Etiquetado: uso irracional del poder
Libertad de prescripción, libertad de dispensación
Hace trece años Manuel Galvez escribía este estupendo editorial, las cosa sigue más o menos igual.
EDITORIAL
Libertad de prescripción, libertad de dispensación
Gálvez Ibáñez M. Médico de Familia
Todos recordaremos cuando éramos niños y nos íbamos a jugar a la pelota a un descampado. Las discusiones eran continuadas: nadie sabía si la pelota había salido fuera de banda (¿qué banda?) o había entrado en la portería (entre dos piedras), si la falta fue dentro o fuera del área (¿área?) hasta que por fin alguno conseguía tiza y entre todos pintábamos el terreno de juego. Las líneas ya estaban claras, esto era el área y las faltas dentro de ella eran penalti, y esto era la banda, etc. Seguía habiendo discusiones, pero sin duda muchas menos, o al menos discutíamos con criterios aceptados de antemano. También las normas para pintar los campos eran iguales en todos los descampados.
En el momento actual, el mundo de la prescripción y de la dispensación de medicamentos en toda España, y en Andalucía, anda un tanto confuso, o al menos los médicos recibimos mensajes contradictorios, no sólo de parte de los que por su propia naturaleza deban enviar mensajes contradictorios a los médicos a este respecto, sino también por los encargados de velar por las rayas del campo. Si las reglas del juego son las de la libertad por encima de todo (jugar sin rayar el terreno de juego) habría que jugar a ello y que cada palo aguantase su vela.
No parece ser esa la opción elegida (seguramente no debe ser esa) y en todo el mundo se regula (se pinta el campo) de una u otra manera. Lo que está ocurriendo en nuestro país, y de una manera tal vez mas acusada en Andalucía, es que las líneas no se ven con claridad por lo que el juego resulta confuso, para los actores y para los que sufren el espectáculo. En ocasiones los campos se pintan de manera diferente en diferentes descampados (distritos, comunidades autónomas). Se ponen límites a la dispensación de algunos productos en unas comunidades autónomas, en otras no. A su vez esas mismas normas se aplican con muy diferente rigor en los diferentes distritos andaluces, sustituyendo la arbitrariedad de la prescripción que se quiere combatir con otra arbitrariedad (no entramos aquí en la arbitrariedad o no de la norma, sino en la de su aplicación). Unas comunidades autónomas sufragan los costes de la prescripción de fármacos de Valor Intrínseco No Elevado (VINE), otras no. Nítidamente, no se puede estar de acuerdo en que los recursos del sistema sanitario publico se malgasten.
Nadie puede propugnar la libertad de prescripción como un valor absoluto que deba escapar a cualquier control. Por supuesto no se hace desde este editorial.
Lo que sí se afirma es que, para clarificar la actuación, las líneas deben pintarse más nítidamente. Nuestros pacientes, en especial los más ancianos, entienden mal que, pongamos por caso, sus pastillas blancas de toda la vida sean un mes cápsulas azules, y grageas amarillas al mes siguiente. En algunas ocasiones haya que tomarlas más (o menos) veces al día, o sean más (o menos) difíciles de tragar. Todo ello en función de la sensibilidad de su médico, o del sustituto, hacia la prescripción de principios activos. En ocasiones el paciente observa que el médico de la consulta de al lado no le cambia las pastillas a su vecino, y a él su médico sí. En ocasiones va a la farmacia, y el farmacéutico, o el chico de la farmacia, se empeña en que estas otras son iguales, e incluso mejores que las que tomaba asiduamente. El paciente, o el familiar que le administra la medicación al viejecito ya no sabe a qué carta quedarse ¿por qué tanta insistencia en que me lleve estas y no aquellas si son iguales? ¿Si son iguales por qué no me dan las de toda la vida? Porque unas son más caras, se les contesta. Si son iguales, ¿por qué unas son más caras que otras? Y en estas estamos. Por paradójico que parezca, también en ocasiones se observa que el médico que prescribe por principio activo, comprueba como a su paciente se le ha dispensado, y por tanto cargado en su cuenta (la cuenta del médico) el preparado comercial más caro.
