hay que ser gilipollas
Si, hay que ser gili para escribir esto y no caersele a uno la cara de vergüenza. La misma duda: ¿hay para tanto? es ya insultante, pero es que ademas se dice:
Y más cuando sabemos que las causas de las agresiones suelen ser largas esperas sin información, trámites de bajas laborales, discrepancias sobre la necesidad de un ingreso o una medicación, o la angustia vital cuando una persona piensa que la no atención en el momento está poniendo en riesgo la vida de su familiar.
No solo se permiten pontificar desde la barrera, sino que ademas ni siquiera aprenden donde trabajan. Convendría que alguien les diera un repaso sobre el concepto de causalidad.
Primum non nocere 2025 
Pues como lector y paciente (independientemente de que trabajo donde escribe March su artículo) estoy totalmente de acuerdo. Hay agresividad en muchos casos porque la gente está nerviosa, y muchas veces está nerviosa porque nadie se toma un minuto para darles información. Seguro que no todas las agresiones caen en esa categoría y seguro que por muy bien que se hagan las cosas sigue siendo necesario contar con buenas medidas de seguridad -siempre habrá algún desequilibrado- pero mucha tensión podría rebajarse desde el propio sistema. Siento en tu artículo la misma poca autocrítica que hace que algunos de vuestro gremio, a veces, traten a la gente como ganado. Y luego se sorprenden de las coces.
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Es que es muy frecuente confundir las causas con las circunstancias.
De todas maneras deberia ser motivo de una atenta reflexion, la circunstancia de que quienes se dedican a las dos labores mas nobles y trascendetales, sean atacados y hasta asesinados por los ciudadanos. El sector de la sanidad y el de la enseñanza. Medicos y maestros son objeto de violencias.
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He leído el artículo de DM y desde luego creo que se han lucido.
Sí hay para tanto, señores de DM.
Vivimos en una sociedad extraña, donde las exigencias del «usuario» (antes paciente) llegan a extremos totalmente imposibles de satisfacer por la misma naturaleza del problema por el que demandan asistencia. Se asocian «motivo de consulta banal» con «insatisfacción crónica».
No estaría de más que estos periodistas rectificaran, aunque supongo que va a ser que no.
Un saludo.
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Tras leer el «artículo» lo he posteado en mi blog, luego he leído éste blog y, la verdad, no puedo estar más de acuerdo. No existe ninguna justificación para la violencia, ni contra el personal sanitario ni contra nadie. ¿Nos parecería normal que, como el banco no me concede la hipoteca, le pego una paliza al de la sucursal (que qué culpa tendrá el pobre…)? ¿O que, como el vecino tiene la tele muy alta, voy y le abro la cabeza (que llevo todo el díaa aguantando su sordera!!)? ¿O que, como el fontanero tarda 2 días en arreglarme el agua caliente, le meto dos yoyas y tan a gusto (no voy a esperar YO tanto por el fontanero)?
Pues eso, para el Sr. Alain Ochoa y los que piensen como él; más respeto, póngase en la piel del personal sanitario, que no tiene la culpa de las listas de espera ni de la masificación de los servicios sanitarios y ahce su trabajo lo mejor que puede. No hay justificación para la violencia. No la hay. Ninguna.
Y a los autores de este panfleto, recomendarles una ración abundante de realidad; sí, las agresiones existen; sí, pasan todos los días; y no, no hay ninguna justificación para la vioencia, insisto. No la hay.
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Totalmente de acuerdo con Bublbul: creo que por intentar lograr la ‘autonomía’ del paciente, algunos lo han confundido con la ‘autoridad’ del paciente. Se deben templar las gaitas entre todos y evitar: los medios de TV con tertulias/coloquios de lo más agresivos, los políticos en parlamentos que parecen recreos de colegios de secundaria, los periodistas dando pábulo a éstas y otras ordinarieces (‘señoría que no tengo agua en el escaño’). ¿Cómo no va a llegar la gente ‘normal’ (o casi) exigiendo como energúmenos un servicio público, como si ellos fueran TODO el público? Debemos hacer entre todos ejercicios de higiene mental para facilitar la convivencia en nuestros entornos (familiar, laboral, amistoso,..)
