Cooperación y coordinación entre médicos y farmacéuticos comunitarios: la asignatura pendiente de la receta electrónica que limita la calidad de la asistencia sanitaria.

La receta electrónica debe completar su desarrollo y cumplir con uno de sus objetivos iniciales: facilitar la cooperación y coordinación entre médicos y farmacéuticos comunitarios.

por José Daniel Carballeira Rodríguez, Farmacéutico Comunitario. Santander y Rafael Bravo Toledo, Médico de Familia. Madrid

Uno de los objetivos iniciales de la implantación de la receta electrónica era facilitar la cooperación y coordinación entre médicos y farmacéuticos comunitarios con el objetivo de que este servicio digital de apoyo a la asistencia sanitaria contribuyera a mejorar la calidad asistencial [1]. Con esta colaboración, se pretendía solucionar rápidamente las múltiples incidencias que surgen en el proceso que va desde la prescripción hasta la dispensación. Así mismo, aseguraba un canal de comunicación permanente entre médicos y farmacéuticos con el objetivo de brindar una calidad asistencial de excelencia en lo que respecta al apartado del tratamiento farmacológico. 

A pesar de que su importancia se menciona en el informe de evaluación y líneas prioritarias de actuación de 2019 dentro de la estrategia para abordar la cronicidad en el Sistema Nacional de Salud [2], a día de hoy, la receta electrónica no cumple con esta función. En la práctica, no solo no se ha puesto en marcha el prometido canal de comunicación, sino que incluso algunas comunidades autónomas como Cantabria [3] y Madrid [4] han diseñado programas que introducen a los farmacéuticos de atención primaria como intermediarios para la resolución de problemas relacionados con los tratamientos de receta electrónica, añadiendo de manera forzada un eslabón adicional que a nuestro juicio complica y retrasa la cadena de comunicación entre médicos y farmacéuticos comunitarios. 

En nuestra opinión, los problemas relacionados con los tratamientos que surgen en el día a día de las farmacias se pueden y deben solucionar mediante la colaboración directa entre médicos y farmacéuticos comunitarios, por eso exponemos de forma esquemática los problemas que se presentan y sugerimos modificaciones en receta electrónica que por un lado habiliten la gestión de incidencias en los tratamientos desde las farmacias comunitarias y por otro, mejoren la información clínica accesible a los farmacéuticos comunitarios para facilitar la atención farmacéutica.

Problemas e incidencias relacionados con el procedimiento de prescripción-dispensación.

Aunque la receta electrónica ha facilitado el proceso de prescripción y dispensación de medicamentos, en ocasiones el paciente acude a la farmacia a recoger la medicación que necesita y ésta no se encuentra disponible por razones de diversa naturaleza [5,6]: el medicamento aparece dispensable a futuro, el tratamiento ha caducado, el tratamiento se ha bloqueado al haberse superado el periodo de activación, visados caducados/rechazados, desabastecimientos, etc. En otras situaciones, aunque el tratamiento está disponible en e-receta, el paciente considera que no se ajusta a lo que desea, y solicita, por ejemplo, un cambio de forma farmacéutica por dificultades para tragar formas sólidas, un cambio de modelo o talla de absorbentes de incontinencia, etc. Algunas de estas incidencias, habituales en el día a día de las farmacias, generan contratiempos a los pacientes y dificultan el acceso a sus tratamientos.

Dado que el farmacéutico no está habilitado para realizar dichos cambios y el paciente debe contactar con su centro de salud y con su médico, la gestión y resolución de estas situaciones puede prolongarse varios días. En algunos centros de salud, conscientes de que el paciente necesita la medicación, se les sugiere a los afectados como solución rápida que vayan a su farmacia a que les “adelanten” la medicación, algo que las farmacias no pueden hacer legalmente, salvo desde hace unos meses en Andalucía en el caso de tratamientos crónicos recientemente caducados.

Como apuntamos al principio, en Cantabria [3] desde la pandemia COVID-19 y en la comunidad de Madrid desde hace poco [4], se pretende implantar programas donde parte de estos problemas se pasarían a unos intermediarios, los farmacéuticos de atención primaria, que tampoco tienen capacidad real de solucionarlos.

