Campaña sobre campaña
Publicado previamente en Bravo Toledo R. Lo que las personas sienten es tan importante como lo que hacen. AMF 2025;21(1);59-60. DOI: 10.55783/AMF.210110 y aquí
Las campañas de diseases awareness (campañas de sensibilización o concienciación) sobre una enfermedad) han proliferado en las sociedades occidentales desde hace unos años. Con el noble objetivo de influir en el conocimiento público, ocultan en muchas ocasiones propósitos no tan generosos, relacionados con intereses espurios, más que con objetivos de salud. En muchos casos, la industria farmacéutica pretende sortear la imposibilidad de propaganda directa de sus productos con una «promoción» de la enfermedad que curan. Que una enfermedad sea conocida, cuando no lo es, que se promueva el uso de una determinada intervención sanitaria con resultados beneficiosos o que se aborde un uso eficiente de los recursos, es claramente positivo. De ello se benefician pacientes, profesionales, políticos y, por supuesto, la industria que proporciona el tratamiento y/o dispositivos necesarios para que ese problema se diagnostique o se cure.
Estas campañas, sobre el papel, están diseñadas para lanzar mensajes sanitarios a individuos y poblaciones a través de medios escritos y audiovisuales que puedan ser comprendidos por todos y promuevan la salud individual y pública. “Meses o días de…” Lazos de diversos colores, difusión en redes sociales o mediante “influencers” e incluso ridículas pelotitas amarillas, simulando moléculas de colesterol callejeando por nuestras ciudades, son la traducción al marketing de este objetivo de concienciación. Muchas de estas acciones están reconocidas y promovidas por instituciones gubernamentales, de salud pública y sociedades científicas, pero también muchas veces, con el respaldo económico de entidades y empresas privadas en una especie de colusión de intereses nada transparente y mucho menos inocente. Una carta científica que se publica en JAMA evalúa el 1 contenido y la financiación de los sitios web de campañas de concienciación sobre enfermedades realizadas o reconocidas oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Colaboración Cochrane y el Gobierno de EE. UU. Se evaluaron las afirmaciones sobre beneficios y perjuicios de las pruebas diagnósticas y tratamientos, así como información relacionada con conceptos como sobrediagnóstico y sobretratamiento. También se evaluaron las presencias de patrocinios comerciales, enlaces a sitios comerciales, logotipos o referencias al apoyo de empresas.
De un total de 107 campañas, los beneficios de las pruebas diagnósticas se mostraron en el 81% de los sitios web, mientras que la mención a los perjuicios de estas mismas pruebas solo se produjo en el 6%. Pocos sitios web cuantificaron los beneficios o los daños. En las tres cuartas partes de las campañas se encontraron indicios de participación comercial, pero sólo en el 37% aparecía claramente. Podríamos seguir dando datos, pero, en resumen, se podría decir que los sitios web de las campañas de concienciación sobre enfermedades a menudo fomentan las pruebas y los tratamientos, en lugar de limitarse a describirlos; destacan más los beneficios que los perjuicios y rara vez señalan problemas potenciales como el sobrediagnóstico o el sobretratamiento. En una alta proporción tienen patrocinio comercial, pero rara vez la relación aparece de forma explícita y clara.
Mientras que la promoción y publicidad de medicamentos está muy regulada, este tipo de campañas no lo está, y así es fácil que se conviertan en una alternativa para promocionar de manera subrepticia e indirecta tratamientos y dispositivos. Convierten así iniciativas informativas para mejorar la toma de decisiones de los consumidores, en un instrumento importante del marketing comercial.