Buen finde
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Una de las claves que ayudan a ubicar ese texto es que ninguno de los autores es currante de trinchera: son profesores de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
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El acceso ilimitado por cualquier motivo (banalidades asombrosas se plantean como consultas) y a cualquier hora, todo ello adobado por el costo cero en el momento de la prestación del servicio y la dichosa «demora cero» (es decir hay que ver al usuario, que no paciente, cuando quiera y como quiera) han generado unas consultas de Atención Primaria masificadas, no valorada por el usuario y en en las que no se quieren compartir decisiones por parte de muchos de estos usuarios , sino que simplemente nos plegemos a sus exigencias. Este coctel genera un trato prepotente, maleducado y agresivo por parte de algunos usuarios que con mucha frecuencia se traduce en amenazas y agresiones a los profesionales sanitarios.Veriamos que diria el señor periodista si solo una decima parte de las agresiones que los sanitarios tenemos que soportar , la sufrieran sus colegas.
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Gracias a Juan, Synaptica («mu» buena la pagina), Mariano, Bulbul (recomendable blog), hddbeta, Cristóbal y Alain por los comentarios al post, escrito en caliente con toda la intención
Cristóbal los autores del artículo no son periodistas, como señala synaptica son profesores y colegas -al menos uno- aunque con “compañeros” como estos…………… El que si es periodista es el Sr Alain Ochoa que sigue por la misma línea de justificación de la violencia y achacándonos a nosotros las culpas. Últimamente me estoy echando muchos amigos (incluso anónimos) en Diario Médico y es una pena porque me gusta leerlo, y tiene gente de mucha valía tanto personal como profesional, pero parece que lo de la ética periodística no es lo fuerte de ese Diario
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Sr. Joan Carles March :
«La violencia no es justificable»
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Vivimos en una sociedad violenta, muy violenta, sino ¿porque tiene tanos comentarios este post que utiliza en su titulo la violencia, violencia verbal pero violencia. Justificar la violencia no es nada nuevo, incluso la violencia contra los medicos… Y esto en el libro mas leido, mas impreso y recomendado hasta en la escuela primaria. ¿Es toda la culpa de la television, los politicos y la prensa actuales?
A lo que respondió Sancho, todo encendido en cólera:
—Pues, señor doctor Pedro Recio de mal Agüero, natural de Tirteafuera, lugar que está a la derecha mano como vamos de Caracuel a Almodóvar del Campo, graduado en Osuna, quíteseme luego delante; si no, voto al sol que
tome un garrote y que a garrotazos, comenzando por él, no me ha de quedar médico en toda la ínsula, a lo menos de aquellos que yo entienda que son ignorantes; que a los médicos sabios, prudentes y discretos los pondré sobre mi cabeza y los honraré como a personas divinas. Y vuelvo a decir que se me vaya Pedro Recio de aquí; si no, tomaré esta silla donde estoy sentado y se la estrellaré en la cabeza, y pídanmelo en residencia; que yo me descargaré con decir que hice servicio a Dios en matar a un mal médico, verdugo de la republica. Y denme de comer o, si no, tómense su gobierno, que oficio que no da de comer a su dueño no vale dos habas.
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Así que los firmantes, excepto uno, son «colegas»…
No me había dado cuenta. Y eso empeora las cosas. Lamentable.
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Señores, creo que está claro que nada justifica la violencia, lo daba por asumido hasta el punto de no repetirlo en mi primer comentario. Entono el ‘mea culpa’ y, por si quedaba duda, lo reitero explícitamente: todos mis comentarios deben entenderse partiendo del hecho de que la violencia no es justificable. Por cierto, ni contra lo que se dedican a lo más noble, hddbeta, ni contra nadie.
No creo que el autor del artículo, el doctor March, pretendiera tampoco justificar la violencia ni mucho menos. Si leen el artículo entero, pienso que verán más bien una reflexión sobre cuánto hay de problema real y cuánto de creciente psicosis colectiva de la que, lógicamente, conviene huir.
A Cristóbal Buñuel y Rafael, entre otros autores que han tenido a bien contribuir, sólo quiero recordarles que se trata de un artículo de OPINIÓN. Eso significa que no lo han escrito periodistas, sino firmas invitadas (en este caso profesores de la EASP). En estos casos, el medio -en esta ocasión, Diario Médico- no comparte necesariamente tal opinión, pero da plena libertad de expresión a quien escribe. Es lo que ha ocurrido aquí. El artículo puede gustar o no gustar, faltaría más, pero no es suceptible de ser juzgado como ejemplo de ética periodística buena o mala, o de trabajo periodístico bueno o malo, puesto que no es una noticia o un reportaje.