En nuestra opinión la mejor solución es diseñar un sistema que considere a los farmacéuticos comunitarios como agentes activos del sistema de salud [7] que simplifique y acelere la resolución de estas incidencias, estableciendo un canal de comunicación efectivo y bidireccional entre los prescriptores y los farmacéuticos comunitarios. Ese canal ya existe realmente, es la receta electrónica, una red que nos conecta a todos, pero donde las farmacias son nodos infrautilizados a los que apenas se les permite aportar nada.

En los planes de calidad de 2007 [8] y 2010 [9] la implantación de la receta electrónica se plantea para los ciudadanos como una minimización de trámites administrativos. Sin duda, la fórmula más rápida y sencilla de facilitar al paciente el acceso a los tratamientos y evitarle trámites y contratiempos es que sus problemas con los medicamentos queden subsanados o gestionados en el lugar donde se detectan i.e. en la propia farmacia, comunicados al prescriptor [10]. Algo factible habilitando al farmacéutico a realizar intervenciones profesionales registradas bajo su responsabilidad a través de la interfaz de receta electrónica. Como ejemplo de resolución de incidencias en la farmacia, en Andalucía se ha implantado hace meses un sistema que permite registrar la intervención profesional del farmacéutico para liberar un único envase adicional cuando el paciente, al acudir a la farmacia, se encuentra con su tratamiento crónico caducado. Esta dispensación excepcional, permite que el paciente salga de la farmacia con el medicamento que necesita, bajo la responsabilidad profesional del farmacéutico que realiza la intervención, y con una notificación al médico de atención primaria para que pueda citar al paciente a revisar/renovar su tratamiento en cuanto sea posible. Con un sistema análogo implantado en el interfaz de receta electrónica, basado en la intervención profesional del farmacéutico seguida de registro y notificación al médico responsable, sería posible solucionar la mayor parte de las incidencias, evitando apuros y preocupaciones a los pacientes. El ejemplo de Andalucía pone de manifiesto tambien las diferencias entre los modelos de receta electrónica regionales que afectan a la calidad de la asistencia sanitaria [11]

Por otro lado, en los casos donde para la resolución de la incidencia fuera indispensable la intervención del médico, el farmacéutico se ocuparía de la gestión a través de la interfaz de e-receta, explicando con detalle la naturaleza del problema, evaluando su importancia y proponiendo soluciones como profesional del medicamento que es, para finalmente notificar la situación al médico prescriptor. En resumen, un sistema basado en el registro y comunicación bidireccional, colaboración, en definitiva, posible y sencilla, sobre una plataforma que ya existe.

Problemas relacionados con información sobre el uso de medicamentos, productos sanitarios o tratamiento en general

Este tipo de problemas que podríamos definir más gráficamente como necesidades de información de los pacientes con respecto a los medicamentos se resuelven de manera habitual en las oficinas de farmacia. Tanto por tradición como por infraestructura, recursos y “saber hacer» es el lugar natural donde estas cuestiones tienen solución. Sería ingenuo plantear que el paciente pida cita telefónica con el farmacéutico de atención primaria para consultarle dudas relativas a su medicación, como se propone en el Programa Atento [4] de la Comunidad de Madrid, cuando puede obtener respuesta inmediata a través de cualquier farmacia comunitaria.

En relación a estos casos, como decimos desde el principio, una ampliación de las posibilidades de visualización de los módulos de prescripción de la historia clínica electrónica por parte del farmacéutico o el establecimiento de una ágil canal de comunicación entre farmacéuticos y prescriptores supondría un avance en la dirección correcta. Sería de ayuda en general, e imprescindible cuando la atención farmacéutica requiriera de datos o información a los que no se tuviera acceso desde la farmacia, necesitara de una decisión conjunta, o requiriera de una actuación directa por parte del médico.

Ventajas de la cooperación y coordinación entre médicos y farmacéuticos comunitarios

Sin duda la propuesta de evolución de la receta electrónica como vehículo de comunicación bidireccional,  hacia un canal de comunicación específico entre farmacéuticos y médicos tiene otras muchas ventajas y aplicaciones. Así a bote pronto podríamos citar proyectos de colaboración con los farmacéuticos comunitarios para el uso seguro de medicamentos de alto riesgo en pacientes crónicos, frágiles y polimedicados, la revisión sistemática de la medicación en  las personas antes citadas, deprescripción, mejora de la adherencia a los tratamientos y desarrollo de estrategias de mejora de la conciliación de la medicación [2].

