Demasiada sensibilización
Las campañas de diseases awareness o de sensibilización, o concienciación sobre una enfermedad, que han proliferado en los últimos años. Con el noble objetivo de influir en el conocimiento público, ocultan en muchas ocasiones propósitos no tan generosos, relacionados con intereses espurios, más que con objetivos de salud. Que una enfermedad sea conocida cuando no lo es, que se promueva el uso de una determinada intervención sanitaria con resultados probados o que se aborde un uso eficiente de los recursos, es claramente positivo. De ello se benefician pacientes, profesionales, políticos y por supuesto, la industria que proporciona el tratamiento y/o dispositivos necesarios para que ese problema se diagnostique o cure.
Estas campañas sobre el papel están diseñadas para lanzar importantes mensajes sanitarios a individuos y poblaciones a través de medios verbales, escritos y visuales que puedan ser comprendidos por todos, promueven, por tanto, la salud individual y pública. “Meses o días de…” , lazos de diversos colores, difusión en redes sociales o por “influencers” e incluso ridículas pelotitas amarillas, simulando moléculas de colesterol, callejeando por nuestras ciudades, son la traducción del marketing a este objetivo de concienciación.
Muchas de estas acciones están reconocidas y promovidas por instituciones gubernamentales, de salud pública y sociedades científicas. También muchas veces, con el respaldo económico de entidades y empresas privadas, en una especie de colusión de intereses nada transparente y mucho menos inocente. Una carta científica que se publica en JAMA evalúa el contenido y la financiación de los sitios web de campañas de concienciación sobre enfermedades realizadas o reconocidas oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Colaboración Cochrane y el Gobierno de EE. UU. Se evaluaron las afirmaciones sobre beneficios y perjuicios de pruebas diagnósticas y tratamientos, al igual que la información relacionada con los conceptos de sobrediagnóstico y sobretratamiento. También se evaluó la presencia de patrocinios comerciales, enlaces a sitios comerciales, logotipos de empresas o referencias al apoyo de empresas/socios.
De un total de 107 campañas, el 63% menciona los beneficios de las pruebas; se produjo en el 81% de los sitios web, mientras que la mención de los perjuicios de las pruebas se produjo en el 6% de los sitios web. Pocos sitios web cuantificaron los beneficios o los daños. En las tres cuartas partes de las campañas se encontraron indicios de participación comercial, pero sólo en el 37% aparecía claramente. En resumen, se podría decir que los sitios web de las campañas de concienciación sobre enfermedades a menudo fomentan las pruebas y los tratamientos en lugar de limitarse a describirlos, destacan más los beneficios que los perjuicios y rara vez señalaban problemas potenciales como el sobrediagnóstico o el sobretratamiento. En una alta proporción tienen patrocinio comercial, pero rara vez la relación aparece de forma explícita y clara.
Mientras que la promoción y publicidad de medicamentos está muy regulada, este tipo de campañas no lo está, se convierten así, en una buena alternativa para promocionar, de manera subrepticia e indirecta, tratamientos y dispositivos. Convierten campañas que pretenden informar al público para mejorar la toma de decisiones de los consumidores, en un instrumento importante del marketing comercial.
Referencia: Johansson M, Albarqouni L, O’Keeffe M, Jørgensen KJ, Woloshin S. Website Content and Funding of Officially Recognized Disease Awareness Campaigns. JAMA. 2024 ;332(7):589-592. doi: 10.1001/jama.2024.12267

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