oyeme tu que eres joven
Hubo un momento de mi vida doctor, confesaba el paciente, que realmente creí que la tenia bastante pequeña y nunca, nunca se me levantaría como debía, que solo ligaría si me iba con unas señoritas muy simpáticas que me ofrecían su “amistad” y el único sitio donde me divertiría sería en un casino. A pesar de este desastroso espécimen en el que me había convertido, olvide decirle que mi banco tampoco funcionaba y les tenia que recordar mis claves de acceso cada dos por tres, bueno como decía que a pesar de mi lamentable estado un señor también muy simpático y familiar, de Nigeria me ofrecía ganar una gran cantidad de dinero y solo tenia que abrir una cuenta corriente para que otros señor generoso también, me ingresara valiosas comisiones.
Y digo casi porque a punto estuve de creerme lo que me decían los correos electrónicos que recibía, que si compre Viagra, que si con esta hierba o con este aparatillo su …….., se pondrá grande como el de un mulo, que si soy Deborahhhh y estoy esperando que me llameeeeeees, que si ponte al Chat y veras quien soy, que soy el ex secretario del tesoro de Nigeria y un largo etc.
Menos mal que llego mi amigo Manolo y me dijo que eso se llamaba spam y que a todo el mundo le pasaba/le llegaba.
Otras personas más inteligentes que yo, han visto en el spam no solo una molestia, que lo es, sino una oportunidad estupenda para investigar y así el magnifico Alex Jadad jefe del Centre for Global eHealth Innovation de Toronto y Peter Gernburd, han publicado un artículo en el Plos Medicine de este mes donde revisaron los mensajes tipo spam recibidos vía correo electrónico durante un mes. Más del ochenta por ciento de los mensajes que se recibieron eran spam y de estos la tercera parte estaban relacionados con la salud y/o la medicina, en un concepto amplio.
Se anunciaban u ofrecían medicamentos tales como Viagra, Cialis, Valium, Tramadol, y Meridia, Orlistat. También se ofrecían variopintos productos naturales para problemas similares para los que estaban indicados los medicamentos.
Del estudio y a pesar de sus limitaciones se pueden sacar conclusiones y moralejas. Si el spam existe es porque tiene algún mercado, hasta el más tonto se cansaría de enviar mensajes si no tuviera repuesta aunque sean mínimas. Que en el spam, como en casi todo Internet, los productos relacionados con la salud (incluida la sexual) tienen mucha oferta y por tanto es de esperar que también demanda.