Por último, creemos que las farmacias deberían estar habilitadas para registrar datos de salud relativos al paciente, tales como tomas de tensión arterial, parámetros bioquímicos, IMC, test, cribados o servicios profesionales varios, todos ellos debidamente protocolizados para asegurar la homogeneidad de estos. Estos datos serían accesibles tanto para el médico como para el propio paciente desde la app de su servicio de salud. Los datos obtenidos en cualquier farmacia del país quedarían registrados en el sistema y serían accesibles para el paciente como parte de su historia clínica electrónica. Esta funcionalidad en la práctica permitiría disponer al sistema de una red adicional de más de 22000 establecimientos sanitarios distribuidos por todo el territorio nacional para el registro de datos abriendo un amplio abanico de posibilidades en salud pública.

En conclusión, el sistema de intervención profesional, registro y notificación desde la farmacia, así como el establecimiento de una plataforma de comunicación bidireccional entre las farmacias comunitarias y el sistema de salud, ofrece ventajas evidentes tanto en la vertiente administrativa, como en la clínica y asistencial del tratamiento con medicamentos, en particular y de la salud en general. La red de receta electrónica permitiría colaborar a los farmacéuticos comunitarios de forma efectiva con los prescriptores y coordinar sus actuaciones pensando en el bienestar del paciente. A nuestro juicio, el método propuesto es el más cómodo y eficaz para resolver incidencias, dudas y problemas relacionados con los medicamentos a los pacientes, evitando complicaciones como desplazamientos o gestiones telefónicas que retrasan la cadena de comunicación al añadir eslabones adicionales.

Bibliografia

[1] Subirá P.C., Pradell de Montagut A. Derecho farmacéutico. La receta electrónica en España. 2003.  Disponible en https://www.pmfarma.es/articulos/273-derecho-farmaceutico.-la-receta-electronica-en-espana.html

http://docplayer.es/16405169-La-receta-electronica-en-espana.html

[2] Informe de evaluación y líneas prioritarias de actuación. Estrategia para el abordaje de la cronicidad en el Sistema Nacional de Salud. Páginas 21, 38
https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/Evaluacion_E._Cronicidad_Final.pdf

[3] La farmacia de Primaria da un paso adelante para agilizar la resolución de incidencias en Cantabria. DiarioFarma. 2021 Septiembre 27. Disponible en:  https://www.diariofarma.com/2021/09/27/la-farmacia-de-primaria-da-un-paso-adelante-para-agilizar-la-resolucion-de-incidencias-en-cantabria

[4] Gerencia Asistencial de Atención Primaria. Resolución de consultas telefónicas relacionadas con los medicamentos o productos sanitarios por los farmacéuticos de atención primaria (programa ATENTO. ATENción Telefónica por el farmacéuticO). 2021 5 de octubre, Consejería de Sanidad, Comunidad de Madrid.

[5] García-Alfaro I., Carballeira J.D. Receta electrónica: limitaciones y posibles mejoras para asegurar una mayor adherencia a los tratamientos. Revista Española de Salud Pública. 2019, 93.
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272019000100088

[6] e-Salud. Informe Anual del Sistema Nacional de Salud. 2018. https://www.mscbs.gob.es/estadEstudios/estadisticas/sisInfSanSNS/tablasEstadisticas/InfAnualSNS2018/Cap.8_e_Salud.pdf

[7] Herrero MP, Toledo LA, Morales RR, Danet AD, Cerdá JC. Farmacéuticos comunitarios, el eslabón perdido de atención primaria Aten Primaria. 2011 Dec;43(12):682. doi: 10.1016/j.aprim.2010.11.018. disponible en https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-farmaceuticos-comunitarios-el-eslabon-perdido-S0212656711000977

[8] Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud. 2007.
https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/planCalidad2007.pdf

[9] Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud. 2010.
https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/pncalidad/PlanCalidad2010.pdf

[10] García-Alfaro I. E-receta 2.0: Evolución de la plataforma de receta electrónica para la integración del farmacéutico comunitario como agente activo en el sistema de salud. Tesis Doctoral https://digibug.ugr.es/handle/10481/69092

[11] García-Alfaro I., Carballeira J.D. Receta electrónica: diferencias entre comunidades autónomas que afectan al acceso a los tratamientos y a la calidad de la atención farmacéutica. Anales del Sistema Sanitario de Navarra. 2020. 43, 3. https://recyt.fecyt.es/index.php/ASSN/article/view/80983