El campo de acción de la industria se ha trasladado, parcialmente, hacia las oficinas de farmacia. Este es cambio cualitativo que merece reseñarse: Si un médico se deja seducir por la industria farmacéutica para prescribir un determinado producto puede salirse de los cauces éticos, y así es percibido y expuesto públicamente; si lo hace el farmacéutico se trata de una cuestión dentro de la lógica del mercado, de la saludable y necesaria optimización de los beneficios empresariales.
Nos encontramos ante otra trampa: la administración central se dedica a aprobar nuevos productos (y de paso a hacer caja) que las diferentes agencias de evaluación de medicamentos se apresuran inmediatamente a catalogar bajo el epígrafe “sin aportaciones de interés”. Al médico se le traslada el mensaje de: “está en el mercado pero no lo recetes”, o receta este otro que aporta las mismas ventajas. La situación se agrava a partir de la generalización de las transferencias sanitarias.
Ahora el gobierno central aprueba lo que han de pagar otros: las comunidades autónomas. Ciertamente tenemos que conseguir entre todos acabar con los espectáculos, bochornosos para toda la profesión, de los viajes pseudocientíficos (no estamos hablando de los congresos, ni de cursos u otras actividades científicas) pagadas a médicos por parte de la industria farmacéutica (en ocasiones no se respeta ni la prohibición expresa de viajar con el cónyuge si no es médico). Estas excursiones son un desdoro para toda la profesión y hemos de conseguir que los compañeros que acceden a este tipo de prácticas, al menos, se avergüencen de ello. Conseguir la vergüenza de los laboratorios (pocos y señalados) que aún incurren en estas prácticas tampoco es un objetivo menor.
Existe, sin duda, un campo de acción simbiótico, honesto y elegante entre la industria farmacéutica y los médicos (y también la administración) que no debemos permitir se desvirtúe en medio de generalizaciones improcedentes y a todas luces injustas. Los límites están claros: debemos poder hacer lo que no nos importase que conocieran nuestros pacientes. Si con toda claridad decimos lo anterior, con la misma decimos que la libertad de dispensación también precisa ser regulada en beneficio de los pacientes. La necesaria clarificación de la que hablamos no debería ir en la línea de conocer quien se puede o no beneficiar de la prescripción o dispensación de un determinado producto que pretende aliviar el dolor de los que sufren.
Se trata de alejar cualquier posibilidad de lucro para los profesionales, sean estos quienes sean, así como de mejorar la comprensión y facilitar el cumplimiento del tratamiento por parte de nuestros pacientes. De paso gana la mayoría: los profesionales sanitarios ganamos respetabilidad social; la administración sanitaria, autoridad moral ante sus profesionales. Los pacientes, claridad. La industria farmacéutica que ha elegido los cauces de la honesta colaboración vería recompensada su apuesta. Y pierden, deben perder, los que prefieren jugar en río revuelto. En la misma línea, este pareciera también ser el camino para la necesaria cooperación entre los médicos prescriptores y las oficinas de farmacia. Por otra parte, los datos disponibles parecen ser tozudos al confirmar que el ahorro en la factura de los medicamentos viene más de la parte de la indicación (mejor formación de los médicos) que de cualquier otra medida.
La venganza de Don Mendo (II)
¡Venganza, cielos, venganza!
Juro, y al jurar te ofrendo,
que los siglos en su atruendo
habrán de mí una enseñanza
pues dejará perduranza
la venganza de don Mendo.
Hace poco más de un año el exconsejero de sanidad del país vasco durante unas jornadas de reafirmación de la sanidad pública, se vanagloriaba de haber pasado de un 19 % de prescripción de genéricos a un 30% y que lo había realizado mediante “imposición”. Lo que no contó es que esta imposición fue más allá de lo que a un dirigente (se) le debe permitir. Lo que no contó como ahora se ha reconocido es que las medidas racionalizadoras del gasto farmacéutico que impuso, eran ilegales y atentaban gravemente contra la libertad de prescripción de profesionales y pacientes.
