La cantinela
Hace tres años escribíamos un post donde se describía como una estúpida y burócrata manera de organizar el sistema de prestaciones de la incapacidad temporal en procesos de corta duración, y la estulticia de las empresas, hacen que los trabajadores por cuenta ajena necesiten un papelito (justificante o baja) para certificar que están enfermos y por tanto imposibilitados para trabajar.
Comentábamos ademas el caso de la comunidad de Madrid, donde una inspección medica especialmente picajosa, obligaba que esa certificación solo se pudiera realizar en presencia del paciente y con fecha del mismo día que se emitiera. Es decir según estos probos funcionarios/as más tontos de lo habitual, no se pueden dar bajas con efecto retroactivo, ni estando el paciente ausente.
La tontuna no podía ser más grande e introducía a médicos, pacientes e inspectores en un bucle normativo esquizofrenico que de completarse provocaría muchos inconvenientes a los pacientes (enfermos no lo olvidemos) y sobrecargas injustificadas a la asistencia primaria y a servicios de urgencia. Afortunadamente la mayoría de los médicos tenemos sentido practico, trampeamos esta estulticia inspeccional y la cosa va tirando sin mas contratiempos.
Pero de vez en cuando surgen problemas y denuncias en la incapacidad temporal. El medico que no ha seguido al pie de la letra las estúpidas normas se ve involucrado sin comerlo ni beberlo. Unas funcionarias inmisericordes y altaneras le hacen sentirse como presunto culpable de casos en los que no es sino victima, cargando con una culpa y haciéndole pasar un mal rato con amenazas y chantajes emocionales.
Dedicado a mi compañera: recuerda que nadie merece un castigo por no cumplir normas injustas e inútiles.
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