Un Comentario

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  2. Teresa

    Excelente propuesta y muy necesaria.La REAP publicó en nuestro blog un documento en la misma línea, estudiando los problemas de ereceta, sus posibilidades y como resolverlo, teniendo como soporte la experiencia de colaboración interprofesional en Carbayin Alto Asturias.Las ventajas para la seguridad del paciente y los profesionales son incuestionables.Enhorabuena Daniel y Rafa.Os invito a leer nuestro documento

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  3. Teresa Eyaralar

    Este es el enlace Rafa .Gracias por tu interés

    http://blog-reap.blogspot.com/2020/09/mejoras-en-la-receta-electronica.html

    Este documento se envió a los responsables de ereceta Asturias, administración sanitaria y Colegio Farmacéuticos.Algun cambio se hizo pero no han servido para resolver los problemas de comunicación.,no perdemos la esperanza, por eso es tan necesario publicar y difundir de forma conjunta médicos/farmacéuticos/enfermeras porque el beneficio es para todos y no solo para facilitar el trabajo de dispensación del farmacéutico

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  4. RafaBravo

    Comentario de Ángel Ruiz Téllez
    Estimados José Daniel y Rafa, en la vida, pura 2a Ley de la Termodinámica, existe la máxima de que si
    algo puede salir mal, saldrá mal. Es decir, si algo puede corromperse se corromperá. Precisamente las
    organizaciones, como entes vivos que son no se libran de la infección, el agotamiento y la
    descomposición. Las intenciones del escrito, sin duda parten de un espíritu constructivo, pero obvian la
    mayor, la tendencia y el ecosistema. Las organizaciones, como las personas, han de protegerse del uso
    indebido, pues éste, si puede, se dará, como estamos hartos de ver en la política, las instituciones, las
    corporaciones. Un proyecto para que concluya con éxito, es decir, que solo aporte ganancias, ha de
    pasar antes por lo que en gestión se llama el «árbol de realidad futura», o dicho en castizo, ¿Qué pasaría
    si lo pusiéramos en marcha? Se ha satanizado extraordinariamente al médico en su relación con las
    ventajas económicas de favorecer una u otra prescripción de un laboratorio X. Le llamamos conflicto de
    intereses, digamos, circunstancial. El Farmacéutico de oficina de farmacia es un conflicto de intereses,
    digamos esencial, pues le va el dividendo en cada una de las transacciones que realiza con un paciente.
    No no alguna. En todas. Eso lo convierte al farmacéutico de oficina de farmacia, no de área, a la hora de
    aconsejar, de orientar, en un ente siempre bajo sospecha, por bienintencionado que sea. ¿No sería más
    lógico e interesante que esas revisiones, reajustes, adecuaciones de medicación las hiciera la
    enfermera del paciente? Si algo es intrínseco de la tarea enfermera es el cuidado y el control de la
    medicación. Sería más limpio y animaría a multiplicar por dos el volumen de enfermeras del Sistema.
    Además del conflicto de intereses esencial comentado, hay otro factor que llama a la desconfianza. No
    existe ningún registro público de la prescripción farmacéutica, supuestamente inexistente. La
    dispensación de medicamentos, o sea la venta de medicamentos, sin implicación previa de un
    facultativo prescriptor, es muy elevada y de ella no existe en las CCAA, como ya existe de los médicos,
    el ranking de prescripción farmacéutica sin receta. He de recordar que el ibuprofeno puede matar,
    descompensar una Insuficiencia Cardiaca o Renal. El «petitorio» de producto de «libre dispensación»,
    eufemismo de la real prescripción farmacéutica, ha crecido sin parar tras y por cada medicamentazo. El
    maná para las oficinas de farmacia. Lo que ayer se exigía receta, hoy lo deja de financiar el SNS y
    desaparece de los listados informatizados de fármacos de las Has clínicas, con lo que dejan de ser
    prescritas, pero no vendidas.
    Sería un acto de buena voluntad, para esta colaboración que se reclama, un portal de transparencia en
    el que podamos ver y comprobar el «perfil de prescripción» de todo lo que se «dispensa», es decir, se
    prescribe en la farmacia, sin indicación médica. De mantenerse el actual oscurantismo, ¿Cómo confiar
    en que, una vez apareciera esa opción de intervención solicitada sobre la prescripción, no se
    corrompiese con la misma opacidad que hoy se oculta la otra realidad, vista la condición esencial de
    Conflicto de intereses?
    Un abrazo
    ART
    Ángel Ruiz Téllez

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    • José Daniel Carballeira Rodríguez

      Estimado Ángel, en mi opinión, el farmacéutico comunitario es el profesional sanitario mejor formado y situado para realizar esta función ya que tiene contacto directo con el paciente cuando recoge sus tratamientos en la farmacia, que es donde se detecta el problema. Introducir intermediarios en su comunicación con el médico sólo retrasa la resolución de las incidencias que se plantean.

