Conciliación: Patrocinio y su nuevo médico (2)

Extraído del capitulo de libro: Bravo R, Caballero N. Conciliación de la medicación en el paciente polimedicado. En Curso Polimedicación y Salud. Estrategias para el abordaje integral de los pacientes polimedicados. Laboratorio de Prácticas Innovadoras en Polimedicación y Salud. Disponible: http://www.polimedicado.org/ y aquí

Un proceso adecuado de conciliación de la medicación hubiera evitado problemas a nuestra paciente. La responsabilidad de lo ocurrido probablemente tenga que repartirse entre:

  • Los médicos de los distintos niveles sanitarios que a menudo no dedicamos el tiempo necesario para realizar una correcta historia farmacoterapéutica. Por no disponer de tiempo, por movernos en la cultura de la individualidad, medicalizando a los pacientes en cascada, en lugar de remar en la misma dirección por el interés común de la paciente.
  • La organización del sistema sanitario, que fragmenta la prescripción, obliga a adaptarla a las opciones de cada centro sanitario, y no favorece la comunicación fluida entre niveles asistenciales.Hand Washing_gel_FINAL
  • Esta misma organización que no considera la conciliación como un acto sanitario en el marco de la seguridad del paciente, no favorece su implementación ni distribuye recursos para que se realice al menos en su formulación básica.
  • El carecer de registros únicos o tecnologías de información necesarias dificulta la comunicación y por tanto la atención correcta en las transiciones asistenciales. Incluso con medidas previas mucho más sencillas, como la adecuación de los informes de alta y su obligatoriedad, se evitarían muchos errores de medicación.
  • La deficiente gestión del tiempo en el principal responsable sanitario del enfermo, el médico de familia, que le obliga a dedicar mucho tiempo a tareas burocráticas innecesarias e impide contemplar la conciliación como un acto necesario y propio de su nivel asistencial.
  • La incapacidad de las organizaciones sanitarias para reclutar otros profesionales, propios o ajenos, como enfermeras y farmacéuticos, para estos procesos, donde tienen un indudable papel que jugar.
  • La organización administrativa, que para facilitar, de forma presunta, los trámites y libertad de elección, facilita el discurrir del paciente entre niveles asistenciales sin el adecuado conocimiento y control.Se realizan más preparativos y previsiones en la maleta del paciente que en la bolsa de su botiquín.

Un Comentario

  1. Pierre Arcelin (@2pi_rr)

    Delicioso caso que refleja el día a día de nuestro trabajo como médicos de Primaria. A veces, me da la sensación de clamo en el desierto pero me «alegro» de ver que no soy el único que piensa en lo dramático de esta situación y que empeora con el tiempo dado que, como bien dices, existen otras prioridades organizativas y de gestión del tiempo.

    La pregunta es ¿qué podemos hacer para cambiar esto? Unos pocos intentamos luchar contra molinos de viento de forma individual poniendo parches e intentando llegar a todo para solucionar esos problemas de seguridad del paciente; otros, la mayoría, nos observan con desdén y piensan que «somos tontos» y que «otro lo arreglará, no pierdas el tiempo», incluso se permiten mofarse del tiempo dedicado a cada paciente para poner en orden todo ese revuelto de medicación que toman.

    ¿De qué sirve recetar tanto si no se testea si el paciente comprende para qué es cada cosa, cómo se toma, qué efectos adversos debe vigilar; si ningún profesional sanitario, posteriormente, revisa si realmente toma lo que pensamos (y escribimos), en la dosis correcta y cuando le decimos; si nadie revisa, en el contexto de cada paciente, las interacciones de lo que toma, ajusta dosis a edad o insuficiencias varias…?

    El papel del farmacéutico/a también sería importante pues tras la ley que, teóricamente, nos obliga a recetar por Principio Activo, al no existir isoapariencia, a nuestros pacientes les pueden llegar a dar cada mes una caja diferente con pastillas diferentes del mismo medicamento y la gran mayoría no es consciente por lo que la duplicidad es un error a la orden del día.

    La Receta Electrónica tenía que traer orden pero es aún una herramienta rígida y poco práctica porque «nadie» se la lee ni la revisa apropiadamente.

    Con la Informática se podría hacer casi de todo pero siguen ahorrándose costes en programas obsoletos, poco amigables con el usuario (médico), excesivamente dirigidos al hiperregistro y al gasto cuando podría ser mucho más útil un sistema que nos recordara pautas posológicas erróneas, interacciones significativas o ajustes de dosis en caso de insuficiencia renal o edad avanzada…

    SI ALGUIEN CONOCE ALGÚN SISTEMA A NIVEL DE SU ÁREA DE INFLUENCIA QUE HAYA PERMITIDO MEJORAR TODO ELLO Y LA COMUNICACIÓN CON LAS ESPECIALIDADES HOSPITALARIAS, CONVENDRÍA PUBLICITARLO PARA REPRODUCIRLO POR TODO EL ESTADO.

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