Cosas que no…. (II)
Lamentarse de haber despojado a la gente del sentido común y de la costumbre popular del autocuidado. Lo hemos hecho entre todos, así que ahora a jorobarse. Es un consejo gratis del Centro de Salud Barrio Sésamo
Una historia como otra cualquiera
¿Dr. no tendré la gripe esa ?
¡Pero bueno Encarna!, si Ud. ha venido porque le duele la rodilla.
Ya, pero es que estoy un poco asustada con lo que dice la tele y los periódicos
Si, Encarna se están pasando, incluidos mis jefes. Pero ya sabes que el diablo cuando no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo.
Si je, je Doctor pero ya sabe cómo hay tantas cosa malas
Si lo entiendo pero me sorprende, es Ud. una mujer fuerte, que como suele decir «no tiene estudios» pero que ha ha demostrado a lo largo de su vida ser una persona capaz e inteligente. Todavía me acuerdo como tenia asombrada a Diana, la enfermera esa jovencita que vino a hacer la suplencia. Decía que cuidaba a su madre mejor que muchas de sus compañeras.
Ya pero lo de mi madre era fácil, solo tenía un novio alemán, como Ud. decía. Si ya sé que era un chiste que me contó para animarme, pero que Ud. me dijera que lo que tenía mi madre era un novio alemán que se llamaba Alzheimer, me vino muy bien. La cuidaba a ella y a su novio, y yo sabía que cuando hacía o decía cosa raras era por el novio y no por ella, aquello me ayudo mucho aunque no lo crea.
Pero es que además ha cuidado de tu marido, sus últimos meses con cáncer de pulmón no fueron nada fáciles para nadie.
Si, pero ya sabe que era un santo.
Bueno un santo… un poco cabroncete, que bebía y fumaba demasiado y que alguna vez le pegaba
¡Qué cosas dice Ud. Doctor!
A demás ahora tiene que cuidar a diario al cafre ese de nieto que tiene, en lugar de llamarse Aingeru tenía que atender por el nombre de Anibal ( con H), pero claro su hija tiene que pagar la hipoteca del chalé e irse de vacaciones a Punta Cana.
Pues eso, Encarna tú ( te voy a llamar de tu) has lidiado con la vida y la muerte, con enfermedades graves y menos importantes, sabes más que todos nosotros juntos lo que es CUIDAR (con mayúsculas), así que no te amargue la vida una panda de aprendices con poder mediático y político.
No, no tienes la gripe, ni la vas a tener porque por tu sangre corren todas las defensas que has almacenado a lo largo de tu nada fácil vida. Disfruta, y si alguien vuelve asustarte, cuéntale lo que tras morir tú marido, me contaste a mí. Si ese día que viniste a traer las medicinas que no había gastado, hasta en eso ahorradora como una hormiguita. Cuéntales lo que es pasar hambre, como les quitabas las chinches a tus hermanos, cuéntales como tras tu boda, la “primera noche” fue en la casa de tu tío en el pueblo de al lado, que tenía alguna habitación de sobra y camas con colchón.
Cuéntales, como parias en casa con la sola ayuda de una comadrona algo chispadilla, o como tu familia no supo lo que era el Cola Cao o la mantequilla hasta que tu marido empezó a trabajar en la Stándar y pudiste ir al economato. Cuéntales como eran tus vacaciones, tu marido en la capital, los niños en el pueblo con los abuelos y tú trabajando el doble para que todos estuvieran atendidos. Si cuéntales como rezabas cada vez que tus hijos salían para que si venían mal, que solo vinieran borrachos y no probaran eso de endrogarse, mira tú los del Blas, Guardia Civil pero con uno muerto y otro robando por eso del caballo, que nombre tan bonito para una cosa tan mala, por mucho que el alcalde dijera que era lo natural. Cuéntales que tuviste que pedir por primera vez en tu vida dinero para casar como dios manda la hija y darle algo donde vivir, como sufriste para que salieran adelante y estudiaran….
En fin cuéntales todo lo que aquella tarde me contaste a mí, para que aprendan que a una mujer como tú, no se le puede, ni debe, asustar con chorradas como la gripe esa (LGE)