Los ricos y la sanidad

Los ricos y la sanidad por Diego de Miranda

Construir o mantener un Estado de Derecho es una labor muy parecida a hacer encaje de bolillos. Sus artífices, cual encajeras, precisan unos conocimientos muy cualificados de la materia que tratan; pero fundamentalmente, necesitan que el sentido común guie sus constantes y laboriosos quehaceres. Si un hilo que la encajera hizo nacer en el primer alfiler se desliza hacia el grupo de los últimos, el encaje quedará desgraciado, salvo que llegue alguien muy experto y paciente capaz de deshacer lo hecho y rehacer el trabajo, lo cual es una perdida de tiempo , de dinero y de energía.

En el mundo legislativo ocurre otro tanto, si convertimos las tasas en contribuciones o las cuotas y cotizaciones en impuestos, llegará un día en que todo el sistema de las finanzas públicas habrá perdido la lógica, apartándose  con ello del sentido común. Cuando esto ocurra nuestra capacidad de crítica, de queja  o de reproche habrá desaparecido en tanto que habremos perdido la referencia, el valor entendido, la regla común de medir. Será la consagración de la arbitrariedad y todos quedaremos deslavazados e indefensos frente al Estado.

                En este contexto de degradación del Sentido Común, cabe enmarcar la política llevada a cabo por los últimos gobiernos sobre Seguridad Social y el actual debate sobre si los más ricos deben contribuir con mas caudal al sostenimiento de sistema sanitario. Seguir así ahondaría en la trasformación del inicial sistema de cotización por un sistema fiscal puro y ahora, según la propuesta, en un sistema  híbrido y coercitivo, desapareciendo el concepto de “seguro de enfermedad” y el de servicio público financiado con impuestos. Con las nuevas propuestas llegaríamos a que la gente con menos ingresos no pagaría y los que cuentan con más medios correrían con la financiación del sistema, provocando en los primeros – y muy posiblemente en el propio sistema- la sensación  de hallarse en un sistema muy similar al de la beneficencia pública. La sensación que tuviesen los contribuyentes activos tampoco sería muy favorecedora de un correcto entendimiento social.

                El sistema de seguridad social fue el fruto de una constatación: Una enfermedad grave arruina vida y haciendas; pero no todos caemos en ella. A partir de ahí un cálculo estadístico permitió crear un seguro mediante el cual todos pagamos una cuota pequeña para prevenir un riesgo grande. Esa es la base del Seguro de enfermedad: a igualdad de riesgos, igualdad de cuotas. La constatación de que determinadas profesiones aumentaban el riesgo hizo aparecer las mutualidades y la cotización adicional por enfermedades profesionales y accidentes de trabajo. Ello es una prueba de la ya secular creencia en que frente a la enfermedad todos debemos ser iguales. La diferencia de cotización en base a los ingresos por trabajo que hoy existe se debe a la diferencia en la cuantía de las pensiones de jubilación o invalidez, lo que  confirma la tesis igualitaria del sistema sanitario.

                Pues bien, pese a lo que dicta la costumbre y el sentido común, determinados políticos abogan ahora por que los más ricos paguen mas por la sanidad, llegando  alguno al sandio nivel de afirmar que Emilio Botín no debe pagar por las medicinas lo mismo que su pobre suegro. Lo anterior supone en ejercicio de demagogia que solo es barata en lo que no es paleta ¿Alguien ha visto a este banquero en un centro de salud? ¿Alguien le ha sorprendido con el carnet en la mano  pillando medicinas gratis en las farmacias de Torrelavega? La gente rica y honesta, paga la sanidad española con creces; en primer lugar cotiza mucho mas que los que tienen salarios bajos, en segundo lugar son bobos y no se aprovechan del sistema: Para enfermedades leves se van a las consultas y clínicas privadas , para enfermedades graves cogen el avión y se van a Houston incluso para arruinarse.

                La bobería de los ricos viene en que no han sido capaces de constatar el efecto que el glamour produce en el Sistema Nacional de Salud. Aparecer en un Hospital público con glamour de rico o de famoso es un pasaporte para el buen trato, desalojo de vecinos incomodos y trato exquisitamente personalizado. Esto ha ocurrido siempre, la enfermedad con fama es más llevadera. Se lo pueden preguntar a aquel cantante cuya costosa operación en América la financió el SAS o a aquel escritor, también andaluz, que recibió un cargo en el extranjero con la sola intención de que pudiese tratar su cáncer, cesando cuando curó. Menos mal que ambos eran socialistas

                Con estos antecedentes yo no apostaría por que ahora con el PP, los ricos corriesen con nuestro gasto sanitario. Estamos expuestos a que nos hagan creer que estamos en la beneficencia y tampoco podríamos evitar que cuando ellos estén en los hospitales nos recuerden de cama a cama que pobres somos y pobres nos moriríamos si no fuese por ellos. Yo creo que es mejor que los ricos-ricos, los famosos y los políticos se vayan a una Sanitas Súper- Guay y que dejen el Sistema Nacional de Salud a gente normal que pague impuestos y tasa normales, administradas por gerentes normales.

Diego de Miranda

  1. asociaciondiegodemiranda

    Chico, no se si la cosa dará morbo o lstima. Llegaremos a la Seguridad Social o a la farmacia y alli in situ con nuestro codigo de barras ya sabrán si somos ricos o pobres. Ande, ande, haga Vd el favor de pagar que ya sabemos que es Vd rico, nos dira la enfermera. O » vaya vaya, con lo rica que es Vd y como va de mal vestida, nos podrá decir la boticaria»
    Paco

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  2. Javier

    En Alemania existe un sistema mixto público y privado, de hecho varias opciones de sanidad pública entre las que elegir. La gente con ingresos altos puede optar por un seguro privado, no pagan dos veces. Con una calidad muy superior a la española y sin listas de espera de especialista.
    Igual va siendo hora de empezar a copiar al país que mejor está haciendo las cosas en Europa.

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  3. fernando olivero

    Antes de plantear publico vs privado, debemos saber hacia donde se orienta el paradigma, si es hacia la enfermedad, pues no se justifica un seguro nacional de salud, y en donde le derecho de compra a la cura se asigna a la prima pagada del seguro, y dejemosle a los ricos hacer negocios con la enfermedad, y que el estado abandone a las personas del pais a la suerte del mercado, ejemplo EEUU(jhon Q. Denzel Washington, 2002) o un paradigma en salud con enfoque de derecho, que requiere una ley de medicamentos genericos, medicamentos escenciales, y un sistema publico que trabaje desde la salud, por lo tanto a la industria no le conviene, y no es rentable desde el punto de vista economico… en fin lamentablemente no hay grises.

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