La henna sigue sin ser negra: a proposito de un caso (o muchos)
Aunque la Pokemonitis se ha descrito como un síndrome caracterizado por un fuerte deseo de recolectar tarjetas con dibujos de criaturas extrañas, o incluso como «una extraña conducta humana producida por las ondas de un Pokémon de tipo psíquico, en la cual la persona se cree un Pokémon» , en medicina es el nombre que se da a una rara (o no tanto) afectación dermatológica descrita en este artículo de Merino y Bravo, titulado «Pokemonitis»: los peligros de los tatuajes con henna negra .
Los tatuajes temporales con henna adulterada con colorantes como la para-fenilendiamina (PFD) para que adopte un color más oscuro y mayor rapidez de secado (Henna negra) son viejos conocidos de la literatura médica y de los sistemas de alerta sanitaria (ver comentario en este blog) por la posibilidad de ocasionar a reacciones inflamatorias intensas en el área del tatuaje.
La reacción se distingue por la aparición de pápulas eritematosas, vesículas y ampollas que desaparecen en unas semanas, pero que en ocasiones dejan lesiones residuales hiper o hipopigmentadas.
Estas lesiones reproducen (con una coloración más o menos atenuada) el dibujo o tema tatuado, el caso comentado al principio correspondía a la silueta Ash y Pikachu, dos de los personajes protagonistas de la serie de dibujos animados Pokemon.
También se ha descrito en la prensa popular un caso de Simpsonitis (Bart) y un caso reciente de nuestro centro de salud (Guerra ME. Ramos A. y Bravo R – caso no publicado- ver foto-) de escorpionitis, por ser la silueta de este arácnido, el dibujo principal que aprecia en el antebrazo de nuestro joven paciente.
La pigmentación o su ausencia, no es la única secuela de estos tatuajes, más importante es la sensibilización indefinida por contacto a esta sustancia (PFD) que hace necesario evitar el contacto posterior con productos que la contienen, como tintes para el pelo, gomas negras, tintes de imprenta, betunes o pinturas.
Por último comentar la gran cantidad de casos que se aparecen descritos en Internet con todo lujo de detalles y apoyo gráfico, superan en número a los encontrados en una búsqueda en la base de datos bibliográfica medica MEDLINE. Algo similar encontramos durante la investigación de dos casos de Keriorrhea, lo que nos lleva a teorizar sobre cual es la herramienta con más futuro cuando se trata de localizar reacciones adversas y efectos secundarios.
Muy curioso el articulo. Al menos la enfermedad no es grave.
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