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De los Balcanes al Ministerio de Sanidad

Hace un año nos vimos sorprendidos por la noticia de que el Ministerio de Sanidad financiaba un nuevo medicamento para dejar de fumar. La sorpresa no fue tanto porque se comunicará a la prensa antes que a los profesionales, hecho habitual en todas las administraciones sanitarias, sino porque era un fármaco apenas conocido en nuestro ámbito, a pesar de que como se recogía en la noticia estaba disponible en España algunos años antes. El medicamento era la citisina o citisiniclina (marca comercial Todacitan® al que a finales de año se ha unido Recigarum® y un genérico no comercializado).

La citisina es un alcaloide que actúa como agonista de los receptores nicotínicos ya que tiene una estructura molecular similar a la de la nicotina. Durante la Segunda Guerra Mundial, en los Balcanes, los fumadores utilizaban las hojas de Cytisus laburnum, ricas en citisina, para suplir la carencia de tabaco y pocos años más tarde un laboratorio búlgaro, comercializo el principio activo como tratamiento para dejar de fumar bajo la marca Tabex.

Si uno indaga un poco sobre el fármaco se topa varias peculiaridades: en primer lugar, que el principio activo es de origen vegetal y se puede considerar, por tanto un medicamento “natural” como así se hace en otros países y en Internet. También sorprende que pesar de no ser un fármaco nuevo, los ensayos clínicos publicados son escasos y relativamente recientes en comparación con la antigüedad del fármaco.

Como se relata en las primeras revisiones sistemáticas, las publicaciones iniciales sobre la citisina sufrieron una difusión escasa, dadas las barreras políticas, lingüísticas y, porque no decirlo, por su pobreza metodológica. A partir del comienzo de la primera década del siglo XXI empiezan a aparecer en revistas “occidentales” ensayos clínicos y revisiones sistemáticas que seguían los estándares de realización y publicación

En ese momento se empieza a considerar su utilización en clínica. A pesar de que era un medicamento “sin padrinos industriales”, de países comunistas, por tanto, pobres, y poco estudiado, poco a poco (salvo en España que fue de manera brusca) se ha ido posicionando como tratamiento para la deshabituación tabáquica, oponiendo a la escasez de pruebas de eficacia y efectos adversos, una ventaja tan importante como el precio mucho, más bajo que la vareniclina. Suponemos que será esta y no otra, la razón para su atropellada introducción en el mercado español y la financiación por el ministerio con aportación normal por parte del paciente*. Nada más anunciarse la financiación en nuestro país, se incorporó a protocolos y vías clínicas ya que esta implicaba que el paciente debería estar en un programa de apoyo (individual y/o grupal) de deshabituación tabáquica que estuviera implementado en las diferentes comunidades autónomas.

Esta compleja pauta de administración se justifica, al parecer, en la farmacocinética del fármaco y su capacidad para imitar los efectos de la nicotina, reduciendo al mismo tiempo los efectos gratificantes de esta y disminuyendo el ansia de fumar. Sin embargo, como decíamos antes no está suficientemente documentada y cada vez más, se piensa en establecer unas pautas más razonables que la actual.

En este sentido se ha publicado recientemente varios ensayos clínicos aleatorizados con este propósito, entre ellos destaca la serie ORCA, el primero de ellos ORCA-1 se publicó hace dos años, su objetivo era comparar dos dosis de citisiniclina (1,5 mg y 3 mg) frente a placebo, y dos pautas de administración: el ajuste descendente conocido, frente a una pauta de 3 veces al día. Los participantes en el grupo de citisiniclina 3 mg tres veces al día tuvieron la tasa de abstinencia más alta.

 El año pasado, se publicó en la revista JAMA, se publica el ORCA- 2 donde se ponen a prueba dos posologías de diferente duración (3 mg tres veces al día durante seis semanas y la misma dosis durante doce semanas) entre sí y frente a placebo. Es un ensayo clínico multicéntrico aleatorizado, ciego y con asignación enmascarada. Como variable de resultado se evalúo la abstinencia de tabaco a partir de las tres semanas de iniciar el tratamiento y hasta las seis y doce semanas según la pauta. También se evalúo esta abstinencia a las 24 semanas como variable secundaria. En ambas pautas los resultados fueron favorables a la citisiniclina con odds ratio de 8 para la pauta de seis semanas y de 6,3 para la de doce, calculándose unos NNT de 5 y de 4 respectivamente. Como limitaciones de estudio: hacer notar que tuvo pérdidas de seguimiento de hasta el 28% y fue realizado con unos restrictivos criterios de inclusión. Aun así, con los resultados se puede considerar la citisiniclina como un medicamento eficaz en la lucha contra el tabaco, como se puede confirmar en la tabla de NNTs comparativa publicada en una “pregunta clínica” publicada recién en AMF.

Pero sobre todo muestra que otras pautas de administración son posibles, con la salvedad de que incluso la pauta de seis semanas implica tomar más del doble de medicamento que la esotérica pauta recomendada hasta ahora.

