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copago emocional
La mayor parte de los usuarios del sistema sanitario público desconoce el coste de los servicios prestados
La estrategia de hacer conocer a los pacientes el coste real de la atención sanitaria en los sistemas de salud públicos mediante una nota informativa, es una iniciativa que pretende corresponsabilizar a estos del importante gasto en este apartado.
Es lo que se llama facturas sombra y al que creo que es más adecuado llamarle copago emocional.
En cualquier caso es un asunto intermitente y pendular, de tal forma por razones inescrutables en un momento dado la discusión emerge y los polemistas se sitúan en uno u otro bando dependiendo del momento político, o lo que es lo mismo que el que argumenta -o los suyos- este en el gobierno o en la oposición. Uno de los argumentos razonables de los que están contra esta medida, es que está por ver si merece la pena el gasto administrativos y de logística que conlleva, si compensa con el pretendido beneficio didáctico de fomento de la corresponsabilidad; y es que facturar tiene sus gastos y problemas sobre todo en sitios donde no se ha hecho nunca y no están acostumbrados.
Lo que no costaba ningún esfuerzo era la antigua costumbre de poner el precio en los envases de los medicamentos, esta medida tan simple ayudaba a la ciudadanía saber lo que No pagaban por su salud. Sin embargo y por mor de los cambios frecuentes de precios y las presiones del lobby farmacéutico esta simple ayuda ya no consta en los envases, ni siquiera en ese pequeño recuadro troquelado que se suele recortar para adjuntarlo a la receta correspondiente que se denomina cupón-precinto. Gracias a esta desafortunada supresión un paciente pensionista puede estar tomando un medicamento como Pradaxa a 158.19 € la caja, con la misma inquietud económica con la que toma unas gominolas de menta.
Pero de pronto leemos que el flamante conseller de salut catalan, Boi Ruiz anuncia que en Cataluña se incorporara el coste de los fármacos, y eso como exponente del concepto de «sensibilización ciudadana» y cuya pieza clave es una filosofía centrada en el ahorro y la valoración de lo público… ¡joer que frase!
Eso está muy bien pero la medida tiene trampa si leemos con más detenimiento vemos que dice: “Los tratamientos que desde el próximo lunes extenderán los CAP de Girona ya incorporarán el coste de los fármacos”.
Es decir que los pacientes van a saber lo que cuestan los medicamentos, pero el precio lo van tener que poner en el centro de salud, es decir una inútil tarea burocrática más para los sobrecargados centros de atención primaria.
Y digo yo, no será más fácil hacerlo como antes, y como en todos los comercios: cada precio en su cajita