La historia clínica como instrumento de delación
por Ángel Ruiz Téllez
He leído alarmado la bestial noticia que nos muestra Manuel Marlasca en su blog, que se podría resumir en la siguiente frase: ‘Historia clínica para la delación’.
Ahora el médico se convierte, por indicación administrativa, vaya rango legal, y por circular del Gestor de Atención Primaria, en soplón o confidente de la policía. Al parecer, una cuestión tan grave desde el punto de vista legal, deontológica y lógica, parece haber reducido su categoría constitucional, de ser el derecho a la intimidad un derecho recogido en nuestra jurisprudencia, desde el año 2000, en la sentencia de TC 292/2000, a categoría administrativa.
Hay que ver la que se monta si se encuentra un análisis de orina en un contenedor. Sin embargo, por ahora, por un procedimiento administrativo, con un papelito, sin conocimiento del Juez, del Fiscal, y , por supuesto del paciente, ahora el médico ‘debe’ entregar toda la información que la policía, por la puerta de atrás, le solicite. El lavatorio de manos de los Servicios Jurídicos del SAS y del Colegio de Médicos y la actitud cobarde del Gerente de Atención Primaria, son de difícil digestión.
Estamos viendo que las escuchas telefónicas del Gürtel ordenadas por un juez están siendo contestadas por activa y por pasiva, recordándonos día sí y día no la injusticia de las mismas y ahora, resulta que anulamos la gravedad de la petición de información confidencial de un ciudadano cualquiera , que hoy es tu vecino y mañana tú mismo, por parte de un funcionario cualquiera de la policía, sin mediación judicial alguna.
Acaba de nacer la nueva ‘Ley Patriótica’, la nueva ‘Ley Corcuera-patada_en_la_puerta’ del Director de Atención Primaria de Cádiz. Para eso no eran, ni son las historias clínicas, y menos las historias clínicas informatizadas.
La sentencia 292/2000 del Tribunal Constitucional indicaba con meridiana claridad que el Derecho a la Intimidad no es una cuestión graciable, del funcionario de turno, sino un derecho inalienable del ciudadano y una obligación del que con ella trabaje, sea un profesional de la medicina o un funcionario de la policía. Ninguno de ellos se puede saltar ese derecho fundamental, sin fundamentarlo legalmente, lo que es evidente que no se da en este caso. La propia sentencia indica con claridad meridiana que será objeto de consideración de secreto, por parte del ciudadano, cualquier cosa que considere que afecta o pueda afectar a su intimidad, tales como los ‘inocentes’ listados de asistencia a la consulta o a la urgencia.
¿Es tan neutro saber que has acudido a urgencia de psiquiatría, o de gine con 14 años? . ¿ Es tan inocuo acceder a las listas de asistencia de la consulta?. Ni la ignorancia ni la estupidez exime de la culpa de las consecuencias graves que esto puede acarrear.
Al parecer el médico se encuentra, de nuevo, en momento de probar el grado de respuesta a su creciente INDIGNACIÓN, porque un pusilánime directivo y aparato administrativo correspondiente le ha puesto a los pies de los caballos, en una dicotomía de final desgraciado. Si desobede, sanción grave (de empleo y sueldo de una pila de meses) o de conflicto con, ni más ni menos, que con la policía que, entonces, desvía la mirilla y te hace a ti diana de su ‘interés’; y si obedece se puede encontrar , y se encontrará seguro, (porque con el paro que hay, se ve al médico como la solución económica, habida cuenta los seguros millonarios que lo rodean) ante una denuncia penal, con cárcel, fianza e indemnización millonaria.
Hombre, a lo mejor hay que dejar de escribir en una Historia Clínica sobre la que ya no podemos asegurar la confidencialidad y hay que darle al paciente un dossier escrito en el que el paciente porte su historia, en papel o en pendrive para que, si quiere, se la deje ver a quien le venga en gana, ¿no decimos que es suya?. Pues que sea. Y la policía que haga su trabajo sin trampas.
Es triste reconocerlo pero los miles de millones de euros invertidos para hacer la historia clínica electrónica, única y centralizada, se asemejan mucho a la burbuja inmobiliaria, la burbuja informática, que puede explotar, de un día para otro, como pasó con la inmobiliaria, lo que parecía imposible y negándose sistemáticamente cuando la gente sensata y prudente lo avisaba.
La burbuja informática sanitaria está creciendo y creciendo. Udes mismos.