      El modelo propuesto basado en la intervención profesional del farmacéutico, registro y notificación automática al médico, ya asegura la supervisión por parte del médico, además de hacer al sistema perfectamente auditable, ergo sería fácil identificar y sancionar un posible mal uso.

      Desde mi punto de vista, el impacto económico real de las situaciones comentadas tendería a cero y sin embargo la mejora en la asistencia que reciben los pacientes sería más que evidente.

      Por otro lado, no hace falta generar más gastos de personal al sistema de salud para hacer lo que se propone, simplemente hace falta dejar a la gente trabajar. Este razonamiento es importante, ya que también supone un conflicto de intereses esencial ¿Es justificable en este caso un gasto adicional al sistema público de salud cuando no es necesario? En mi opinión, no.

      Llevo años haciéndome preguntas sobre mi día a día en la farmacia: ¿Es razonable que el paciente tenga que volver a pedir cita con su médico, acudir al centro de salud o realizar gestiones telefónicas que pueden retrasar la resolución de un problema varios días, cuando la mayoría de las situaciones comentadas son de mero sentido común y se podrían solucionar in situ en la farmacia? ¿Es lógico que un paciente en Madrid tenga que volver al médico para cambiar de talla un absorbente de incontinencia cuando entre tallas no hay diferencia de PVP? ¿Es mejor sistema que se envíe al paciente a “que se lo adelanten” en la farmacia como se le sugiere ahora en muchas ocasiones?, personalmente creo que no, es más, aseguraría que el perjuicio que se hace a los pacientes es difícil de justificar.

      Con respecto a los medicamentos no sujetos a prescripción médica, es fácil habilitar el registro a través de e-receta de los medicamentos dispensados a un determinado paciente para que tenga conocimiento su médico de cabecera, lo mismo ocurriría con los tratamientos prescritos por médicos ajenos al sistema nacional de salud, ahora bien, aunque existiera esta opción desde la farmacia, el paciente debería estar de acuerdo y firmar un consentimiento informado de acuerdo con la LOPD. Ergo no se trata de un oscurantismo por parte de las farmacias, sino que se trata de datos privados de los pacientes, que en la legislación vigente tienen derecho como ciudadanos a utilizar este tipo de medicamentos con libertad sin estar obligados a notificarlo.

      Si hablamos de datos de ventas globales de medicamentos, ya sean de prescripción u OTC, hay consultoras como IQVIA o HMR que preparan informes periódicos sobre los mismos, a través de los datos aportados por una muestra representativa de farmacias y almacenes de distribución. Una opción para mejorar el control sobre este tema sería que los medicamentos no sujetos a prescripción médica estuvieran incluidos en el sistema español de verificación de medicamentos SEVeM y su dispensación quedara registrada en el sistema. Los farmacéuticos tampoco entendemos muy bien por qué no están incluidos.

      Volviendo a la condición esencial de conflicto de intereses; por poner un ejemplo reciente, las farmacias se han mantenido abiertas durante toda la pandemia dando servicio al público normalmente debido en parte a ese mismo conflicto de intereses que apuntas, por lo que presenta también beneficios evidentes a la hora de construir una atención sanitaria de calidad. Que se debe controlar el sistema para evitar la parte negativa que comentas, completamente de acuerdo, pero en realidad este sistema de intervención, registro y comunicación inmediata al médico está diseñado exactamente para eso.

