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la tormenta perfecta

Una combinación de aire a diferentes temperaturas y presiones no se da simultáneamente casi nunca, pero cuando se dan, originan…… la Tormenta Perfecta.

Agregar un calificativo de bondad a un mal suceso nunca me ha parecido muy decente. Hablar de un caso clínico (enfermedad) bonito o una intervención (quirúrgica) pulcra, es tan poco decoroso como hablar de la tormenta perfecta. A pesar de todo y como lo “perfecto” en su segunda acepción incluye poseer el grado máximo de una determinada cualidad o defecto, hablar de la tormenta perfecta viene al pelo para apellidar ese fenómeno meteorológico, que en verdad se llama ciclogénesis explosiva. Lo interesante  aquí, no es tanto la forma de calificar la tormenta sino la de aprovechar su naturaleza, (a saber: combinación poco habitual, improbable, inesperada, de aparición brusca y con consecuencias destructivas e imprevisibles) para explicar un fenómeno que se puede producir este invierno en el sistema sanitario español en general y en la atención primaria en particular.

Este invierno en el sistema sanitario van confluir tres factores hasta ahora nunca o poco presentes: Una pandemia, una gestión nefasta y la escasez de profesionales sanitarios.

perfect_stormVayamos por partes, la pandemia es más figurada que real y más mediática que peligrosa, pero sigue alentada en su lado más trágico por aquellos que la generaron. Estas organizaciones son incapaces de asumir lo equivocado de sus previsiones, no reconocen públicamente su error y siguen nutriendo una alarma, a todas luces exagerada. Hay instituciones y personajes que por acción u omisión están actuando como el bombero pirómano, o como hábiles creadores de profecías autocumplidas.

La gestión sanitaria en España, tanto la general como la de la famosa pandemia, se puede considerar a nivel macro (que dicen los cursis con master) como más o menos correcta. Sin embargo a nivel meso y micro (que siguen diciendo los cursis con o sin master) es un desastre. Es difícil saber qué tipo de atracción tiene la sanidad española, para que de todos los posibles dirigentes confluyan en ella los más tontos de cada casa. Sobran los ejemplos y la difícil situación actual nos muestran que al contrario de la canción, es la hora en que sobresalen los pigmeos.

La escasez de profesionales especialmente en atención primaria, lejos de resolverse se ha incrementado y promete agudizarse. La ausencia de medidas es la norma y la única solución ha sido contratar médicos extranjeros y sobrecargar aún más el sistema y a los profesionales que todavía resisten. Con medidas imaginativas y audaces como el empoderamiento del profesional, la redefinición de los equipos de atención primaria con sus funciones y sus  cargas, y la contención y modulación de la demanda, se hubiera paliado fácilmente este problema. No se ha hecho,  no se ha resuelto y lo que queda son menos profesionales y cada vez menos contentos. Cualquier incidencia menor puede generar, y genera, el colapso de la atención sanitaria.

Pandemia, mala gestión y pocos profesionales, tres problemas cuya confluencia es poco probable, pero aún así, posible este invierno……¿la tormenta perfecta?

¿Habrá que ir bajándose del barco?