Quitando lo intrínsecamente perverso de la medida que implicaba un uso torticero de la historia clínica informatizada y convertía a los profesionales en espectadores sin posibilidad de reacción, lo peor fue que esta medida fue apoyada por una sociedad científica de medicina de familia y un colegio de médicos de la zona. En su momento me atreví a poner un post criticando la medida y “me llovieron por todos lados” sobre todo por parte de esta sociedad y algunos colegiados.
Todo está olvidado y aclarado, la gran mayoría son muy buena gente, aunque en este caso equivocados, pero convendría recordar que el fin nunca justifica los medios y que no se puede ni debe coartar a los profesionales por muy benéfico que sea el fin que se persigue.
el culmen de la tentacion totalitaria
Artículo 2. Consenso y aplicación de los algoritmos de decisión terapéutica corporativos en la Agència Valenciana de Salut
1. Para las patologías donde se haya elaborado un algoritmo de decisión terapéutica corporativo, la prescripción o indicación de los tratamientos farmacoterapéuticos seleccionados se deberá realizar, sin excepción, mediante el sistema de información ambulatoria de la Agència Valenciana de Salut (Abucasis-Gaia) en el ámbito ambulatorio, tanto para los medicamentos de dispensación en oficina de farmacia como para los medicamentos dispensados en las unidades farmacéuticas de pacientes externos.
Los medicamentos no incluidos en los algoritmos de decisión terapéutica corporativos para una determinada patología se prescribirán como excepción terapéutica, justificando sus causas y quedando contabilizado y registrado en el sistema de información ambulatorio de la Agència Valenciana de Salut.
2. La Agència Valenciana de Salut adoptará las medidas de gestión necesarias para garantizar el cumplimiento de la prescripción en base a los algoritmos de decisión terapéutica corporativos y gestión de las excepciones terapéuticas mediante procesos mecanizados e informatizados que permitan la asistencia médica y los procesos de autorización de excepciones.
3. El arsenal de algoritmos de decisión terapéutica corporativos se conformará por las evaluaciones de las patologías protocolizadas y residirán en la sede electrónica de la Agència Valenciana de Salut. El criterio de priorización y elaboración de algoritmos de decisión terapéutica corporativos se establecerá en función de la reducción del impacto presupuestario de medicamentos y productos sanitarios en términos absolutos en la Agència Valenciana de Salut.
4. Los algoritmos de decisión terapéutica corporativos se elaborarán con la participación de profesionales expertos en evaluación de medicamentos y farmacoeconomía que conformarán el Comité de Posicionamiento Terapéutico. La Agència Valenciana de Salut designará tanto a los componentes del Comité de Posicionamiento Terapéutico como a los componentes de los Subcomités especializados en las patologías incluidas en el arsenal de protocolos. A los efectos del presente Decreto ley, tendrá consideración de Subcomités especializados los constituidos dentro del programa de medicamentos de alto impacto sanitario y/o económico.
5. Los algoritmos de decisión terapéutica corporativos se aplicarán al día siguiente de su consenso y, en su caso, publicación en la sede electrónica de la Agència Valenciana de Salut. En el plazo de 90 días se deberá revisar, por los facultativos de la Agència Valenciana de Salut, la armonización entre los tratamientos pautados a los pacientes y el esquema terapéutico del algoritmo de decisión corporativo publicado.
como la pólvora
Xanadu-20 de Agosto de 2010. Kermit the Frog
Si, como la pólvora se entiende la tentación totalitaria. Ahora les toca los cántabros donde una mente preclara ha decidido liberar a sus profesionales de dilemas y controversias. Por correspondencia y algo de chulería han aplicado el famoso metodo CPC (Calidad en la Prescripcion por Cojones). Aunque algo complejo para mentes normales este método consiste basicamente en «turecetaloque tedelaganaqueyolocambiareporloquequiera» a lo que se añade «queparaesosoyeljefeytengoelordenadorporelmango». Sus principales elmentos son prescripción informatizada, poca decencia gerencial y algo de atonía profesional.