Notas

* El bupropion (Zyntabac) tiene un coste menor para el paciente que las otras dos opciones y goza además de aportación reducida , con lo cual el paciente solo aporta un máximo de 5,45 euros. La retirada del mercado de la vareniclina (Champix) por contaminación por nitrosaminas y el desabastecimiento de bupropion también han colaborado.

Chusinguay* en gestión sanitaria

Hace más de un año me topé con la iniciativa de una Dirección de Atención Primaria y una consejería de Sanidad relacionada con las campañas de Elegir Juiciosamente o “No hacer”. Estas iniciativas tan “exitosas” fuera de nuestras fronteras se han intentado trasplantar con escaso éxito en nuestro país, valga el ejemplo de la campaña del ministerio y las sociedades científicas, una iniciativa abandonada ya en sus inicios, desabrida y carente de impacto. Salvo escasas excepciones, como la  iniciativa no hacer de  SEMFyC (+, +) o la de SERAM, el trabajo realizado ha servido más bien de poco.

Por ese motivo y por originarse en atención primaria seguí con cierto interés el desarrollo de estas sesiones. El protagonismo de la gerencia y la poca participación de personal asistencial en el panel docente, me hizo pensar que a lo mejor todo lo relacionado con el menos es más y el No hacer se referiría a la gestión y a la forma en que trabajan nuestros mandos intermedios.

tabaco2Craso error, enseguida comprobé que se referían a tratamientos, y a petición de pruebas diagnósticas en el ámbito asistencial, se trataba de “facilitar la reducción de intervenciones innecesarias en nuestros centros”. Una vez más y como ya se hiciera con la medicina basada en la evidencia, los gerentes y asimilados se apropiaban de una iniciativa profesional foránea, para unos objetivos no confesables, más relacionados con la economía, que con la calidad asistencial.

Es curioso como estos (desertores de la consulta les llaman algunos) se pone a arreglar las cosas de los demás sin arreglar previamente la suya. Convendría que tuvieran presente el proverbio chino “Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa”.  Es palmario que no lo siguen.

Un buen ejemplo nos lo ofrece la Cartera de Servicios y su evaluación. Esta “cartera» es una de las herramientas gestoras por excelencia y cada año, e incluso cada trimestre, se nos machaca con el cumplimiento de determinados objetivos basados en ella. Cumplir la cartera, es algo así como el maniqueista desiderátum de esa fauna gestora de medio pelo que puebla las gerencias y direcciones de centros de nuestra querida atención primaria. De acuerdo a este estatus el que cumple cartera, sea medico, centro de salud, o dirección asistencial «es bueno» y el que no la cumple «es malo».

El problema surge cuando se ve que lo que exige en la cartera esta poco fundamentado en la evidencia o es incluso es malo para la salud.

Como decíamos antes es palmario que estos gestores del «No hacer» no siguen estos principios en su trabajo diario,  por fortuna siempre hay alguien que toma la iniciativa y lo hace por ellos. Es el caso de dos autores madrileños que ponen en evidencia el servicio 415 de atención en el consumo del tabaco en el adulto de la cartera de servicios estandarizados de la Comunidad de Madrid en un articulo publicado en la revista Atención Primaria, con el titulo de «No hacer» tambien en tabaco. En este articulo se hace una revisión crítica del servicio 415. tbaco1.PNGEl resultado no puede ser más descorazonador, según estos autores y así lo documentan, los protocolos disponibles proponen intervenciones sobredimensionadas, sin evidencia científica ni repercusión terapéutica. Los criterios de buena atención e indicadores que miden el desempeño están por tanto confeccionados con más voluntad que conocimiento y ciencia. Como quiera que las gerencias de atención primaria evalúan anualmente el grado de cumplimiento de este servicio de la cartera con una serie de indicadores y criterios cuyo resultado esta ligado a incentivos económicos, se puede concluir que están incentivado actitudes cuando menos ineficaces y cuando mas perniciosas

¡ que buena oportunidad para «NO Hacer» !

* Chusinguay es una afortunada definición/traducción de Vicente Martorell

No acuda, ni consulte con su médico

  • La investigación muestra que de dos tercios a tres cuartos de los ex-fumadores  dejaron de fumar sin ayuda. En contraste, la medicalización creciente del problema del tabaquismo implica que este abandono implica la ayuda farmacológica o de profesionales.
  • La mayoría de trabajos publicados sobre las intervenciones para dejar de fumar son estudios de abandono que implican ayudas,  muy pocos describen el impacto de las políticas  o campañas en las que el abandono del tabaco no es ayudada en el plano individual.
  • Muchos estudios sobre el abandono del habito tabáquico con ayuda, son financiados por compañías farmacéuticas que fabrican productos para dejar de fumar. Hay pocos, por no decir ninguno, que estudien la posibilidad de dejar de fumar sin ayuda que este financiado por esas mismas compañías.
  • Las autoridades sanitarias deberían insistir en el mensaje positivo de que el método de mayor éxito, utilizado por la mayoría de los ex-fumadores es dejar de fumar simplemente , sin necesidad de asistencia o ayuda.