Bálsamo de Fierabrás
Un estupendo post sobre el Thrombocid, tomado con permiso de Southern Exposure
Una de las leyendas urbanas más extendidas en salud es la que tiene que ver con la pomada del tubo amarillo y negro, que en el ideario popular es una especie de panacea untuosa contra todo tipo de males causados por golpes y contusiones.
No es extraño que llegue alguien a la consulta refiriendo lo mal que se encuentra tras un traumatismo accidental, haciendo hincapié en que a pesar de haberse dado friegas constantes con este producto, el dolor y la inflamación persisten.
Éste es el momento del desengaño.
El Thrombocid® (de laboratorios Lacer) no alivia el dolor. Y no, tampoco baja la inflamación. La indicación del ácido pentanopolisulfúrico, es estética, favoreciendo la eliminación de la sangre «derramada» en las varices y los hematomas.
Otra de las utilidades peregrinas de dicha pomada es combinarla con una hidratante corriente y un regenerador cutáneo (Thiomucase®) para favorecer la absorción de éste último. Lo siento, tampoco sirve para eso ya que no reactiva la circulación, sólo acelera (discretamente) la degeneración de las células de la sangre.
Pero no todo van a ser ideas descabelladas con respecto al producto estrella del botiquín casero… Sé de gente que lo usa en las «ojeras» para que desaparezcan más rápido lo que en principio no es del todo descabellado.
La zona alrededor de los ojos está formada por piel laxa y apenas sujeta al tejido subcutáneo, de ahí que se formen las bolsas cuando no se duerme el tiempo suficiente (se da descanso a los ojos), o aparezcan hematomas tan escandalosos con cualquier pequeño golpe.
Las ojeras son casi mismo: líquido libre y sangre extravasada que se acumula debajo de los ojos (esto da el color oscuro). Si el compuesto hace desaparecer la sangre, más rápido volverá el color normal a la piel…
De todas maneras, precaución. No sólo la eficacia es controvertida, sino que la mucosa ocular es muy delicada y sensible, y tanto el ácido pentanopolisulfúrico como los componentes de la pomada en sí son muy irritantes.
El Thrombocid, igual que el Feparil, pertenece al grupo de los medicamentos VINE 🙂 Se suelen emplear para las varices y los hematomas, pensándose que el efecto logrado es por la crema en sí, cuando se debe más bien al efecto del masaje vigoroso que se realiza con esa crema, relajando la zona y activando la circulación.
Un saludo
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