Es el mismo método e indicador que con alguna variantes se viene aplicando con más pena que gloria en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y País Vasco con decepcionantes resultados iniciales. Prestigiosos médicos y sociedades científicas han callado, cuando no apoyado estas medidas en un claro indicio de que la atención primaria necesita renovar sus lideres con urgencia.
Más de la mitad de los medicamentos que se recetan son genéricos
El Sistema Cántabro de Salud afirma que los historiales clínicos serán modificados a través del sistema informático y que nunca intervendrá una persona física
Recetar un medicamento en base a su principio activo es la tendencia habitual en los países europeos y Cantabria quiere seguir sus pasos. En este momento, en el 52% de las recetas que se extienden en la región aparece el principio activo y no el medicamento original. El objetivo es llegar al cien por cien, aunque no hay una fecha tope para ello.
Ésta es la razón por la que a finales del pasado mes de julio, la gerencia del Sistema Cántabro de Salud (SCS) envió una circular a los médicos de Atención Primaria indicándoles que en breve desaparecerían de las historias clínicas de los pacientes los medicamentos originales cuyo principio activo fuera la atorvastatina y el clopidogrel y cuyas marcas comerciales son ‘Zarator’ y ‘Cardyl’, en el caso de la primera, y ‘Plavix’ e ‘Iscover’, en el caso del segundo.
Pero los galenos pusieron el grito en el cielo y el Colegio Oficial de Médicos de Cantabria ha llegado incluso a amenazar con acudir a los tribunales si no se retira esta iniciativa. Los profesionales consideran que al tener que entrar en los historiales clínicos de sus pacientes para cambiar las prescripciones «se vulnera la seguridad y la confidencialidad» de los enfermos. También dudan de que los genéricos de estos fármacos tengan la misma eficacia que los originales.
Sin embargo, desde el SCS se aseguró a este periódico que «en ningún momento se nos ha pasado por la cabeza que nadie no autorizado tenga acceso a los historiales clínicos. Los cambios se harán a través del sistema informático. Existe un programa capaz de realizar estas modificaciones sin necesidad de que ninguna persona física tenga que estar en contacto con los mismos. No se van a visualizar los datos de los pacientes».
Por otra parte, esta misma fuente afirmó que «este procedimiento ya se ha utilizado en Cantabria con anterioridad. No es una medida nueva y también lo están aplicando en otras comunidades autónomas. En ningún caso se ha registrado algún incidente porque nunca se ha vulnerado la confidencialidad».
Genéricos seguros
En cuanto a la eficacia de los genéricos, recordó que «son medicamentos seguros y de calidad, que han sido evaluados y autorizados por la Agencia Española del Medicamento, con todas las garantías posibles».
En este sentido indicó que «lo importante es el principio activo, con el cual está demostrado que se puede luchar contra la enfermedad. Cualquier genérico que lo contenga puede ser recetado, ya que su eficacia está demostrada, aunque no aparezca recomendado para una patología concreta».
Ésta fue precisamente una de las críticas vertidas por los médicos contra esta medida. Aseguraron que en el caso del principio activo del clopidogrel, en la ficha técnica de su genérico no aparece que esté indicado para el síndrome coronario agudo.
Aunque la estrategia para sustituir en las prescripciones los medicamentos originales por los genéricos comenzó en 2005, el despegue no llegó hasta el año pasado. Desde 2009 han ido ganando terreno los medicamentos sin marca en las recetas extendidas en Cantabria.
«No podemos obligar a los médicos a la hora de prescribir, pero sí darles un toque de atención»*
“No podemos obligar a los médicos a la hora de prescribir, pero sí darles un toque de atención”= Un tal Jesús María Fernández vicealgovasco dixit .
Se incluyen fotos del espécimen en el momento de disponerse a dar toques
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De como entienden su misión algunas conserjerías -no es un error- y lo que es, para algunos politicofarmaceuticos el uso racional del medicamento
y de lo que para alguna sociedad científica y colegios son los médicos de atención primaria: