como hacemos en la figura con los datos de una de las apps que tuvo resultados promedio.
Figura.- Medidas que determinan la validez y seguridad de una apps en el diagnóstico de melanoma (sensibilidad, especificidad y valores predictivos) expresadas en forma de frecuencias naturales.
Tras analizar los datos los autores se plantean la fiabilidad de estas aplicaciones y afirman que estas pueden en potencia, dañar a los usuarios, no sólo por el mal rendimiento en el diagnóstico de melanoma, sino también por la posible omisión o retraso de atención médica estándar. La preocupación principal de los autores, que se puede hacer extensible a otras facetas de la práctica médica, es que el uso generalizado de dispositivos y aplicaciones sin regulación y/o aprobación previa, pudiera dar lugar a un daño mayor que el pretendido beneficio que proclaman.