      Un abrazo

      José Daniel Carballeira Rodríguez

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      • angelruiztellez

        Apreciado José Daniel, no me cabe duda que las farmacias son un servicio esencial, ni tampoco dudo que la valoración social es elevada por razón del servicio comercial que ofrece, de amplio espectro. Ni tampoco dudo de la buena voluntad de cualquiera de nosotros, ante los problemas de la gente. Pero te quiero contar una historia cuyos datos están el libro que publiqué «La Sanidad Eludida». Un product manager de una conocida firma farmacéutica, en relación a un medicamento para «suavizar la garganta», un descongestivo faríngeo, que había salido del petitorio, por razón de uno de nuestros recetazos ministeriales, sugirió a sus jefes el aumentar 1 € el precio. Todos los otros descongestivos faríngeos de la competencia, como el suyo, también fuera del petitorio, se movían en precios de alrededor de 2€, como el susodicho. Los jefes se echaron las manos a la cabeza. ¡Qué riesgo!, perderían la mínima ventaja comercial que presentaban si encarecían el precio tanto. El Product Manager insistió, con argumentos ¿de peso? La cuestión es que la firma acepto la apuesta, pero con solo una subida de 0,50 céntimos de euro. A los 6 meses habían ganado millones extra. Lo subieron 1 € y aumentó la ganancia. Todo esto se hizo sin márketin, sin campaña publicitaria, sin visitadores médicos y sin información a las oficinas de farmacia. Se hizo, simplemente, «usando» las «cualidades» del «sistema», usando lo que en organización se llama «Entorno Relación-Incentivo». Creo que conocerás la respuesta. El paisano, el paciente, no tolera los incrementos de precio, pero, dentro de un límite. El Product Manager se apoyó en sus años de patear farmacias y consultas. ¡Más sabe el diablo por viejo que por diablo! Razonó así: el paisano se irrita si ha de cambiar de billete. Si, habitualmente, entregaba un billete de 5 euros y, ahora, ve que le piden que saque el de 10€, recela, se irrita, protesta y, airado, busca la solución que le permita volver a sacar el billete de 5€. Pero si sacando el billete de 5€ le devuelven unas monedas más o menos, no se da por aludido; por tanto, la clave fue no superar los 5 € y se apoyó en una de las condiciones esenciales de toda empresa que se precie, incluidas las oficinas de farmacia, que no es otra que lograr el máximo beneficio. ¿Qué pasó? que el «sistema» funcionó. El farmacéutico y/o el auxiliar de oficina de farmacia cuando el paciente solicitaba un descongestivo faríngeo, la «inercia», tendencia o condición elemental de un comercio fue entregarle aquel producto, el susodicho descongestivo faríngeo, que reportara el mayor beneficio, si el paciente no percibía el hecho diferencial. Millones.
        Por supuesto que no dudo de la buena voluntad de nadie, pero el Sistema se mueve en un «Entorno Relación-Incentivo» que es imperativo y no va a cambiar su poder de modulación del comportamiento, si, llegado el caso, hay que mantener a flote el negocio.
        No considero demonios a los farmacéuticos de oficina de farmacia. Son personas normales que reaccionan normalmente en razón del «Entorno Relación-Incentivo» en el que se mueven. De ahí mis comentarios iniciales.
        Veámonos a los médicos. Ahora protestones y hastiados por tanta ocupación en tareas «innobles» como las tareas administrativas alrededor de la receta, del control de la renovación de medicaciones y demás.
        ¿No nos gusta porque es innoble? No. No nos gusta por el «Entorno Relación-Incentivo» actual.
        ¿Qué crees que pasaría si cambiase el modelo, como el francés, de pago por acto? ¿Algún médico protestaría por la renovación de recetas? Ni uno. Se lo consideraría el «maná» y nadie se quejaría ni solicitaría ayuda.
        Disculpa la extensión, pero creo que le problema es sistémico y por valiosas que sean las aportaciones individuales, el «Entrono Relación-Incentivo», mientras no se modifique, será el que imprima carácter.
        Un fuerte abrazo
        ART

