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corazon partio

El año pasado se público como uno de los principales problemas éticos (a menudo sin reconocer) que se planteaba en las consultas del médico de cabecera es el de la relación entre la atención primaria y la especializada y, en concreto, los inconvenientes de las listas de espera.

Los médicos de cabecera somos sufridores secundarios de la listas de espera, sin lugar a duda el principal es el paciente. Ante esta situación tenemos muy poca capacidad de respuesta: parches en forma de tratamiento sintomático, dar ánimos, apoyo y, sobre todo, escuchar resignadamente al paciente que se desahoga con nosotros como cara visible ( para él ) que somos del sistema sanitario que le está haciendo esperar, poco más podemos hacer.

Algo así les debe estar pasando a los médicos de familia del  SESCAM que ven como aumenta la lista de espera para ser operado «de corazón» en esa comunidad muy por encima de los limites recomendados. No son unos juanetes, estamos hablando de enfermos graves asiduos clientes, aunque solo sea por recetas, de las consultas de los centros de salud y que seguro que trasmiten a sus médicos su preocupación.

La situación «tendría un pase», si fuera por déficit de infraestructuras o de medios, pero es menos compresible cuando se entera uno que está originada en un conflicto profesional tolerado, en el mejor de los casos, o alimentado en el peor de ellos, por los directivos del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Estos personajes incapaces de digerir la obligatoria readmisión por vía judicial de un jefe de servicio han optado por el camino de la prepotencia y la venganza, aunque para ello tengan que obviar la seguridad de los pacientes.

¡Dios mío en qué manos estamos!