Ángel Ruiz Téllez
Recomiendo la relectura de Ruiz Téllez A. Confidencialidad e informatización de los datos en Atención Primaria . FMC 2005;12(8):536-45, (http://www.elsevier.es/es/revistas/formacion-medica-continuada-atencion-primaria-45/confidencialidad-e-informatizacion-los-datos-atencion-primaria-13079557-tema-debate-2005 ) por su desgraciada actualidad.
Me parece indignante.
Me veo como tu comentas, dándole la historía al paciente, con lo que supone, de no recoger ciertos datos que lo dañarian. Una vez más lo primero es la comodidad, de ciertas personas, que pasan y descargan las responsabilidades en los que tienen por debajo sin medir las consecuencias, o miran con lupa si les conviene por afinidad…
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Buenas tardes,
me parecen muy acertadas sus reflexiones sobre la privacidad de las historias clínicas, me parece que es imprescindible garantizarla y no se deben dar esos datos a la policía más que por indicación judicial. Pero hay un tema que me parece también importante y es la posibilidad de acceso a las historias clínicas por parte de personal no sanitario. Este caso se está produciendo en el SESCAM (Servicio de Salud de Castilla la Mancha) ya que según me reconoció un jefe de servicio en los servicios centrales era inevitable que los administradores de las bases de datos, incluyendo las de historias clínicas, tuvieran acceso a todos los datos. En el SESCAM las historias están centralizadas por lo que los burócratas de Toledo pueden conocer el estado de salud de todos los manchegos con los riesgos que usted comenta y puede deducir. Es más, me he encontrado en situaciones con mis jefes en el SESCAM que no eran comprensibles más que conociendo mi historia clínica. Por ejemplo que se insistiera en explicarme situaciones de claustrofobia sabiendo que una vez me desmayé mientas se me hacía una TAC. Insistirme en temas relacionados con sangre, transfusiones, análiis, … porque me mareé un par de veces al extraerme muestras (la verdad es que soy así de blandurri). Es curioso, esas referencias a sangre y claustrofobia se producían siempre cuando yo pedía explicaciones sobre el contenido de los expedientes de contratación que tenían algunos, digamos, «defectos de forma» como contratación de personal sanitario por períodos injustificados, adjudicaciones de contratos siempre a la misma empresa, firma de contratos por personas no autorizadas y alguno que otro más.
En fin, cosas de la administración sanitaria.
Un saludo.
Yo también tengo un blog, si quiere darle un vistazo está en http://elpozodelzarampo.blogspot.com
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Como médico creo que tenemos la obligación de no entregar documentación clínica a terceros más que por mandato de un juez. Lo contrario sería un delito.
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Pues parece evidente que el ciudadano va a tener que empezar a mover el culo.
Por mi parte solicité los pasos que debo de realizar para que desaparezcan todos mis datos de los archivos de Osakidetza, me falta ponerlos en práctica.
O controlo mi historial médico o no va a saber de mi nada ni nadie, a excepción del que yo quiera.
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Una buena historia clínica es una historia y una hisotoria es un relato y un relato precisa de un relator. La pericia de un profesional es directamente proporcional a la capacidad de interpretar el relato de una persona, para acompañarla en su dificultad de sobrellevar su realidad y su existencia, procurando, a través de sugerencias de ‘verdades soportables’, las claves para que pueda orientar su vida, asumir su realidad y prepararse para la muerte. Ello supone un relato literario de interpretación de los signos, de las manifiestaciones clínicas y sociales del paciente. Si ello no hay quien , ni interprete, ni controle la hiprefrecuentación, la No-enfermedad, la medicalización, la especialitis, y la caterva de tonterías clínicas del momento, como la fibromialgia, la hiperactividad infantil, y demás pamplinas.
¿Quién se va a atrever a realizar un relato, de enorme, profunda y experta subjetividad de juicio, que es lo que llamamos intuición, buen olfato u ‘ojo clínico’, para que , o lo lea un mentecato de la dirección, o lo destroce un impenitente procedimientalista de a 6 contoles de tensión al año, o un policía morboso e incopetente en las artes de la investigación policial?.
Ello perjudica a pacientes y a los buenos profesionales. El resto se mueve con creencias religiosas, creencias irrefutables de fe en la tecnología, se aplique como se aplique. Esos eran los que hace 25 años decían ‘el rayo cura’ .
No es de extrañar, por tanto, que desde hace años, en webs de Centros de Atención Primaria ingleses, rece la advertencia a los paciente, en rojo, de ¡¡Warning!!. In our Healt Center all Health Records are out of Network of National Health Service.
La burbuja informática sanitaria, crece y crece.
Ángel Ruiz Téllez
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