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    • RafaBravo

      Estimado Angel,
      Gracias por tu comentario.
      Si te has fijado. la principal reivindicación del artículo es el establecimiento de una canal de comunicación bidireccional entre prescriptores (según ley médicos, odontólogos, podólogos y enfermeras) y farmacéuticos, dentro del sistema de receta electrónica. Este canal se establece entre los actores principales “en contacto” con el medicamento y el paciente. Un canal que ya está establecido con lo que su costo en personal e infraestructura seria 0. Solo hay que ponerlo en marcha. Si embargo se están impulsando otras alternativas, que a nuestro parecer, solo entorpecerían la fluidez y eficacia de este canal.
      Al contrario que lo que sugieres, las enfermeras parece que se ven más como prescriptores que como “revisoras y adecuadoras” del tratamiento de otros y esto, sí que se ha probado sin necesidad de hacer o pensar pruebas a futuro.
      Hay más propuestas en la entrada y en ellas no veo por mucho que rebusco situaciones donde el conflicto de interés pueda aparecer. Otro tema es el de la dispensación de productos sin receta y publicitarios que no aparece en el texto, salvo como una propuesta de información al prescriptor, junto a otros datos que se recogen habitualmente en la farmacia y que acaban en el limbo de los justos, sin un verdadero aprovechamiento
      Siempre he estado de acuerdo en la máxima que me enseñaste: el que prescribe no puede vender, ni el que vende puede prescribir (medicamentos) pero en este caso, creo que estas viendo peligros y conflictos, donde solo hay verdadero espíritu de colaboración y cooperación , eso sí eficaz y sin intermediarios.
      Rafael Bravo

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      • angelruiztellez

        Querido Rafa, el problema que declaráis plantea una gravedad esencial, más allá de las mejoras operativas de funcionalidad de un sistema lleno de escollo. No me centro en el rol colaborativo o no de los farmacéuticos de oficina de farmacia, que de darse y no he de dudar que se den, solo pueden ser bienvenidos.
        El problema de la creación de una nueva unidad más, parásita del centro de atención, para tramitar todo este conjunto de problemas, que en primera instancia podría ser considerado como una ayuda, es, por enésima vez, otra sangría esencial de la atención primaria consolidada en el centro de salud, sea propiciada activamente por la dirección y pasivamente por la profesión.
        En cualquier caso, es una detracción más de presupuestos para la necesidad, ya imperativa, de los incrementos inaplazables de dotación de personal para-médico, en este orden, administrativos, auxiliares de clinica y enfermeras, que es lo que la catástrofe del Covid-19 ha puesto en evidencia.
        Esto que se crea es otra nueva unidad que substrae funciones del centro de salud y complica la vida a los pacientes y sobre todo a los profesionales. No es diferente de la Atención Domiciliaria por empresas paralelas, los paliativos por unidad del hospital, la hospitalización domiciliaria, …
        En vez de construir el modelo del 24 x 7 x 52, es decir, los recursos necesarios para que el centro le ofrezca a su paciente, todo el servicio y atención las 24 horas, los 7 días de la semana y las 52 semanas del año, vamos en sentido contrario, cercenando fuerza, servicios y presupuestos.
        Es un error flagrante y estúpido, no como insulto, sino como descripción: Aquel que provoca perjuicios a uno mismo, el Sistema y a los demás, los pacientes.
        Un fuerte abrazo
        ART

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  5. Teresa

    Interesante debate. Quiero matizar que la comunicación por ereceta queda registrada y eso es una garantía para todos por lo que animo a utilizarla. Con la idea de organizarlas la Fundación Ph Care crea una clasificación codificada en la que participamos farmacéuticos de farmacia comunitaria y médicos de AP, destacando Raimundo Pastor, Flor Álvarez de Toledo y Ana Dago entre otros.Angel tenemos un problema de comunicación que afecta a la seguridad de los pacientes y me gusta que se hagan propuestas en esta línea .A mi no me gustan los profesionales sanitarios sin ética y especialmente de mi ámbito.hay grandes profesionales en la farmacia comunitaria, conocidos y valorados por su comunidad en pueblos pequeños y grandes ciudades que están deseando herramientas ágiles, seguras y trasparentes.Un cordial saludo. Teresa Eyaralar.REAP.Farmaceutca jubilada de Carbayin Alto