Me alegro de que el tema genere debate y opiniones en contra, eso siempre resulta enriquecedor. También me alegro de que me lleven la contraria a mí personalmente, porque igualmente me hace reparar en nuevas perspectivas y nuevos puntos de vista. Pero no confundan eso con la línea editorial oficial de Diario Médico, en cuyo nombre tampoco puedo hablar.
Como les digo, me hacen darme cuenta de que debí ser más firme en condenar explícitamente toda violencia contra todo colectivo y por supuesto contra el de los profesionales sanitarios.
Sigo opinando, eso sí, lo mismo en cuanto a un detalle: no aprecio en ustedes casi nada de autocrítica. Para ciertos grupos de médicos, la culpa es siempre de los demás y parece que el usuario es el enemigo. ¿No hay nada en el sistema, en la burocracia, en ustedes mismos, que pudiera mejorarse para evitar parte de esa tensión que se vive a veces en los servicios?
Espero leer sus comentarios cuando nos habiliten la posibilidad de incluirlos en las propias páginas de los artículos de opinión.
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Por supuesto que no creo que la violencia sea legitima dependiendo de la dignidad, cargo o nobleza de la victima. Por eso ponia el ejemplo de Sancho Panza.
No entiendo su posicion, empieza diciendo que no justifica la violencia para terminar preguntando ¿No hay nada en el sistema, en la burocracia, en ustedes mismos, que pudiera mejorarse para evitar parte de esa tensión que se vive a veces en los servicios?
Asi que o se ha explicado mal o realmente piensa que la causa de la tension es del sistema, la burocracia y los medicos. ¿Tension que provoca actitudes violentas?. Esto podria dar lugar a un analisis erroneo del problema, aquel que termina culpando a las victimas de la violencia que ejercen sobre ellas.
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Mi análisis es sencillo aunque no he conseguido exponerlo con claridad. Creo que hay violencia porque 1) hay tensión y 2) cierta gente impresentable lleva esa tensión al terreno físico y agrede. Eso es inaceptable. Creo que es fundamental aumentar la seguridad, por supuesto. Ante casos extremos como el reciente asesinato de Moratalla es lo único que puede funcionar.
Nadie culpa a los médicos de que algunos pacientes se extralimiten. Sólo faltaba.
Pero se puede hacer más, antes, después o a la vez. La cantidad de episodios violentos (sobre todo verbales) podría disminuir si se redujese esa tensión. Tensión que NO justifica la violencia pero que la alimenta.
Y por eso creo que hay que preguntarse qué podemos hacer los que trabajamos en el sector. Los periodistas, no lo dudo, tenemos nuestra parte de culpa. Ustedes saben, por ejemplo, que cuando se cubren historias de suicidios de forma sensacionalista se aumentan los suicidios. Un caso claro en que la prensa ha/hemos metido la pata cientos de veces. Todos debemos mejorar y por eso ser autocrítico y buscar áreas de mejora me parece saludable. Es lo único que pretendo decir.
Por favor, insisto en que no quiero haber dado la equivocada impresión de estar justificando ninguna forma de violencia.
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Pues lo que es más vergonzoso aún es el slogan que reza en la web de la Asociación de Defensa al Paciente:
«Por favor ¡NUNCA! utilices la violencia contra médicos, enfermeros o personal sanitario. No les facilites la excusa para hacerse las víctimas. Utiliza el papel y el lápiz, ..etc».
..o sea..el objetivo de que se abstengan de agredirnos es ¿PARA QUE NO PODAMOS HACERNOS LAS VÍCTIMAS? ¿no es porque la violencia sea inaceptable en cualquiera de sus formas y atente contra los derechos más básicos de cualquier persona? Slogan sencillamente asqueroso, incívico, carente de clase alguna y por supuesto inadmisible contra el que debieran tomar medidas todos los Colegios de Médicos de España, además de otras muchas instituciones.
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Me preocupa el tono del debate de este tema donde parece que no haya puntos de encuentro fáciles.
No es un buen inicio el título, Rafael.
Me hubiera gustado más: parece que no saben qué pasa sin necesidad de poner «gili».
Una vez dicho esto, pongo mi humilde opinión pero con 30 años en primaria como mérito.
NADA NI NINGUNA SITUACIÓN JUSTIFICA LA VIOLENCIA. POR MUY GRAVE QUE SEA LA SITUACIÓN.
Pero la sensación que dan algunos mensajes es que una gran parte de nuestros pacientes son agresivos y no es verdad.
