Chusinguay* en gestión sanitaria
Hace más de un año me topé con la iniciativa de una Dirección de Atención Primaria y una consejería de Sanidad relacionada con las campañas de Elegir Juiciosamente o “No hacer”. Estas iniciativas tan “exitosas” fuera de nuestras fronteras se han intentado trasplantar con escaso éxito en nuestro país, valga el ejemplo de la campaña del ministerio y las sociedades científicas, una iniciativa abandonada ya en sus inicios, desabrida y carente de impacto. Salvo escasas excepciones, como la iniciativa no hacer de SEMFyC (+, +) o la de SERAM, el trabajo realizado ha servido más bien de poco.
Por ese motivo y por originarse en atención primaria seguí con cierto interés el desarrollo de estas sesiones. El protagonismo de la gerencia y la poca participación de personal asistencial en el panel docente, me hizo pensar que a lo mejor todo lo relacionado con el menos es más y el No hacer se referiría a la gestión y a la forma en que trabajan nuestros mandos intermedios.
Craso error, enseguida comprobé que se referían a tratamientos, y a petición de pruebas diagnósticas en el ámbito asistencial, se trataba de “facilitar la reducción de intervenciones innecesarias en nuestros centros”. Una vez más y como ya se hiciera con la medicina basada en la evidencia, los gerentes y asimilados se apropiaban de una iniciativa profesional foránea, para unos objetivos no confesables, más relacionados con la economía, que con la calidad asistencial.
Es curioso como estos (desertores de la consulta les llaman algunos) se pone a arreglar las cosas de los demás sin arreglar previamente la suya. Convendría que tuvieran presente el proverbio chino “Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa”. Es palmario que no lo siguen.
Un buen ejemplo nos lo ofrece la Cartera de Servicios y su evaluación. Esta “cartera» es una de las herramientas gestoras por excelencia y cada año, e incluso cada trimestre, se nos machaca con el cumplimiento de determinados objetivos basados en ella. Cumplir la cartera, es algo así como el maniqueista desiderátum de esa fauna gestora de medio pelo que puebla las gerencias y direcciones de centros de nuestra querida atención primaria. De acuerdo a este estatus el que cumple cartera, sea medico, centro de salud, o dirección asistencial «es bueno» y el que no la cumple «es malo».
El problema surge cuando se ve que lo que exige en la cartera esta poco fundamentado en la evidencia o es incluso es malo para la salud.
Como decíamos antes es palmario que estos gestores del «No hacer» no siguen estos principios en su trabajo diario, por fortuna siempre hay alguien que toma la iniciativa y lo hace por ellos. Es el caso de dos autores madrileños que ponen en evidencia el servicio 415 de atención en el consumo del tabaco en el adulto de la cartera de servicios estandarizados de la Comunidad de Madrid en un articulo publicado en la revista Atención Primaria, con el titulo de «No hacer» tambien en tabaco. En este articulo se hace una revisión crítica del servicio 415. El resultado no puede ser más descorazonador, según estos autores y así lo documentan, los protocolos disponibles proponen intervenciones sobredimensionadas, sin evidencia científica ni repercusión terapéutica. Los criterios de buena atención e indicadores que miden el desempeño están por tanto confeccionados con más voluntad que conocimiento y ciencia. Como quiera que las gerencias de atención primaria evalúan anualmente el grado de cumplimiento de este servicio de la cartera con una serie de indicadores y criterios cuyo resultado esta ligado a incentivos económicos, se puede concluir que están incentivado actitudes cuando menos ineficaces y cuando mas perniciosas
¡ que buena oportunidad para «NO Hacer» !
* Chusinguay es una afortunada definición/traducción de Vicente Martorell
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