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    • angelruiztellez

      Y es encomiable, Teresa, pero lo cortés no quita lo valiente.
      Me sitúo en los médicos para que veas el parangón. Es evidente que hay médicos entregados, pero en el conjunto del Sistema nos movemos por regla de cuartos. Un cuarto es excelente, hace más Actividad por menos Coste. Otro cuarto hace más por más. Otro cuarto hace menos por menos y otro cuarto hace menos por más. Las diferencias medias del primer cuarto con el resto del colectivo en efectividad-coste es del 300% (no me he equivocado en ningún cero). Las diferencias entre extremos son del 800%. En otras palabras, el «Sistema» se mueve bajo una inexorable regla de Inequidad. Regla, no excepción.
      No podemos basar al Sistema en el esfuerzo del 25% de excelentes, que para desgracia y por lógica son invisibles para el sistema y que, seguro, se asimilarían a ese conjunto de profesionales de farmacia excelentes que comentas.
      Sin embargo, el «Sistema» genera más mediocridad o desinterés que equidad y excelencia. Es decir, también los profesionales como el resto de humanos somos más reactivos que esenciales. Funcionan a la perfección el «Dime como me pagas y te diré como me comporto» moderna traducción del viejo refrán del «donde fueres haz lo que vieres».
      A eso es a lo que me he referido en los comentarios anteriores.
      El modelo basado en el heroísmo es más épico y emocional, pero poco realista. El Entorno Relación-Incentivo o Modelo Relacional definido siempre gana, en medicina de familia y en oficinas de farmacia, por lo que hay que modificarlo, comenzando por reconocerlo.
      Lo que necesita la profesión y la población, es decir, el sistema, es adecuar el modelo para que el 80% de los profesionales, médicos o farmacéuticos, en su comportamiento reactivo, sea más positivo que negativo, como ahora.
      Ya tenemos suficiente información para asegurar que cuantos menos pacientes se tengan por médico es peor, paradójicamente, para la equidad, accesibilidad, la equidad, la efectividad , la eficiencia y la Demanda. Es mucho mejor para la profesión y la salud de la población cupos > 2.000 habitantes. Los cupos <1.300 son tremendamente negativos en todo lo comentado.
      Pero es "Sistema" gana y los médicos de familia no hacen más que reivindicar ¡menos pacientes! Si los Médicos cobran "sueldo", es decir, cobran "por estar", independientemente, su sueldo, del nº de pacientes que tengan adscritos, no quieren, no querrán pacientes. ¡Cuantos menos mejor!, pensarán y piensan. Con 600, como vemos, no dan abasto con una demanda desbocada.
      Una medida política y estratégica es pagar al médico de 3-5€ por paciente y mes. ¿Quién tendría menos de 2.000 pacientes, lo que redundaría en beneficio general?
      La Oficina de Farmacia, también precisa de su "aggiornamento" particular.

      Un cordial saludo.
      ART
      Ángel Ruiz Téllez

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  6. José Daniel Carballeira Rodríguez

    En la mayoría de las farmacias el incentivo más importante es que la gente vuelva. Si se le trata mal o se le engaña, no vuelve. Ese es el incentivo real.

    Hay multitud de situaciones con incentivo económico negativo en las que el farmacéutico deriva al médico, recomienda medidas no farmacológicas o utilizar medicamentos para síntomas menores que el paciente ya tiene en casa, etc. En todas esas ocasiones no tiene ningún incentivo más allá de cumplir con su función y que el paciente se sienta bien tratado. Estas situaciones ocurren a diario.

    Por otro lado, conviene conocer la realidad de las farmacias, más allá de los tópicos sobre las farmacias. La mayoría de los ingresos de las farmacias vienen del SNS. De hecho hablamos de un 70%-30%, que en farmacias «normales» suele ser más cercano al 80-20 o incluso menos. En ese 20% entran medicamentos sin receta y todos los productos de parafarmacia: complementos alimenticios, fitoterapia, cosmética, higiene, etc. Económicamente hablando, el impacto de los medicamentos sin receta es poco representativo para la mayoría de las farmacias, pero es lógico que las farmacias tengan en stock las marcas más conocidas entre la población.

    Si una marca de un medicamento que no necesita receta sube su precio considerablemente, lo hace porque se trata de una marca asentada y con mucha publicidad detrás y el laboratorio sabe que va a seguir vendiendo lo mismo, para nada lo hace pensando en las farmacias, que habitualmente son las que reciben críticas por ello.

    Normalmente las condiciones de compra de este tipo de productos no son nada beneficiosas para las farmacias. Es necesario comprar grandes cantidades para obtener mínimos incentivos y no todas las farmacias pueden asegurar ese nivel de rotación. En caso de someterse a las condiciones comerciales la farmacia corre el riesgo de terminar asumiendo caducidades y pérdidas. La mayoría de las farmacias compran estos productos de uno en uno a las cooperativas. El impacto real de esos cambios de precios en la mayoría de las farmacias es mínimo, no así para los laboratorios, obviamente.

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