Pero uno solo es suficiente para que intentemos mejorarlo.
Pero la responsabilidad de la violencia es del violento. Los atenuantes, en un juicio, se llaman atenuantes pero no anulan el delito.
Debemos aliarnos con la mayoría de pacientes porque el problema de la violencia no es sólo en los centros de salud.
Un factor que alguien ha comentado es que estamos en una sociedad (antes de la crisis) donde todo parece fácil y rápido de conseguir (incluso la salud).
Por ello es cierto que nosotros debemos mejorar nuestras habilidades y nuestras organizaciones pero también el resto de la sociedad debe hacer sus deberes.
Y, entre todos, debemos aislar y repudiar la violencia, la «menor» y la mayor.
Y explicar a todo el mundo que también somos humanos y, algun día no estaremos tan empáticos como otro y esto no justifica más que un comentario pero nunca agresividad.
Y tratémonos con delicadeza entre nosotros.
Porque los hábitos no hacen el monje pero el trato amable mejora nuestra calidad de vida.
Y sintámonos orgullosos de trabajar para las personas, aunque algunos, pocos, muy pocos, no lo parezcan.
Pero en mi trabajo he reconocido detenidos (delicuentes confesos) y debo hacerlo aunque según el delito se me remuevan las tripas. Atendemos a personas que maltratan a su pareja, pese a ello.
En fin, espero que se me entienda.
Para acabar, hagamos un recuento de las personas que hemos atendido en un día y veamos el número de personas normales que hemos tenido. Por suerte son la gran mayoría.
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¿ por qué Hay que ser gilipollas?
Uf me temía que nadie preguntara o se quejara del porque del título. Pues bien sin ningún ánimo de insultar a nadie en concreto, es la mejor expresión que se me ocurre para calificar esa actitud demasiado generalizada que trata de justificar o minimizar las conductas más aberrantes cargando parte de la culpa a las víctimas. A raíz de la muerte de nuestra compañera se pudo leer en foros y noticias a muchos majaderos con argumentos de este tipo. Sin embargo es especialmente sangrante que lo interioricen compañeros nuestros desde sus académicas poltronas, y que un periódico profesional, con redactor apasionado incluido, den pábulo a estas explicaciones. Se dan como causas a explicaciones que son fruto de la especulación y que distan mucho de estar probadas. Cargar la culpa de la violencia en conductas de los profesionales y en su trabajo diario, aparte de ser mentira, es muy peligroso y las consecuencias de esta irresponsable actitud la pagan los que día a día tienen que sacar la asistencia sanitaria adelante.
Si, lo siento para mi siempre será un gilipollas, el que dice cosas como “es que van provocando con la falda tan corta”, “se merece que la peguen” “algo habrá hecho” “si lo han matado será por algo” y ahora «sólo hacéis caso con una pistola en la cabeza»
Son gilipollas los que lo dicen, lo que lo comparten y los que lo alientan aunque sea en forma de pseudosesuda y autorizada opinión publicada en un periódico
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Hola Rafa: soy el «gilipollas» que escribí el artículo «¿hay para tanto?» y luego otro diciendo «hay para más». Escribo ahora y no antes porque entrar en el fregado no me pareció lo más adecuado en ese momento, aunque he contestado personalmente a gente que me ha dicho que no le gustó el contenido del artículo. Si nos explicamos mal lo siento. NO justifico nunca la violencia y no sólo eso, sino que trabajo y milito con ello para que no exista. He trabajado diariamente con profesionales haciendo talleres para minimizar la violencia y las agresiones en las consultas, mejorando sus habilidades (creo que algunos profesionales necesitan mejorarlas, sino que habla de la necesidad de prevenir mejor que curar). Más te diría ante los comentarios sobre «no son de trinchera», te contaría que tengo mi experiencia con pacientes heroinómanos «difíciles» y llevo bastantes años trabajando con ellos. Por último el titular era un titular provocador (a lo mejor no era el más adecuado) y además quería reflejar hasta que punto ver tantas escenas en las series de la tele era bueno o malo. También pienso que algunas de las situaciones violentas viene dadas por temas organizativos. De todas formas, reconozco vuestro esfuerzo diario, el trabajo en condiciones difíciles, el apechugar con alguna gente de «echar de comer a parte» y también creo en la discrepancia, en las ideas diferentes, en el debate, en el diálogo, en el consenso. Muchas gracias y lo siento si herimos a alguien que sin duda debe merecer y merece todos nuestros respetos. Joan Carles March
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